De la espectacular Casa de Velázquez, localización escogida para presentar su anterior propuesta semanas antes de que la pandemia llegara a nuestras vidas para quedarse, a un gimnasio donde horas antes se disputaba un partido de baloncesto. Jaime Álvarez, alma máter de la firma Mans –y uno de los llamados a hacer de la moda española un hervidero de talento y esperanza– desveló anteayer su nueva colección, La Décadence, ante un público absolutamente entregado. ¿El lugar escogido? Nada más y nada menos que el Forus Barceló, un polideportivo ubicado en el centro de la capital que, al menos durante una hora, se liberó de la adrenalina inherente a las competiciones deportivas para hacer de la moda la protagonista por excelencia. Un resultado sobresaliente que no dejó indiferente a nadie.
“Soy poco atrevido con ellos, tanto en el trabajo como personalmente”, respondía Jaime cuando le preguntábamos por el uso del color en sus colecciones. Corría el año 2019 y él aún creaba bajo el nombre de Mans Concept Menswear. Ya por aquel entonces había sido reconocido hasta en tres ocasiones con el premio a mejor diseñador emergente en la 080 Barcelona Fashion, evidencia de la proyección y el talento del joven creativo. Ahora, actuando bajo el nombre de Mans, dejando a un lado la etiqueta de ‘emergente’ y agregando una importante nota de color a sus piezas, retoma las convocatorias presenciales con un desfile de alto impacto en la capital. Un ejercicio perfectamente resuelto que viene a demostrar la madurez de su trabajo, y que le consolida como uno de los rostros imprescindibles de la moda nacional de hoy en día.
La expectación era máxima. Desde el escenario escogido, antítesis de la increíble Casa de Velázquez donde presentó una exquisita propuesta en enero de 2020, hasta la emoción que retomar la presencialidad en una industria que ha sufrido mucho durante estos 2 últimos años implica. Y es que, aunque la organización de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid no deje de celebrar el (indiscutible) logro que haber mantenido los desfiles físicos en plena pandemia conlleva, Ifema no se aproxima ni por asomo al interés que una presentación alejada del desértico recinto ferial genera. Detrás de la fórmula escogida por Jaime y de su espectacular colección se esconde mucho trabajo, dedicación y unas evidentes ganas de cambiar el rumbo de la moda. Hacer de esta industria un ecosistema efervescente, adaptado a los nuevos tiempos sin renunciar por ello al savoir-faire y al pasado, con una identidad propia característica.
No es casualidad que La Décadence haya visto la luz coincidiendo con el calendario internacional de desfiles masculinos. Bien podría haber sido presentada en París, un enclave idóneo para un diseñador que tiene mucho que aportar a la moda y que ha demostrado saber cómo hacerlo. “Parece Nueva York”, murmuraba uno de los asistentes momentos antes de que arrancase el desfile, cuando al apagarse las luces la enorme cristalera del gimnasio permitía vislumbrar parte del skyline madrileño. Nada más lejos de la realidad. Mans nos hizo viajar a una de las grandes capitales de la moda haciendo suya una localización que a priori nada tiene que ver con el sector. Y todo ello gracias a su visión única, el cuidado de los detalles y el haber entendido los reclamos de una generación que busca nuevas fórmulas con la que sorprenderse.
Esta colección, que parte de la nostalgia, revisita la sastrería tradicional y bebe de la estética de los años veinte, es extremadamente completa y coherente. Desde americanas que realzan la cintura hasta blazers militares con cuello mao, pasando por los abrigos de pelo que dejaron boquiabierto a gran parte del público; todas las pieles sintéticas, por cierto. Colores vibrantes, ingeniosos patrones y una efectiva sinergia entre pasado, presente y futuro hacen de La Décadence una propuesta celebrada y muy bien acogida por el público. Al menos por el momento. Tendremos que esperar para conocer si estamos antes uno de los grandes éxitos de Jaime Álverez.
Entre los asistentes, Paco León, Alfred García, Gala González, Lola Rodríguez, Josie, Alejandro Palomo, Alex de la Croix, Miguel Becer y un sinfín de artistas, influencers y prescriptores de moda que no quisieron perderse la vuelta al ruedo del diseñador sevillano. Jaime parece estar muy bien rodeado de personas que no solo alaban su trabajo, sino su espíritu renovador en un sector que, al menos en lo que a escena nacional se refiere, reclama propuestas frescas de forma urgente. Y no hay duda de que Mans es una de las firmas protagonistas de esta nueva generación de talentos.
La expectación era máxima. Desde el escenario escogido, antítesis de la increíble Casa de Velázquez donde presentó una exquisita propuesta en enero de 2020, hasta la emoción que retomar la presencialidad en una industria que ha sufrido mucho durante estos 2 últimos años implica. Y es que, aunque la organización de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid no deje de celebrar el (indiscutible) logro que haber mantenido los desfiles físicos en plena pandemia conlleva, Ifema no se aproxima ni por asomo al interés que una presentación alejada del desértico recinto ferial genera. Detrás de la fórmula escogida por Jaime y de su espectacular colección se esconde mucho trabajo, dedicación y unas evidentes ganas de cambiar el rumbo de la moda. Hacer de esta industria un ecosistema efervescente, adaptado a los nuevos tiempos sin renunciar por ello al savoir-faire y al pasado, con una identidad propia característica.
No es casualidad que La Décadence haya visto la luz coincidiendo con el calendario internacional de desfiles masculinos. Bien podría haber sido presentada en París, un enclave idóneo para un diseñador que tiene mucho que aportar a la moda y que ha demostrado saber cómo hacerlo. “Parece Nueva York”, murmuraba uno de los asistentes momentos antes de que arrancase el desfile, cuando al apagarse las luces la enorme cristalera del gimnasio permitía vislumbrar parte del skyline madrileño. Nada más lejos de la realidad. Mans nos hizo viajar a una de las grandes capitales de la moda haciendo suya una localización que a priori nada tiene que ver con el sector. Y todo ello gracias a su visión única, el cuidado de los detalles y el haber entendido los reclamos de una generación que busca nuevas fórmulas con la que sorprenderse.
Esta colección, que parte de la nostalgia, revisita la sastrería tradicional y bebe de la estética de los años veinte, es extremadamente completa y coherente. Desde americanas que realzan la cintura hasta blazers militares con cuello mao, pasando por los abrigos de pelo que dejaron boquiabierto a gran parte del público; todas las pieles sintéticas, por cierto. Colores vibrantes, ingeniosos patrones y una efectiva sinergia entre pasado, presente y futuro hacen de La Décadence una propuesta celebrada y muy bien acogida por el público. Al menos por el momento. Tendremos que esperar para conocer si estamos antes uno de los grandes éxitos de Jaime Álverez.
Entre los asistentes, Paco León, Alfred García, Gala González, Lola Rodríguez, Josie, Alejandro Palomo, Alex de la Croix, Miguel Becer y un sinfín de artistas, influencers y prescriptores de moda que no quisieron perderse la vuelta al ruedo del diseñador sevillano. Jaime parece estar muy bien rodeado de personas que no solo alaban su trabajo, sino su espíritu renovador en un sector que, al menos en lo que a escena nacional se refiere, reclama propuestas frescas de forma urgente. Y no hay duda de que Mans es una de las firmas protagonistas de esta nueva generación de talentos.