Redescubrir una mirada contemporánea del arte es posible. Siglos después de su creación, la obra culmen de El Bosco sigue despertando un gran interés. El enigmático tríptico que indaga entre aquello efímero y los placeres convertidos en pecados, visionados a través de escenarios apocalípticos, aún permite una nueva lectura. Filip Custic, Lusesita, Mario Klingemann, Cool 3D World o La Fura dels Baus –Carlus Padrissa– son algunos de los quince artistas internacionales que participan en la exposición El jardín de las delicias, un recorrido a través de las obras de la Colección Solo. Inteligencia artificial, animación digital y arte sonoro que se podrá visitar en la Nave 16 de Matadero Madrid hasta el 27 de febrero de 2022.
La exposición, comisariada por la Colección Solo –formada por los mecenas Ana Gervás y David Cantolla–, conforma una veintena de obras realizadas por diferentes artistas internacionales, y nos invita a aproximarnos a aquellos valores generales que caracterizan la pieza original del Bosco, que actualmente se encuentra en el propio Museo del Prado de Madrid, pero desde una perspectiva mucho más contemporánea, representativa de las nuevas herramientas de creación. Asimismo, el diseño de la muestra realizado por estudio Herreros, nos permite adentrarnos en un recorrido en forma de laberinto que sorprende y enfatiza, todavía más, el factor sorpresa de la exposición.
La muestra se inicia a través de una composición sonora sobre celuloide, realizada por el artista Enrique del Castillo. El espectador podrá introducirse en esta experiencia immersiva, y observar la creación del alemán Mario Klingemann, realizada con inteligencia artificial, donde una serie de algoritmos reinterpretan la obra del Bosco. En esta primera parte de la muestra, Carlus Pedrissa, uno de los directores de la Fura dels Baus, ha creado una representación específica para la exposición; aproximadamente una treintena de performers suspendidos en el aire simbolizan la locura y la creación, a través de una cadena formada por cuerpos humanos.
La tentación del placer y el pecado se ve representado por la ceramista Lusesita (Laura Lasheras), mostrando en forma de tríptico y realizado con arcilla, la historia del Génesis. Tonos pastel y formas dulces se complementan con un grupo de ratones, dedos y lenguas, que provocan una contradicción entre sentimientos de ternura y repulsión. Dave Cooper, a su vez, muestra una cómica orgía de personajes extraños y formas voluptuosas.
Algunos críticos del arte a lo largo de la historia han considerado a El Bosco como uno de los precursores del movimiento surrealista. Así lo representa el artista serbio Sholim, que aporta su propia visión del surrealismo digital, a través de su obra Heaven x Hell Series, donde muestra una composición de GIF animados que representan escenas oníricas. El dúo neoyorkino Cool 3D World, nos muestra en su obra una reinterpretación de uno de los personajes del tríptico original, El rey de la vida.
Esta mítica obra de arte también ha servido para inspirar a artistas procedentes de todas partes del mundo, como al artista Miao Xiaochun, uno de los pioneros más representativos del new media chino. En su obra Microcosm, el artista concibe un mundo virtual que sustituye las simbologías del Bosco por referencias a la vida contemporánea, con el objetivo de representar un todo. Seguidamente, se puede ver la creación de Homo-?, del artista Filip Custic, creada para su exposición individual en La Térmica. En ella se representan las figuras Alpha y Omega, invitando a una reflexión acerca de un futuro donde el cuerpo, la identidad y la sexualidad sean fluidos.
La estética arcade y los mundos híbridos pasados por filtro de cultura pop también son objeto de estudio y representación en la muestra. El artista Dan Hernandez, quien presenta Goed, se inspira en los juegos de rol, mostrando un mapa de gran tamaño sin limitaciones narrativas. La estadounidense Cassie McQuarter también recurre a los medios digitales para representar mundos alternativos. Su obra Angela’s Flood, a través de un discurso feminista, simboliza un conjunto de personajes femeninos. Esta creación se inspira en la musculosa luchadora Angela Belti, de la serie Power Instinct, quien en su momento, destacó entre los aficionados por su apariencia, rompiendo los esquemas estéticos que se representaban en los videojuegos retro del momento.
El colectivo Smack, presenta Speculum, una visión diferente sobre los personajes que se encuentran en el tríptico, añadiendo un contexto nuevo a través de técnicas compositivas y perspectivas lineales propias del renacimiento. Esta creación nos invita a concebir un diálogo sobre quiénes somos y qué sociedad hemos construido a lo largo de los años. Mediante una serie de creaciones, la exposición llevada a cabo por Colección Solo en Matadero Madrid, permite dar cabida a una nueva cuestión actual, invitándonos a reflexionar y a ser curiosos acerca de la relación que tenemos con el arte y los diferentes escenarios que se pueden encontrar en él, ya sea dándole una vuelta de tuercas a una de las obras más representativas del arte.
La muestra se inicia a través de una composición sonora sobre celuloide, realizada por el artista Enrique del Castillo. El espectador podrá introducirse en esta experiencia immersiva, y observar la creación del alemán Mario Klingemann, realizada con inteligencia artificial, donde una serie de algoritmos reinterpretan la obra del Bosco. En esta primera parte de la muestra, Carlus Pedrissa, uno de los directores de la Fura dels Baus, ha creado una representación específica para la exposición; aproximadamente una treintena de performers suspendidos en el aire simbolizan la locura y la creación, a través de una cadena formada por cuerpos humanos.
La tentación del placer y el pecado se ve representado por la ceramista Lusesita (Laura Lasheras), mostrando en forma de tríptico y realizado con arcilla, la historia del Génesis. Tonos pastel y formas dulces se complementan con un grupo de ratones, dedos y lenguas, que provocan una contradicción entre sentimientos de ternura y repulsión. Dave Cooper, a su vez, muestra una cómica orgía de personajes extraños y formas voluptuosas.
Algunos críticos del arte a lo largo de la historia han considerado a El Bosco como uno de los precursores del movimiento surrealista. Así lo representa el artista serbio Sholim, que aporta su propia visión del surrealismo digital, a través de su obra Heaven x Hell Series, donde muestra una composición de GIF animados que representan escenas oníricas. El dúo neoyorkino Cool 3D World, nos muestra en su obra una reinterpretación de uno de los personajes del tríptico original, El rey de la vida.
Esta mítica obra de arte también ha servido para inspirar a artistas procedentes de todas partes del mundo, como al artista Miao Xiaochun, uno de los pioneros más representativos del new media chino. En su obra Microcosm, el artista concibe un mundo virtual que sustituye las simbologías del Bosco por referencias a la vida contemporánea, con el objetivo de representar un todo. Seguidamente, se puede ver la creación de Homo-?, del artista Filip Custic, creada para su exposición individual en La Térmica. En ella se representan las figuras Alpha y Omega, invitando a una reflexión acerca de un futuro donde el cuerpo, la identidad y la sexualidad sean fluidos.
La estética arcade y los mundos híbridos pasados por filtro de cultura pop también son objeto de estudio y representación en la muestra. El artista Dan Hernandez, quien presenta Goed, se inspira en los juegos de rol, mostrando un mapa de gran tamaño sin limitaciones narrativas. La estadounidense Cassie McQuarter también recurre a los medios digitales para representar mundos alternativos. Su obra Angela’s Flood, a través de un discurso feminista, simboliza un conjunto de personajes femeninos. Esta creación se inspira en la musculosa luchadora Angela Belti, de la serie Power Instinct, quien en su momento, destacó entre los aficionados por su apariencia, rompiendo los esquemas estéticos que se representaban en los videojuegos retro del momento.
El colectivo Smack, presenta Speculum, una visión diferente sobre los personajes que se encuentran en el tríptico, añadiendo un contexto nuevo a través de técnicas compositivas y perspectivas lineales propias del renacimiento. Esta creación nos invita a concebir un diálogo sobre quiénes somos y qué sociedad hemos construido a lo largo de los años. Mediante una serie de creaciones, la exposición llevada a cabo por Colección Solo en Matadero Madrid, permite dar cabida a una nueva cuestión actual, invitándonos a reflexionar y a ser curiosos acerca de la relación que tenemos con el arte y los diferentes escenarios que se pueden encontrar en él, ya sea dándole una vuelta de tuercas a una de las obras más representativas del arte.