Laura Lasheras, aka Lusesita, llegó a Barcelona en 2003 para seguir su formación, haciendo cursos de torno, esmaltes y joyería contemporánea. Y llegó para quedarse. Imparte clases de cerámica desde hace 10 años, intentando que sus alumnos lleguen a su propio lenguaje, dando gran importancia al proceso creativo: observando y disfrutando, tal y como ella nos cuenta. Sus influencias van desde el Surrealismo hasta el Art Brut, y sus obras nacen desde el puro sentimiento, conectando con su lado más primario. Nacen de la boca del estómago, es instintivo.
Laura considera que por esa razón todo el mundo debería trabajar con las manos, meterse en el barro de su sentir, y de su hacer. Sus vivencias del pasado y del presente son lugares desde donde trabajar, entendiendo que a través del arte se crean ficciones, tratando de contar la verdad en una suerte de liberación y de placer. Nos quiere hacer confrontarnos con nuestros prejuicios, buscando siempre el entre, a veces está cercana a lo más cursi, y otras nos interpela con lo grotesco.
Ha expuesto en lugares tan dispares como París, Tokio, Miami, Washington, Seúl, Monterrey y Milán, ampliando sus horizontes, también los estéticos, o sobre todo ellos. Lusesita es imparable, también ha escrito un libro: Taller de cerámica con Lusesita, enseñando las múltiples opciones que la cerámica es capaz de ofrecer. Nos dice que podría pasarse la vida entera reinterpretando El jardín de las delicias de El Bosco y que jamás acabaría. Nosotros nos hemos adentrado en su propio jardín.
Ha expuesto en lugares tan dispares como París, Tokio, Miami, Washington, Seúl, Monterrey y Milán, ampliando sus horizontes, también los estéticos, o sobre todo ellos. Lusesita es imparable, también ha escrito un libro: Taller de cerámica con Lusesita, enseñando las múltiples opciones que la cerámica es capaz de ofrecer. Nos dice que podría pasarse la vida entera reinterpretando El jardín de las delicias de El Bosco y que jamás acabaría. Nosotros nos hemos adentrado en su propio jardín.
¿De dónde viene tu nombre artístico?
Cuando llegué a Barcelona, antes de dedicarme a la cerámica tuve varios trabajos, uno de ellos fue como camarera en un bar muy singular del centro de Barcelona. El jefe, que era de Melilla y tenía un acento muy peculiar, me llamaba ‘Lusesita’. A mí me hacía mucha gracia el nombre y bromeaba con la posibilidad de utilizarlo como pseudónimo... ¡y así lo hice!
Tus piezas van desde la revisión del Jardín de las delicias de El Bosco, a algo más festivo como es el concepto de la ‘feria’. ¿Podrías hablarnos un poco acerca de tus influencias? ¿Consideras que el humor juega un papel esencial en tu obra?
Mis influencias son muy dispares, van desde un algodón de azúcar, un perrito haciendo pis, una canción que suena de repente en el supermercado, un recuerdo, un sueño etc... Aunque definitivamente lo que suele ser mas crucial en mi obra es el momento vital en el que nos encontramos mis seres queridos. Por ejemplo: hace 7 años fui tía, y fue un momento de felicidad máxima. Por aquel entonces surgió la serie Feria que está inspirada en los recuerdos de la infancia. La nostalgia puede ser también muy inspiradora para mí, aunque en su justa medida. El humor es indispensable en la vida, y es además el mejor antídoto para no ponerse triste ante el paso del tiempo y disfrutar de la vida plenamente. El año pasado recibí un encargo de la Colección Solo, se trataba de reinterpretar el maravilloso cuadro de El Jardín de las delicias de El Bosco. Es un cuadro muy inspirador, creo que podría pasar toda mi vida haciendo reinterpretaciones de ese cuadro, y no me lo acabaría.
Empezaste a moldear con plastilina, después pasaste al barro. ¿Consideras que la cerámica es una suerte de maduración estética?
De pequeña me encantaba hacer figuras plastilina. Pasaron los años y cuando hice el bachillerato de artes me apunté a cerámica y fue un antes y un después. Tuve la suerte de descubrir mi vocación en aquel momento. En mi obra no utilizo la plastilina, por ahora me interesan más los acabados de la cerámica, aunque no descarto usarla en el futuro.
Impartes clases de cerámica desde hace 10 años, ¿cómo te ha influido esto en tu manera de trabajar? Quizá podrías contarnos un poco cómo impartes tus clases.
Las clases me han hecho ver lo importantes que es la técnica para la construcción de ideas, la cerámica es un material humilde, que requiere mucha paciencia y dedicación si tomas atajos tarde o temprano no acaba notando, así que hay que ir muy poco a poco, observar y disfrutar. En el taller doy libertad creativa, trabajamos las técnicas básicas y a partir de ahí trato de guiarles para que encuentren su propio lenguaje.
¿Cómo te sientes compartiendo taller con tu pareja, Sergio Mora?
Hace 10 años que compartimos taller y la verdad es que es el mejor compañero de taller que he tenido nunca.
La cerámica está viviendo un gran boom, potenciado especialmente por las redes sociales. ¿Sientes que a ti te han ayudado de alguna manera? ¿O te sientes lejana a ellas?
Pienso que hay un boom en todo lo visual, es muy interesante poder ver desde la pantalla del móvil o del ordenador trabajos de artistas de cualquier parte del mundo. También puede resultar muy abrumador y cuesta digerir tanta información. Cuando yo empecé no teníamos acceso a tanta información, y en parte me alegro de haber podido empezar de esa forma tan diferente, porque creo que de alguna manera nos hacía más humanos y se valoraba más todo. Por otro lado sí que considero que las redes sociales ayudan mucho a dar difusión al trabajo.
¿Qué ha supuesto para ti exponer en tantos lugares diferentes? ¿Y la publicación de tu libro Taller de cerámica con Lusesita? ¿Crees que has conseguido un nuevo entendimiento para tu praxis, la cerámica?
Exponer en lugares diferentes me ha dado una visión mas amplia de mi trabajo, ya que en cada contexto la obra se percibe de maneras distintas y eso es muy enriquecedor. Hacer el libro fue una experiencia muy buena y lo disfruté mucho. Mi intención fue trasmitir que la cerámica es una disciplina más accesible de lo que parece, con infinitas posibilidades y que se puede trabajar también desde tu casa.
¿Cómo has conseguido, a través de la cerámica, conectar con tu lado más primigenio?
Pienso que la cerámica es un material idóneo para conectar con nuestra esencia. A mí me surge de manera natural fluir con el barro y trabajar con formas orgánicas de forma instintiva.
¿Lo poético lo entiendes desde tu hacer, o desde la construcción literaria?
Las dos cosas van de la mano, el proceso no siempre es el mismo. Hay veces en la que parto de una idea muy concreta y otras experimento tocando el barro.
Entiendo que tu obra puede estar entre una suerte de atracción y repulsión: me viene a la mente la pieza Desayuno con pieles, de Meret Oppenheim, la cual considero que oscila entre estos dos términos. ¿Qué supone para ti componer entre tantos entres: entre la pornografía y la cursilería, entre el erotismo y el romanticismo? ¿Cómo confluyen lo naïve con lo creepy en tu obra?
Siempre recordaré la primera vez que vi la obra que citas de Oppenheim. Me impactó mucho, y conecté con su poética al instante. En mi trabajo siempre me ha interesado transmitir esa sensación de desconcierto y perplejidad. Me resulta divertido ver que mi obra causa sensaciones muy dispares en el espectador que pueden ir desde la ternura al miedo o la risa
La utilización de telas le añade otra clase de fuerza a tus piezas, de alguna forma las separa de la cerámica para acercarla a otra cosa, abriendo así la posibilidad de generar otro impacto en el espectador, ¿podrías hablarnos un poco más de la importancia que tiene para ti la incorporación de otros materiales? ¿Tratas de potenciar la cerámica?
Incorporar otros materiales como la tela me han abierto un mundo de posibilidades plásticas. Es muy interesante experimentar con los materiales, a veces sin un objetivo concreto, para que aparezcan cosas; y disfruto mucho con el proceso. No trato de potenciar la cerámica ni que los materiales compitan entre ellos, me gusta el equilibro en la composición.
Me gusta en especial la contundencia de tu serie Origen, ¿nos puedes hablar un poco sobre la inspiración de esta?
Cuando hice la serie Origen me inspiré en mi primeras piezas de cerámica, que eran unas pequeñas tazas muy delicadas que tenían muchas asas y se apilaban en torres. De alguna manera fue un homenaje a esas primeras tazas y primeros gestos de mis comienzos, traducido a unas formas mucho mas rotundas y sin una finalidad utilitaria.
Y para terminar, ¿puedes adelantarnos algo de un proyecto que tengas entre manos?
Ahora mismo tengo entre manos un proyecto que consiste en reinterpretar una lucerna romana para el Museo de Historia de La Rioja, y por otro lado estoy preparando una exposición para la feria Urvanity, que se inaugurará en Madrid el mes de mayo, con la Galeria Cerquone Projects.