Autodefinirse como persona no binaria no significa negar la realidad imperante del sistema, sino asumirla y reivindicar el espacio que te pertenece. El artista disciplinar Megane Mercury se reconoció como persona queer hace tres años, y lo hizo tras darse cuenta de que el binarismo de género está absolutamente en todo lo que nos rodea. Desde la categorización de los baños públicos hasta el patronaje de las prendas, la sociedad se estructura bajo un esquema que no deja de oprimir a las identidades disidentes. Y el creativo, que acaba de lanzar su segundo EP, Desamor y pop-rock para adolescentes, reivindica la necesidad de recurrir a las etiquetas mientas determinados grupos sigan reprimidos, como forma de delimitar una realidad existente. “No pienses que la realidad es solo lo que vemos, siempre hay más, aunque muchas veces nos pongan las lentes”, explica, en un diálogo en el que el heteropatriarcado se encuentra con las dinámicas colonialistas, el capitalismo y la salud mental.