De la siempre impresionante Natalia Lacunza, acompañada en todo momento de su banda sobre el escenario, a la delicadeza y emoción del directo de Valeria Castro o la energía incomparable de Delaporte. Han sido muchos (y muy variados) los artistas protagonistas de la primera edición de Oasis Sound, un festival cuya primera edición tuvo lugar el pasado fin de semana en La Solana, Ciudad Real, y que nos ha dejado un muy buen sabor de boca. Hasta allí nos desplazamos para conocer de primera mano el nuevo (y prometedor) proyecto, que congregó a varios miles de personas en un fantástico evento que atrajo tanto a público local como a fans provenientes de distintas partes de España. Os lo contamos todo, con fotografías de Javier Solera.
Montar un festival no es tarea fácil. Desde definir los talentos cuyo directo deberá cautivar a una audiencia cada vez más exigente, hasta hacer frente a todos los obstáculos (y la importante inversión) que poner en marcha un evento de este tipo conlleva. El reto que tenía Oasis por delante era mayúsculo. Y es que, tras 2 años en los que casi la totalidad de citas con la música se vieron suspendidas o, en el mejor de los casos, aplazadas, cuesta hacerse un hueco en un mapa donde los festivales se cuentan por decenas y apenas hay tiempo para acercarse a conocer nuevas iniciativas.

Oasis Sound superó el primer reto (posiblemente también el más grande hasta llegado el momento de deleitar a los asistentes con la música) y demostró que su propuesta iba en serio. Un cartel extremadamente potente como carta de presentación, unas redes sociales cuidadas a través de las cuales informar a todas las personas interesadas en saber más sobre este proyecto en tiempo real, y unas ganas más que demostradas por hacer del festival un nuevo epicentro de la música en nuestro país. Eran muchas las herramientas, resultado del trabajo incansable y la unión entre socios y colegas, que prometían hacer de esta cita algo grande. Y después de haberlo vivido en primera persona, podemos concluir que efectivamente así ha sido.
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Ni los problemas en las pruebas de sonido, ni el retraso de las primeras actuaciones (algo de lo que no se salvan ni los festivales más consolidados), ni la falta de planificación de determinados aspectos (todos ellos secundarios, todo ha de ser dicho). Las dos jornadas que se prolongó el festival brillaron por la buena energía, el disfrute y la más que satisfactoria respuesta por parte de los allí presentes. ¿Puntos a favor? Su espectacular localización, capaz de sumergirnos en un oasis natural del que olvidarnos del insufrible calor que golpea estos días a la Mancha –y a casi toda España–; la variedad de registros musicales incluidos en un envidiable cartel, en el que también nos encontramos con Recycled J , Nena Daconte o Urfabrique, estos últimos protagonistas de uno de los directos más celebrados; y la apuesta por los talentos emergentes como Mali, quién ganó un concurso musical que condujeron desde la organización en las semanas previas al evento.

El viernes, primer día de Oasis y en el que más nervios se sentían en el ambiente, Valeria Castro sorprendió con un increíble directo definido por la calidad vocal, la emoción puesta en cada letra y la capacidad de conectar con un público totalmente entregado. Nena Daconte recogió el testigo de la joven artista para cantar junto al público en su totalidad algunos de sus temas más célebres –por supuesto no faltó Tenía tanto que darte. Pero el momento álgido de la noche llegó de manos de Reclycled J, a quien pudimos ver hace unas semanas en Mad Cool y que paró en La Solana antes de dirigirse a Soria, donde le veremos esta misma semana en Covaleda. Ya es sabido que Jorge lo da todo sobre el escenario, y esta vez volvió a demostrar que su éxito es fruto de una fórmula equilibrada en la que personalidad, música y estética van de la mano.
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El freestyler manchego Mnak, uno de los máximos exponentes de este género, nos dejó a todxs boquiabiertos con su agilidad mental, y Alvama Ice, siguiente en subirse al escenario, nos hizo bailar al ritmo de algunos de los hits más sonados de los últimos años. Rey D’Amarillo, quienes debían haber actuado en primer lugar, salieron a escena finalmente pasadas las cuatro de la mañana, fruto de un retraso inicial en la programación que obligó a reconfigurar levemente el cartel previsto. Esto antes de que Muja pusiese el broche de oro a la primera jornada de Oasis.

El sábado, segundo y último día del festival, prometía. Mali demostró su potencial (aún por explotar) sobre el escenario, antes de que Urfabrique –a quienes entrevistamos en 2019– animasen a todo el público con sus enérgicos ritmos y su buen rollo. Con tan solo 19 años, Maren nos sumergió en una atmósfera onírica siendo casi imposible apartar la mirada del escenario, todo un descubrimiento al que le auguramos una prometedora carrera. Y llegó el turno de la cabeza de cartel, Natalia Lacunza, acompaña de Tere (Ganges) y Paula, entre otrxs. Después de haber comido un delicioso pisto manchego justo a su equipo y haber aprovechado la piscina de la finca en la que se celebraba el festival, la pamplonica estaba lista para emocionar a sus fans con sus últimos temas. Y, evidentemente, volvió a hacerlo.
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Karavana, siguientes en actuar, cedieron el testigo a Delaporte, quienes nos hicieron vibrar pasadas las 2 de la mañana preparándonos para lo que estaba por venir. Y es que, al ritmo de Innmir y Juanjo Martín, lo dimos todo en la pista para despedir la primera edición de Oasis Sound. Mención especial merecen los artistas que actuaron en el escenario El Despacho, un segundo enclave cuyos directos amenizaron los intervalos entre los cantantes del escenario principal, y donde pudimos ver a Eu Santiago, Cuzco, Bonita, Henko y Selene Casas.

¿Qué le deparará a este nuevo festival manchego? ¿Cómo será Oasis 2023? ¿Acabará por convertirse en una de las grandes citas con la música española? El tiempo lo dirá, pero lo que está claro es que van por el buen camino para conseguirlo.
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