El sábado Gutarricadelafuente y un sol sofocante nos esperaban para abrir el escenario principal, un beso y un abrazo desde aquí al tipo que nos regaba con una manguera y que hizo más soportable el calor. Lo de Guitarrica y el sonido fue especialmente desastroso y doloroso, una pena porque Álvaro Lafuente llegaba para presentar su estupendo primer álbum, La cantera, entregado y con sentimiento. El público, mucha gente, sea dicho de paso a pesar del horario y el calor, coreó sus canciones todo el rato, y le animó en el incompresible, triste e incómodo momento en el que le cortaron el sonido a mitad de la última canción, su preciosa versión del clasicazo My Way. Los Pixies son también una gran leyenda y en este directo estuvieron a la altura, el suyo fue uno de los shows que mejor sonaron independientemente de donde te encontraras colocado. Hicieron las delicias del público que recibió con móvil en todo lo alto para los obligados Stories con hits del calibre de Here Comes Your Man y obviamente Where Is My Mind? En la carpa mayor Flume estuvo espectacular, su sonido es potente y retumba en tu pecho de una manera que te agita y te obliga a moverte al compás, es casi hipnótico lo que hace, una pena no poder ver el show entero, porque en el escenario principal nos esperaba el que fue el concierto del festival, el que ofreció de manera deslumbrante Florence + The Machine. Florence Welch es un ser divino que llena el escenario de un aura celestial, su tremenda voz es dulce pero resuena con una fuerza increíble. Descalza, impecablemente vestida de Gucci, corre de un lado al otro del escenario, se agita, te seduce sin apenas proponérselo, y cuando la ves ahí, arriba, inalcanzable, va y se acerca al público, y si eres de los tremendamente suertudos que están en la primera fila, puede que hasta tengas la oportunidad de abrazarla para comprobar que sí, que está allí, que no es un delirio, que es humana aunque a veces nos parezca imposible. Gran e inolvidable concierto.