Urfabrique es el dúo de músicos y productores integrado por Pau Mendieta y Javi Morales, dos amigos de Barcelona a quien la música les unió de pequeños y a día de hoy siguen creciendo y evolucionado juntos también artísticamente. Un cóctel de funk, pop, disco y electrónica con espíritu indie-pop y dialécticas soleadas que incitan a reflexionar sobre el uso de las nuevas tecnologías o el desamor. Su música es la banda sonora perfecta de una puesta de sol o la de un vermut de domingo frente al mar que te hará bailar sin parar.
Ambos tenéis formación musical, Javi con la flauta travesera y Pau con la guitarra. ¿De dónde salió esa afición por la música?
Desde muy pequeños hemos tenido inquietud por la música. Creemos que la música se siente innatamente y que bailar y cantar son formas de expresión naturales en cualquier niño o niña (aunque se van dejando de lado a medida que uno crece). Sin embargo, en nuestro caso, hemos tenido el privilegio de poder acceder una formación musical reglada a la que, lamentablemente, no todo el mundo tiene acceso y creemos que ese factor nos ha ayudado a poder gozar más intensamente de nuestra afición por la música.
¿Cómo nace el grupo?
Urfabrique nace como un laboratorio de ideas musicales entre Pau y Javi, compañeros de instituto, universidad y, tras algunos años, también hermanos musicales, sin ninguna pretensión inicial, que ha acabado consolidándose en un dúo de música electrónica con influencias de funk, disco, house y una marcada orientación pop.
El nombre es curioso, ¿de dónde sale?
El nombre tiene desde su génesis múltiples interpretaciones en diferentes lenguas. La primera tiene que ver con una concepción del proceso compositivo como un canvas en blanco en el que no hay nada predefinido procedente de la unión de la palabra ‘tela’ (fabric) y el prefijo germano ‘primitivo’ (ur), que se podría traducir en algo así como ‘tejido primigenio’.
La segunda interpretación tiene que ver con nuestra música entendida como una ‘fábrica’. Urfabrique se obtiene de la palabra ‘ur’ (abreviación del inglés your) y la palabra fábrica (‘fabrique’ en francés), que además se relaciona con nuestra vida paralela en el mundo ingeniería y la industria.
A nivel conceptual nos gusta mucho experimentar con el lenguaje (por ejemplo, ver el título de nuestro single Cheese or Kiss) y, si además se puede hacer en distintos idiomas, nos parece más interesante aún.
Aunque lanzáis vuestro primer disco, Pictures and Shapes of Our Mistakes, bajo una discográfica en octubre de 2018, os formáis como banda en 2014. ¿Qué ha pasado durante todo este tiempo?
Pues la verdad es que aunque ha habido algunos hiatos, no hemos parado. En 2014/2015 compusimos nuestros ‘first tracks’, cuatro temas que se subieron a Soundcloud despertando el interés de colectivos como La Trópical (Miami) o Casette (Paris), que incluyó nuestro primer single Hashtag Routines en su recopilatorio Horizons. Luego, la experimentación sonora nos llevó por otros senderos y decidimos lanzar independiente nuestro primer EP (Deliable Ink, 2016), que ya presentaba una paleta sonora de lo que iba a ser Urfabrique. Durante 2017 compusimos este primer LP, Pictures and Shapes of Our Mistakes, que es digamos nuestra ‘presentación oficial’ como proyecto. 
El disco pretende hacer reflexionar sobre las discontinuidades y las interrupciones que modelan las vidas 2.0. El videoclip de Cheese or Kiss describe muy bien esta realidad. ¿Cómo os sentís respecto a las nuevas realidades creadas a partir de las nuevas tecnologías e internet y de qué forma intentáis escapar de las redes?
Creemos que en la realidad en la que vivimos se concibe el acceso a internet y la inmediatez en la comunicación o en el acceso a la información como necesidades de primer orden. Sin embargo, la mayoría sentimos una cierta ansia en momentos de ‘desconexión’ del mundo virtual (y lógicamente de las redes sociales, el buscador de Google, la aplicación de turno que te ayuda a transportarte o incluso la cartera). El tema de la desconexión, como bien comentabas, es el que se trata en el hiperbólico e irónico videoclip de Cheese or Kiss con una ‘muerte’ figurada de los asistentes a una fiesta en la que desaparece la conexión a internet.
No obstante, creemos que nuestra labor como artistas no consiste tanto en representar un modelo a seguir sino en provocar reflexiones en la audiencia. Si nos preguntas a modo más personal, Javi usa una estrategia reaccionaria en WhatsApp que consiste en ralentizar el tiempo de respuesta al interlocutor digital. De ese modo, se desvirtúa la inmediatez que se asocia a la ‘interacción digital’, cuya definición requiere que emisor y receptor estén online simultáneamente en contraposición a un modelo de ‘store-and forward’ más propio del e-mail, según el cual receptor y emisor requieren conectarse solo por un periodo de tiempo que permita intercambiar los mensajes.
Urfabrique es un cóctel de funk, pop, disco y electrónica con espíritu indie-pop. ¿Qué referentes os han acompañado durante todos estos años?
Nuestros grandes nombres son Daft Punk, LCD Soundsystem o Holy Ghost!, pero la verdad es que eso son los referentes pero no necesariamente las influencias. Creemos que bebemos de varias fuentes y bastante diversas. Por un lado está la música rock y el indie, que son los géneros con los que hemos crecido. Por otro, está la música de club o la electrónica, que también han influenciado nuestra manera de conceptualizar el directo entendiéndolo como una incitación al baile –de ahí nuestro interés por el groove que encarnan géneros como el funk y el disco. Finalmente, la música pop nunca ha sido un referente y el hecho que ahora nos clasifiquemos abiertamente como pop ha sido más producto de la clasificación ajena. Si tuviéramos que seleccionar tres proyectos actuales que representan nuestra manera de entender la música hoy en día escogeríamos a Jungle, L’Impératrice y Parcels.
Después de autoeditar en 2016 Deliable Ink, habéis dado un salto tanto artística como comercialmente, colaborando con el sello francés Kitsuné, que publica trabajos de Phoenix, Two Door Cinema Club o Is Tropical. ¿Cómo ha sido y qué ha significado este cambio para vosotros?
La verdad es que en esencia el proyecto es el mismo. Nuestros medios no han cambiado, el equipo principal de Urfabrique continuamos siendo Pau y Javi (y todo el círculo personal que nos apoya). En el mundo del streaming, los sellos tienen cada vez menos peso en términos de impacto en reproducciones, sobre todo en casos como el nuestro, sin grandes campañas de publicidad o promoción detrás.
Digamos que sacar con Kitsuné es más un tema de prestigio, nos da una cierta garantía de calidad fuera de España y nos sirve como un buen escaparate para nuevas oportunidades en el futuro aunque no cambia la manera en la que trabajamos, así que se trata de un cambio que esperamos que tenga un impacto ‘indirecto’ en el futuro que aún desconocemos.
Vuestro sonido se compone de melodías con groove y potentes armonías repetitivas que incitan a bailar sin parar. Son la banda sonora de una puesta de sol o la de un vermut de domingo frente al mar. ¿Qué os inspira a la hora de componer?
Creemos que hemos podido definir bastante bien qué es lo que nos gustaría que provocara nuestra música pero no al revés, es decir, no es fácil determinar qué nos afecta/influye/ayuda a componer. En general, no componemos a base o gracias a la inspiración. Sí que es cierto que hay algunos temas que se articulan alrededor de un componente biográfico que condiciona las letras, nos pone estados sentimentales que propician la música. Esto es evidente en algunos de los temas del disco (como Walls We Build, Desert o Oblit) pero, en general, las armonías, las melodías y, en particular, las letras se erigen desde el análisis de temas que nos interesan. 
Publicasteis el disco en octubre de 2018, ¿qué recibimiento ha tenido hasta ahora?
Digamos que para ser un álbum debut autoeditado ha tenido un impacto significativo, sobre todo en la radio independiente. Los oyentes de iCat FM le otorgaron el puesto número 6 en la lista Mejor Álbum Catalán del Año, cosa que jamás hubiéramos esperado. Algunos de nuestros sencillos también han entrado en listas de singles de lo mejor del año en algunos medios (Radar Pop, Alicante Live Music, Soundrivin’, etc.).
Hemos recibido exposición en Radio 3 al sonar en programas como Het, Sonideros o NaNaNa, y también hemos tenido alguna aparición esporádica en TV como banda sonora de los créditos de distintos telediarios (Cuatro, À Punt). Uno siempre se imagina como banda sonora de una escena icónica en una película, pero bueno, que los informativos también necesitan música y estamos satisfechos que hayan optado por la nuestra. En definitiva, esto es lo que ha salido por el momento pero el disco es joven así que esperamos que aún le quede algo de recorrido.
¿Cómo fue el proceso de la composición y grabación del disco?
La composición se fraguó a lo largo de más o menos dos años (2016-2017) en un home studio que se iba trasladando entre las habitaciones de los dos. Somos unos chalados del sonido y de los aparatos, así que nuestras habitaciones se ocupaban y desocupaban día sí y día también con los trastos del otro, configurando más un almacén de cacharros que una habitación al uso.
La grabación la hicimos en Arctic Wave Estudio con Ignasi Miranda (Ladilla Rusa, North State, Julieta Jones, Joan Queralt) a lo largo de un par de semanas de agosto de 2017. Hacía un calor brutal pero nos las apañamos para poder sobrevivir. Cada día más o menos se programaba lo que se iba a hacer y de primeras nos pareció que sobraría un montón de tiempo. La verdad es que nos sorprendió la velocidad a la que se grabó todo.
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¿Alguna anécdota remarcable que recordéis por encima de las demás?
Más que una anécdota nos gustaría sacar una conclusión, y es que después de trabajar meticulosamente todas las pistas en las demos para que tuvieran exactamente el sonido, el carácter y la interpretación que queríamos, notamos que en el estudio dábamos por buenas muchas cosas que en casa quizá hubieran requerido algo de post-meditación. Como consecuencia, y también por nuestra actitud un poco punk, el resultado es un disco que suena más pop que a electro y más a banda que a dúo, en una producción un tanto cruda que nos ha acabado gustando más que la aproximación más ‘milimetrada’ con la que se concibió.
Además de la música, la parte visual también es muy importante. ¿Cuál de vuestros videoclips os ha supuesto un mayor reto y por qué?
Cuando empezamos con el proyecto establecimos una jerarquía según la cual la música era la piedra angular de Urfabrique. Es por eso que, aunque empezamos a componer y producir en 2014, no empezamos a desarrollar la parte visual hasta 2017. Queríamos tener consolidado un proyecto sonoro antes de llevarlo al plano visual. Las partes visuales siempre son las más complejas porque, pese a tener un criterio artístico para discriminar lo que somos y lo que no, lo que nos representa o lo que nos apela, no tenemos el conocimiento para llevar a cabo la dirección o la producción de nuestros vídeos.
Cheese or Kiss supuso el primer asalto y el mayor reto en esta búsqueda porque era nuestra primera vez. Si bien los cinematógrafos, Guille Bargu y Marc Gallifa, montaron un equipo de trabajo, nos tocó actuar como productores ejecutivos y, a ratos, también de productores del video (antes de que Ágata Bert se pusiera al mando). Por suerte, estuvimos muy bien acompañados. Nos dimos cuenta del esfuerzo de coordinación que se requiere en el cine en comparación con la música.
Creativamente, creemos que es mucho más difícil llevar a cabo un proyecto audiovisual porque el equipo es mucho más amplio y hay que atender a muchas más opiniones, lo cual no nos ocurre en la música, en la que nosotros escribimos, componemos y producimos lo que nos da la gana sin dar explicaciones y mayoritariamente sin demasiados condicionantes.
Habéis actuado en el festival Cruïlla, en el mercado Palo Alto, o La Terraza. ¿Cómo os sentís cuando estáis encima del escenario?
Estar en el escenario es la máxima expresión de la música y, en particular, de la nuestra. El directo es el mejor vehículo para hacer que la música realmente tenga un alcance y penetre en el público. Solemos decir que haríamos música aún si nadie la escuchara, pero es innegable que la energía que puede tener un concierto nuestro en una sala, festival o escenario al aire libre con un público que tiene ganas de pasárselo bien es para nosotros lo que le da un sentido más evidente a escribir, componer y grabar canciones. La magia de congregar artista-audiencia en un espacio-tiempo común genera una conexión entre artista y público que es imposible replicar por otros medios.
¿Cómo diríais que es Urfabrique en directo?
Urfabrique en directo tiene mucho de animal y conserva el espíritu canalla del punk o el rock, aunque claramente en otro plano sonoro con un repertorio que oscila entre el pop electrónico y el sonido más club. El concepto que traemos es un híbrido entre el DJ set y el directo en algo parecido a un live en electrónica pero algo evolucionado. Creemos que la particularidad de lo que hacemos puede tener cabida tanto en un club como en una sala, y eso es algo poco común.
Dicho esto, nuestro amor por la música en directo y por el tocar (dado que en formato dúo no podemos tocar todas las pistas de nuestras canciones en directo) ha provocado que nos hayamos presentado en un par de ocasiones (Cruïlla y Monumental Club) en un formato Urfabrique & friends en el que algunos de nuestros amigos se han unido a nuestro directo: a la batería/percusión, Turito Ponsales; a la guitarra, Enric Calabuig; o a los coros, Clara Garcia.
¿Qué tema no os podéis sacar de la cabeza ahora mismo?
Casio, de Jungle (video incluido). ¡Qué preciosidad!
¿Cuáles son vuestros planes, sueños, metas, y proyectos para el futuro?
Nuestro objetivo para este año es dar a conocer nuestra música y poder tocar el máximo que se pueda. Nos gustaría poder salir a tocar al extranjero y haremos lo posible para hacer gira tanto en España como en países vecinos, especialmente Francia, donde creemos que nuestra música puede generar atención. Nos gustaría superar el número (cerca de treinta) y sobre todo, la envergadura de los conciertos que hemos dado este pasado 2018.