Virgen María es el proyecto musical de María Forqué, último fichaje de Perth Records, que lanzará su vídeo
Blex el próximo 7 de mayo –bajo la varita productora de Perth Daijing y Yegua– y
Número de oro, el día 26 de abril, junto al EP
G.O.D – Good Opening Drug – que ya pudimos ver en una presentación privada en Madrid, con esa mezcla de reggaetón y sonidos experimentales que volveremos a disfrutar en la próxima edición de
Sónar 2019, en una exploración trascendental de música techno, sexualidad y espiritualidad.
María defiende el desnudo como algo natural –tal vez porque en su adolescencia la hacían sentirse avergonzada de ello– utilizando su capital sexual como abanderada del poder femenino, presentándose en escena como una Venus o escultura egipcia: hierática y atemporal. Una esfinge cargada de poesía que se convierte en la metáfora del momento. “Soy como una escultura, siempre me quedo quieta. Soy algo que recuerda a la antigüedad”.
Nos cuenta que se ha criado escuchando reggaetón y música hardcore y hard style, pero también música clásica. Ese aire como antiguo, entre lo ritual y lo ancestral, es un mundo que retrotrae a lo litúrgico, introduciendo elementos religiosos como cantos de monjas y elementos de óperas, pero es a la vez un mundo moderno, vigente e imperecedero, con otros de los referentes que introduce en sus sesiones como el trap o el rap.
Poco acostumbrados a verla en chándal y zapatillas, nos encontramos con María en un céntrico bar de Madrid para hablar sobre sexualidad, arte, música y censura. Mientras conseguimos que bajen el volumen para poder grabar la entrevista, nos dice que no le importa nada que le pregunten por su madre, Verónica Forqué, y nos enseña con orgullo el colgante de una mujer desnuda que representa el arquetipo femenino que tanto defiende.