¿Quién no ha fantaseado alguna vez con explicarle al mundo que hay una señora en el Día que te da la turra con su vida? Ana Macías no fantasea, ella lo ilustra, y cuando vemos un dibujo de los suyos, no podemos evitar pensar, ‘‘esta tía me está espiando”. No podemos confirmar que Soy Cardo sea espía o tenga una bola de cristal, aunque tampoco lo vamos a desmentir.
Antes de empezar, ¿quién es Ana Macías?
Ana es la otra mitad de Cardo. Soy yo, una tipa de Gandía que llegó hace casi dos años a Madrid. Tengo veintitrés años, soy géminis y un poco viejoven. A pesar de todo, tengo hobbies como Netflix, Spotify Premium y los realities. Y más datos que me definan: tengo los ojos sensibles y cuando me río me lloran a la vez que me sale agüilla por la nariz. Sé tocar el piano al revés (he aquí la prueba). Y creo que ya está todo.
Eres muy joven y, por lo tanto, eres millenial. ¿Criarte con programas como Art Attack han ayudado a tu vena creativa?
Todas las mañanas veía el programa y muchas veces hacía las manualidades que proponían, pero no me anotaba nada y lo intentaba hacer todo de memoria y, claro, me salía un poco mal. Eso sumado a mi impaciencia era igual a desastre. Aunque, por lo menos, la intención la ponía. Puede que haya ayudado a mi vena creativa, pero sobre todo creo que esa vena la despertaron mis padres apuntándome a clases de pintura, de música, de teatro y todo lo que se les ocurrió.
¿Cómo surgió Soy Cardo? ¿De dónde viene el nombre?
Nació al mudarme a Madrid. Quería ponerme un nombre artístico (porque el mío es muy básico) y hablándolo con mi excompañera de piso surgió ese. Cuando era pequeña me llamaban Anacardo (así como mote) y me pareció una buena idea usarlo. Además, me gustan los anacardos.
Te conocemos como ilustradora, pero estudias periodismo. ¿Te gustaría compaginar estos dos trabajos y marcarte un Nazario?
El periodismo se me queda corto. Cuando tengo que redactar un reportaje o una noticia me gusta inventarme cosas y, claro, en periodismo hay que ser fiel a la verdad y a la realidad. De hecho, recuerdo que en una asignatura cogía las noticias de El Mundo Today. Incluso llegué a hacer un reportaje de vídeo con una noticia inventada. Me pusieron matrícula y todo. Así, inventándome cosas y dejando volar la creatividad soy feliz.
Hace aproximadamente un año tenías menos de tres mil seguidores en Instagram, y actualmente tienes más de trece mil. ¿Cómo te imaginas a estos followers? ¿Modernillos que se sienten identificados con las viñetas, o haters que odian a los hipsters de las ilustraciones?
A veces consulto las estadísticas de Instagram para ver cómo son mis seguidores. La mayoría son chicas y de Madrid, aunque también hay alguno por Sudamérica. Yo creo que son modernillas y modernillos, de Malasaña y un poco haters de la vida en general. Me caen bien. Muy bien.
¿Crees que este crecimiento en tus redes sociales se debe a algo en concreto? ¿O es porque tus ilustraciones haciendo oda al mamarracheo son #relatable?
La verdad es que cuando empecé no me esperaba que a la gente le gustase. Es más, no empecé haciendo viñetas de humor. Dibujaba lo que se me ocurría sin pensarlo mucho. Me sorprende que la gente me siga y me dé likes, así que no sé muy bien a qué se ha debido el aumento de seguidores. Ahora que lo pienso, desde que no subo fotos de mi jeto he ganado followers.
Antes de pasar al siguiente tema vamos a seguir con Instagram. Te hemos visto vestida con papel de váter y, en otras ocasiones, con un estilo bastante modernillo. ¿No serás tú una hípster?
No sé muy bien cómo etiquetarme. El hípster creo que ya ha muerto y ahora hay otros estilos. En mi día a día no puedo ir vestida con papel de váter, aunque reconozco que es perfecto. Sirve para verano porque te seca el sudor y para invierno porque puedes pillar un trozo y sonarte los mocos.
Hay muchas veces que las ideas nos vienen a las tres de la mañana cuando estamos a punto de irnos a dormir, ¿te sucede mucho esto? ¿O la inspiración puede surgir en cualquier momento?
Muchísimo, y lo paso fatal. No puedo dormir porque el cerebro me va a mil y no puede dejar de pensar cosas. Y yo quiero dormir y él quiere pensar y es un desastre. Tenemos una relación de amor-odio. Mis momentos de mayor lucidez son por las noches antes de dormir y recién levantada. Cuanto más ‘inconsciente’ esté, más ideas tengo. Así funciono.
Tus dibujos muestran cosas que nos suceden a todos a diario, pero la pregunta es: ¿todo lo que dibujas te ha pasado a ti? ¿Hay alguna anécdota que hayas dibujado que podrías contarnos enteramente?
Algunas de las cosas que dibujo me han ocurrido a mí o a mis amigos. También me inspira mucho la gente que veo en el metro o en el Día. No obstante, no soy de salir a la calle si no tengo ideas. Aunque muchos artistas lo hacen, a mí lo que me funciona es ver imágenes random en Google.
Y bueno, en cuanto a anécdotas reales de los dibujos, la mayoría son una exageración de lo que realmente me sucedió, así que prefiero dejarlo en incógnita. Que la gente se imagine lo que quiera en cuanto a lo que ocurrió de verdad.
Y bueno, en cuanto a anécdotas reales de los dibujos, la mayoría son una exageración de lo que realmente me sucedió, así que prefiero dejarlo en incógnita. Que la gente se imagine lo que quiera en cuanto a lo que ocurrió de verdad.
Tamagochis dándole al tema, darle ‘me gusta’ a la foto de un buenorro con la intención de casarte con él o el secreto de la dieta détox son unos cuantos de los temas que has abordado en tus ilustraciones. Ahora bien, usas colores vivos y formas simples, ¿nos puedes contar el porqué de esta elección?
Me salió solo utilizar esos colores de forma natural. No fue algo premeditado. Aunque en mi día a día adoro los colores neutros, en las ilustraciones me gusta que sean colores vivos. Creo que eso ayuda a transmitir el mensaje. Y en cuanto a las formas, me gusta que sean sencillas para que no quiten protagonismo a la viñeta. Por otra parte, mis habilidades de dibujo no están muy desarrolladas, que esto último también influye. Y que, al querer hacer los dibujos rápido, no dejo mucho tiempo para los detalles. No me gusta alargarlo a dos días. Si se me ocurre una idea, me pongo a dibujarla y no me muevo de la silla hasta que la termino.
También ilustras muchas veces culos, mierdas, pezones, mocos, pelos en la bañera, entre otros. ¿Piensas que con tus dibujos normalizas temas tabú que normalmente intentamos tapar?
Sí. Es el tipo de humor que me sale solo. No lo pensé. Simplemente me puse a hacer viñetas y salió eso. Siempre me ha hecho mucha gracia todo lo escatológico. Y claro, al hablar de esos temas desde el punto de vista del humor se normalizan. Aunque, bueno, tampoco quiero yo que se normalice demasiado lo de la caca y esos temas.
El mundo de la ilustración ha empezado a verse conquistado por mujeres que no se cortan a la hora de criticar la sociedad en la que vivimos con viñetas humorísticas que dan en el clavo. Tú, obviamente, eres una de las ilustradoras que relacionamos también con este movimiento, pues te hemos visto criticar situaciones que nos han pasado muchas veces en tiendas o por la calle. ¿Qué se siente al dar un mensaje tan importante para las mujeres?
Me gustaría hacer más viñetas feministas. Si subo algún dibujo en el que haya una conversación entre chico y chica pienso muy bien antes si estoy reproduciendo la típica conversación en la que el chico es un pasota y la chica una sentimental. No quiero retratar los estereotipos, sino darle la vuelta e ir más allá. Uno de mis propósitos es hacer más dibujos en este sentido. Espero conseguirlo y hacerlo bien.
Cada vez hay más chicas que hablan de temas que la sociedad ha marcado que ‘no son de chicas’. Recuerdo en una exposición que todos pensaban que mi dibujo lo había hecho un chico y se sorprendieron al decirles que lo había hecho yo. No hay temas de chicos ni de chicas, que cada uno que dibuje lo que le dé la gana.
Acabas de celebrar ‘maldito juernes party’, una fiesta que a la vez ha acogido una exposición de tu trabajo, ¿qué tal ha ido? ¿Qué ilustraciones has presentado y cómo ha reaccionado el público? ¿Planeas hacer alguna otra exposición?
Ha sido genial. Hacía mucho tiempo que no organizaba un evento y tenía ganas. Han venido muchos amigos –más de los que me esperaba– y eso me ha dado mucha alegría. Me pidieron que dedicase varias láminas que han comprado, así como si fuera una famosa escritora como Chenoa. Y bueno, me hizo mucha ilu todo.
Volviendo a la reacción de la gente que te sigue, ¿alguna vez te han tenido que preguntar qué significa una viñeta? ¿Hay alguien que tenga la vida perfecta de las influencers que ilustras?
La gente que es de fuera de España me suele preguntar qué significan algunas viñetas. El otro día un señor me dijo que no entendía muy bien lo que hacía, pero que le gustaba. En cuanto a la vida de las influencers: NO. Nadie tiene esa vida. Por otra parte, le doy las gracias a toda esta gente ‘perfecta’ por existir porque inspiran muchos de mis dibujos.
Cambiando un poco de tema, haciendo una pequeña búsqueda he visto que también pinchas con las Locas del Cornio. ¿Qué te aporta la música? ¿Qué otros proyectos musicales te gustaría abordar?
Ese ‘dúo musical’ surgió un poco de coña y para pinchar una noche en Cuenca Club. Al final no nos cogieron en el Cuenca, pero nos llamaban de otros sitios. Ahora la otra loca del cornio ya no vive en Madrid y, de momento, no estoy pensando en hacer un Amaia Montero. Me encanta la música. Siempre hago dibujos con los auriculares puestos. Mi único proyecto musical por ahora es el de seguir haciendo playlists de Spotify y mejorar mi técnica de tocar el piano al revés.
También has ilustrado tu festival ideal: Puta Mierda Sound, donde tocan los poco conocidos pero intensos (y ficticios) The Baguettes, Los Mercadona y tu amigo que canta sus quehaceres. ¿Hay algo que haya inspirado esta serie de tres ilustraciones? ¿Hay algún otro grupo nuevo planificado para la siguiente edición de Puta Mierda Sound?
Me pidieron que hiciera un cartel ideal. No quería hacer lo típico de los cuatro grupos modernillos, así que creé ese festival. Soy muy maniática del silencio, así que podría incluir muchos más grupos de gente que molesta haciendo ruiditos.
He entrado en tu página de Facebook y he encontrado unos cuantos fondos de pantalla (ahora mismo, tu wallpaper de Soraya Montenegro adorna mi móvil). Como yo, muchos jóvenes nos sentimos atraídos por la cultura de los memes, ¿cuáles son tus referentes culturales en este campo? ¿Qué te aporta esta cultura tan millenial? ¿Quién es el icono por excelencia de este movimiento?
Yo llevo en mi móvil el de Soy una Pringada, mi gran referente en la vida y en todo. No sé si es el icono del movimiento millenial, pero para mí lo es. En cuanto a la cultura de memes adoro dos perfiles: Animated Text y Museum of Internet. Me dan la vida.
¿Cuáles son los ilustradores que más te inspiran? ¿Hay alguno que deberíamos seguir desde ya?
Sigo a ilustradores de todo tipo, no solo a los que hacen humor. Tenéis que seguir desde ya a Monstruo Espagueti, Sanz i Vila, El Hematocrítico., Querido Antonio, Le Petit Pato, Morbix, Marina Nosequé, Delia Santana, Oro Jondo, Gisela Talita, y Martine Pop. Seguro que me dejo a mucha gente inspiradora, pero, de momento, nombro estos que son pura maravilla.
Estoy segura que vas a continuar con tus viñetas contra los modernillos pero, ¿hay algún otro proyecto en el que te podamos ver pronto?
¡Voy a sacar camisetas! Lo puse hace tiempo en redes, pero se retrasó todo un poco. Ahora parece que va en marcha. Me hace mucha ilusión y ya tengo ganas de vérselas a la gente. Y alguna cosilla más que todavía no puedo desvelar… Chan, chan, chaaan.