Ya hablamos hace unos meses con Mabel Olea, bailarina y performer catalana, para adentrarnos en su universo creativo, pero ahora queremos compartir con vosotros en exclusiva su nueva propuesta digital de su performance I love you I hate you. Se trata de una pieza en la que busca exponer todo lo que supone compartir contenido en las redes sociales, siempre con la intención de generar debate e incomodar al espectador. “Tiendo a incrementar la probabilidad de comentarios y utilizar lo inevitable para generar material crítico, hipersexualizando mi propio cuerpo por decisión propia. Me divierte bastante retratar a todo ese tipo de usuario”, nos cuenta Olea. Es por esto que decide trasladar lo que suele suceder tras la pantalla a los escenarios públicos, llevando su actuación a las calles y tiendas de Barcelona.
“Mostrar sus caras en el vídeo es una manera de validar sus reacciones y abrazarlas, reírme de ellas y reaccionar con la misma libertad que ellos reaccionan ante mis vídeos y movimientos”, dice la protagonista del vídeo. Y es que aquí el público no puede esconderse bajo el anonimato o un perfil privado de Instagram, aquí se exhibe todo, tanto las expresiones de curiosidad e interés como las de desagrado. I love you I hate you, tal y como se sobreentiende por su título, destapa esa relación de amor-odio, esa dualidad que siente (y sentimos la mayoría) frente a las redes sociales, pero que a la vez nos es casi imposible salir de ese bucle. Y a pesar de que Olea las utilice con intención artística y como un portfolio, la búsqueda por la validación externa y la exigencia por el contenido siguen estando muy presentes.
Y si bien suele deformar su cuerpo en internet con efectos visuales o colores sobresaturados, en las performances lo consigue mediante el vestuario, siempre a cargo de su amigo y diseñador Joan Ros. En este caso, aparece con unos guantes enormes que no solo llaman la atención de cualquiera que pase por delante, sino que “hace referencia, también, al tortazo monumental que puedes llevarte en todo este mundo”, como bien dice Mabel Olea. Hasta la canción que suena de fondo, una versión de Corazón contento de Marisol, interpretada por ella misma, completa el sentido de su creación, por el trasfondo de la figura de Marisol, aka Pepa Flores, y la ironía tras la letra.
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