Citas, algunas buenas, otras malas y otras incluso peores. Acudimos por compromiso, por amabilidad o desesperación. Hay una variedad de motivos, y todos son válidos. Cada uno de ellos se explora en la antología de Prime Video Cites Barcelona, donde grandes estrellas del cine y la televisión se baten en duelo sobre el amor y el deseo. Ahora le ha llegado el turno a Lola Rodríguez.
El caso de Lola es especial; esta actriz canaria tiene una luz única. Cuando entra a un establecimiento, quizás con su imponente abrigo negro y altísimas botas de tacón, o tal vez simplemente con una sonrisa, Lola consigue que todas las miradas se posen sobre ella. Ya logró que toda España se enamorara de ella por su triunfal papel de Valeria Vega en la serie Veneno y en su continuación Vestidas de azul. Musa oficial de Los Javis, Lola busca nuevos retos interpretativos alejados del drama más crudo al que nos tiene acostumbrados.
Ahora, con Cites, la réplica se la ofrece el encantador Óscar Casas, con quien vive una risueña e impredecible velada por las calles de la capital catalana. El 2024 acaba, y Lola vive un momento dulce, con planes, deseos y bonitas intenciones. No cabe duda, ella se merece una buena estrella y la mejor de las suertes. Ella es Lola Rodríguez.
Cumpliste años hace poco, ¿verdad? Vi en Instagram que hiciste una súper fiesta.
El día de mi cumpleaños fue bastante tranquilo, en casa (risas). Pero el fin de semana sí celebré una fiesta.
Era temática, ¿verdad?
Sí, la temática era drag (risas). Fue un poco improvisado, pero lo que realmente quería era que todos se lo pasaran bien. Nos motivamos muchísimo, la verdad, y creo que conseguimos nuestro objetivo. Fue una noche muy especial. Me sentí realmente querida, muy especial. Nunca había celebrado una fiesta de este estilo, en la que puedes evadirte y ser otra persona.
No hay nada mejor que una fiesta temática.
Totalmente. Nunca he tenido grandes expectativas respecto a mi cumpleaños. Esto de la fiesta surgió de repente porque mis Javis lo propusieron. Yo dije que sí, que me apetecía, y de repente todo el mundo se motivó muchísimo.
¿Por qué decidiste caracterizarte de Pamela Anderson como Barb Wire?
Estoy obsesionada con Pamela Anderson desde que era pequeña y Barb Wire me parece una película tan trash, pero tan divina.
Ahora está viviendo todo un renacimiento.
Es una mujer icónica. Ahora, con toda la reivindicación que está haciendo respecto al maquillaje, me parece increíble. Por eso dije, mira, voy con todo, voy de Pamela Anderson. Mi amiga Alaska Nebraska fue la encargada de recrear el corset negro que Pamela llevó al Festival de Cannes para presentar la película. El maquillador Fernando Martínez fue el encargado de caracterizarme. Todos fueron increíbles, un verdadero equipazo.
Hablando de Drag Race, la cuarta temporada acaba de terminar…
Soy una friki total de Drag Race desde los dieciséis años.
He de confesarte que nunca he visto ese programa. ¿Dónde dirías que reside su éxito?
No lo sé, pero siento que es un safe space para muchas de nosotras, ¿sabes? Es como estar en tu casita, a salvo y calentita. Yo empecé a ver el programa muy tranquila, con unas amigas, pidiendo algo de comer y esas cosas. Ver Drag Race es un momento en el que te ríes y te diviertes viendo la tele. Además, todas ellas son artistas muy talentosas. Cuando entiendes el esfuerzo y la dedicación que le ponen todos los implicados en el programa, la experiencia, incluso solo como espectadora, es alucinante. Igual es como el fútbol para la gente queer, ¿no?
¿Te ha gustado la final?
La pude ver en directo cuando se grabó. Todas las concursantes eran maravillosas, y las finalistas me encantaron.
“Empezar a conocer a alguien desde la amistad me encanta. Creo que es la mejor manera de hacerlo.”
La ganadora de este año ha sido Le Cocó.
Sí, y se lo merecía totalmente.
¿Cuál sería tu nombre de drag queen si fueras una?
Vegan Fox. ¡Es que soy vegana! (risas). Creo que sería una drag muy sexy pero muy divertida, muy tontorrona. En cada programa haría algo diferente, sería muy Lady Gaga, muy Heidi Klum. Uno de mis sueños es ser como la supermodelo en Halloween, ella es la reina.
Con el permiso de Elvira (risas).
Sería una fantasía absoluta conseguir un patrocinador que costeara una fiesta temática como la que celebra ella todos los 31 de octubre, y tener ochenta maquilladores y ochenta peluqueros que pudieran maquearme para mi disfraz.
Este año has tenido mucho que celebrar. Entre otras cosas, tu participación en una serie plagada de estrellas como Cites Barcelona, donde protagonizaste un episodio junto a Óscar Casas.
Sí, la verdad es que ha sido una experiencia increíble. Ha sido mi primera vez haciendo comedia.
¿Y la película Poliamor para principiantes?
Esa película es comedia, pero mi personaje no era cómico. Esta vez sí lo ha sido.
¿Qué tal te has sentido?
Me he sentido rejuvenecida porque siempre me han ofrecido papeles más dramáticos, y esta vez he podido vivir algo muy diferente a lo anterior. Creo que, como actriz, me ha permitido expandirme de otra manera, porque me ha recordado que, en mi día a día, tengo confianza en mí misma y lo mucho que me gusta reírme, el huracán que puedo llegar a ser. Este personaje me ha ayudado a canalizar todo eso y he podido actuar, pero también fluir.
En Cites has trabajado con Óscar Casas, uno de los rostros más punteros de la industria.
Él y La Dani fueron maravillosos. Todo fue buen rollo. Se nos pasó el tiempo volando, ¡es que fueron solo tres días de rodaje! Nunca había trabajado tan rápido. ¡Repetiría mil veces la experiencia!
Rodasteis en Barcelona, ¿qué tal te llevas con esa ciudad?
Barcelona era mi primera opción cuando dejé Canarias para irme a estudiar Psicología, pero finalmente me cogieron en la Autónoma de Madrid. Barcelona me encanta pero de Madrid estoy enamorada, es mi hogar. Llevo ocho años aquí y creo que, cuando me marche, me iré fuera del país.
Pregunta obligatoria, ¿qué tal se te dan a ti las citas?
Yo me quedo tiesa (risas). Si me gusta la otra persona, me quedo tiesa. No soy capaz de sobreponerme. Tampoco es que haya tenido muchas citas, si te soy sincera. Pero recuerdo una que tuve en Gran Canaria con un novio mío en la que yo estaba nerviosísima. Desde entonces no he vuelto a tener una (risas). Creo que la mejor manera de conocer a alguien es desde la amistad, en el contexto de un grupo de amigos al que pertenecéis los dos.
Carrie Bradshaw ya lo dijo en su día: una primera cita es como una entrevista de trabajo tomando copas y, a veces, ni eso.
A mí, empezar a conocer a alguien desde la amistad me encanta. Creo que es la mejor manera de hacerlo, aunque llevo cuatro años con pareja, así que estoy un poco desentrenada.
Aún así, es muy difícil evitar los líos amorosos porque a veces la atracción deriva en la amistad, la amistad en atracción y, en ambos casos, igualmente puede no conducir a donde queremos que nos lleven.
Sí, tienes razón. Todo eso puede ser una mierda. A mí me encantan los líos amorosos, pero, sinceramente, se pasa fatal. Aún así, siempre he creído que el amor es increíble y nunca desearía encerrarme en mí misma o perder la ilusión. Perderla es muy fácil porque nos enfrentamos a muchos desencantos amorosos a lo largo de la vida. Hay que mentalizarse de que el camino es duro y de que nos van a llover hostias, pero que, aun así, merecerá la pena. Siempre llega tu momento.
“He aprendido que debes confiar siempre en el equipo con el que te involucras, porque todos podemos aportar algo.”
¡Eso espero!
Si tienes alguna cita, ¡yo os acojo en mi bar! ¡Está aquí al lado!
Es verdad, eres una de las copropietarias de Chin Chin, el bar de moda. ¿Cómo empezó esta aventura empresarial?
Intento expandirme más allá de mi profesión como actriz. No es que sea la propietaria mayoritaria, para nada, pero sí tengo mi pequeña participación junto a Laura Vandall y Edgar Kerry. Me enorgullece mucho formar parte de Chin Chin.
El papel de las paredes, forradas de fotos de gatos, es algo ya emblemático en Malasaña.
Se le ocurrió a Edgar, es todo un visionario. A mí, visualizar un local terminado en plena construcción me costaba mucho. Cuando empezamos era un rectángulo negro, jamás se me hubiera ocurrido forrarlo de gatos. He aprendido que debes confiar siempre en el equipo con el que te involucras, porque todos podemos aportar algo. Laura y Edgar me animaron mucho a unirme a la aventura y ellos son como mi familia. Todo surgió muy repentinamente y dije que sí.
¡Has tenido muy buen ojo!
La verdad es que sí, me he sabido rodear de gente muy innovadora.
¿Te gustaría montar otros negocios?
Me gusta explorar nuevas posibilidades, pero siempre desde un pequeño porcentaje de participación. Me gusta aportar mi granito de arena, apoyar y luego poder invitar a mis amigos a copas cuando vengan (risas).
Pues ahora con tanto evento, ¡no habrás parado!
No, además que en Navidad voy a estar entre aquí y Canarias.
¡Que envidia las Navidades en Canarias! ¿Tendrás oportunidad de bañarte en el mar?
Yo siempre me he bañado el 1 de enero. En Canarias hace un invierno muy veraniego. Si vieras lo morena que está mi madre… A mí me encantaba ponerme también muy morena, en plan Lydia Lozano, pero ahora estoy blanca madrileña.
¿Qué esperas del 2025?
Quiero continuar escribiendo el proyecto en el que ando metida, me gustaría seguir formándome como actriz y que mi familia y amigos tengan mucha, mucha salud.