Cuando nuestro cuerpo está cansado, ¿a dónde va nuestra mente? Gonzalo Guzmán siempre ha prestado mucha atención a lo que pasa por su cabeza cuando sueña. En el encierro del confinamiento empezaron sus sueños lúcidos, una experiencia que cambió su vida (y su carrera).
Para él, estos sueños funcionan como una especie de sandbox en la que vivir experiencias categóricas sin tener que lidiar con las consecuencias que tendrían en la realidad material. Descubrió en ellos nuevas formas de conocer el entorno que le rodeaba, a sí mismo y la esencia del propio ser. Una de las cosas que se trajo con él de vuelta a la realidad son su serie de figuras megalíticas recreadas en acero inoxidable, que invitan a imaginar, parar y reconectar, no solo a él, sino a todos.
Las mostró al público por primera vez en la exposción Colisión, en la galería Senda, dentro del festival de arte emergente Art Nou, y aquí nos cuenta más sobre ellas. También hablamos de la naturaleza de los sueños y su potencial, el subconsciente, la sociedad actual, realidades paralelas, creatividad y metal (el material, no nuestra revista) en esta extensa entrevista tras la que su obra se percibe incluso más actual, necesaria y multifacética. Hay que estar despierto. La realidad, en realidad, es relativa.
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Foto: Josephin Leddet
¡Hola, Gonzalo! Tengo una duda, ¿cómo te apellidas, Guzmán o Sánchez de Lollano?
Pues Guzmán es mi segundo nombre. O sea, soy Gonzalo Guzmán Sánchez de Lollano Caballero. La historia es que no es muy cómodo a la hora de enviar contactos y todo esto, entonces pensé que sería más fácil usar Gonzalo Guzmán. Es un tema puramente práctico.
Los sueños lúcidos que te condujeron hacia la escultura comenzaron en la pandemia. ¿Crees que la situación te afectó psicológicamente de alguna forma que provocó estos sueños, o fue una coincidencia?
Pues no estoy convencido. Fue un período en el que todos pasamos por momentos o situaciones a las que no estamos acostumbrados. En mi caso, el hecho de estar aislado, no salir y tener una rutina tan extremadamente repetitiva creo que mentalmente me llevó a buscar una salida de esa realidad. No es que fuera terrible, tengo la suerte de no vivir en una casa desastrosa, pero no tengo jardín ni nada de esto. Creo que el hecho de estar encerrado hizo que mi consciencia y mi realidad necesitasen evolucionar por otras vías.
¿Sigues teniendo estos sueños?
Sí que los he seguido teniendo, son algo que intento trabajar activamente. Tienen un punto de azar que no se controla, pero se pueden intentar entrenar y yo los intento fomentar.
Entonces, si los intentas fomentar, dirías que son más estimulantes que estresantes, ¿no?
Claro. Un sueño lúcido no es un sueño muy vívido, sino uno en el que eres consciente de que estás soñando. Lo que implica esto es que puedes llegar a variar el sueño a tu merced, y para mí esta es la parte realmente interesante y lo más heavy que he vivido en mi vida. Cuando se habla de estos sueños, se describe un estado de hiperrealidad, casi más real que el plano en el que estamos viviendo ahora mismo. Todos los sentimientos y emociones son muy reales, incluso si se trata de una ilusión.
Aquí entran diferentes teorías de filósofos, pensadores e investigadores sobre qué son los sueños, por qué los tenemos, etc., pero incluso si estos sueños fuesen una ilusión de nuestra mente, los sentimientos que experimentamos en ellos son reales. Veo un gran potencial en esto: podemos vivir según qué experiencias y sentirlas de forma real, sin la necesidad de, por ejemplo, perder a un ser querido, experimentar dolor físico, o enfrentarnos a cualquier consecuencia que pueda traer consigo en este plano de la realidad. El autoconocimiento que se puede obtener de estas experiencias es ilimitado.
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Los sueños lúcidos suelen ser inducidos por el deseo de cumplir objetivos y superar miedos. También se muestran relaciones entre los sueños lúcidos y vencer el estrés asociado a las pesadillas. ¿Tiene esto algo que ver contigo? ¿Te has visto en alguna de estas situaciones?
Los que yo he experimentado no vienen a raíz de ninguna especie de trastorno o de exceso de estrés. En mi caso, las veces que no los he inducido, han surgido simplemente de un momento en mi sueño en el que digo, espera, esto que está sucediendo no puede ser real. Entonces me empiezo a plantear si el entorno que me rodea es real o no. Aquí sucede un fenómeno que yo encuentro muy estimulante, y es que uno se empieza a plantear su propio sistema de creencias.
Estamos en una realidad que se rige por una serie de normas físicas, tú sabes que si saltas por la ventana no vas a volar. En cambio, si rompes con esto y te das cuenta de que lo que te rodea es más maleable de lo que piensas, que es lo que ocurre en estos sueños, puedes explorar mil posibilidades.
¿Nos podrías contar un poco cómo es el ritual o el proceso de entrenamiento que utilizas para inducir estos sueños?
Muchas veces los sueños se producen en un estado que se llama duermevela. Esto quiere decir que tu cuerpo está dormido pero tu mente está despierta, entonces se produce una desconexión entre los dos. Al anular los movimientos y sensaciones del cuerpo se siente todo mucho en la cabeza. Simplificando muchísimo lo que implica, es más fácil experimentar estos sueños si tienes un objetivo, si durante el día estás motivado pensando en tener un sueño lúcido y te propones algo que te gustaría cumplir dentro del sueño, como, quiero imaginarme cómo va a ser mi próxima exposición, por poner un ejemplo un poco tonto.
En mi caso, pienso que me gustaría comprender más el significado de estas estructuras que he visto en otros sueños o volver a interactuar con ellas. Entonces, lo que hago es ponerme una alarma a las cuatro de la madrugada, me medio desvelo y hago una serie de ejercicios en este estado adormecido que hacen que me sea más fácil empezar a experimentar un sueño lúcido cuando me vuelva a dormir.
¿Todo el mundo puede intentar este proceso con éxito?
Ahí es donde está el mayor potencial, en que esto es algo que la mayoría puede hacer. Hay gente que se acuerda y gente que no, pero todos soñamos. Es lo realmente bonito y donde yo estoy poniendo el foco de atención. Los sueños me han marcado y me interesan mucho, pero además puedo compartir la experiencia. Mucha gente con la que hablo, a raíz de este proyecto me han dicho, oye, pues yo también he tenido un sueño lúcido y me ha pasado esto. A la gente le suele gustar compartir este tipo de experiencias. Incluso he podido compartir proyectos con amigos, como el que realicé junto a Marria Pratts el año pasado para el Liceu.
La mayoría de estudios dicen que casi el 50% de la población llega a experimentar un sueño lúcido por lo menos una vez en su vida. O sea que no se trata de una cosa de cuatro iluminados que están señalados por una divinidad, qué va. Esto lo experimenta una gran parte de la población.
Tus esculturas representan los dólmenes que aparecen en tus sueños. Estos monumentos megalíticos se utilizaban como tumbas entre la época Neolítica y la Edad de Bronce. ¿Cumplen alguna función dentro de tu sueño?
Estas estructuras aparecieron en algunos de los sueños de forma casi aleatoria y realmente no es que cumplan una función determinada, pero lo que me llamó la atención fue la interacción que yo generaba con ellas: en el momento en el que interactúo tengo una sensación de paz, como si estuviese en un lugar de tranquilidad. Lo describiría de forma física como una especie de calor en el pecho, que me ha conmovido de tal forma que, imagínate, me ha llevado a construirlas en la realidad. Aunque parezcan relativamente abstractas, las figuras que hago en realidad son bastante figurativas porque el inicio del proyecto fue copiar esto que había visto en los sueños.
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¿Tienen alguna relación con la muerte y el más allá, o para ti significan otra cosa?
Es curioso, porque yo a raíz de estos experimentos o experiencias me tomo la escultura casi como una investigación, y esta es una herramienta que me da pie a investigar sobre por qué, en este momento de mi vida, en estos sueños, vivo esta experiencia que me marca tanto relacionada con estas figuras. A cause de este proceso empiezo a investigar sobre qué son los dólmenes, cómo se han planteado a lo largo de la historia, por qué surgieron, qué teorías hay sobre ellos y de qué formas pueden estar relacionados con los sueños lúcidos.
En el momento en que me encuentro ahora de la investigación, sí que creo que hay una vinculación directa entre los dólmenes y los sueños lúcidos. Según la mayoría de estudios, tienen su origen en las ceremonias funerarias de determinadas civilizaciones, con la particularidad de que han existido en muchas regiones separadas por el mundo. El link que hago con lo sueños lúcidos es que, en muchos casos, se entienden los sueños como preparaciones para el más allá, o el cielo en la religión cristiana, o la segunda vida de la que se hablaba en Egipto y en otras religiones. Es decir, se entiende que el estado en el que entraremos cuando muramos es una especie de sueño lúcido constante.
Al analizar los textos del antiguo Egipto o del cristianismo sobre la vida después de la muerte se nos habla de un contexto en el que puedes hacer casi de todo: te puedes reunir con las personas que tú quieras, no pasa el tiempo, etcétera. De esta forma creo que se liga, de forma muy esencial, el hecho de que a mí en un sueño lúcido se me aparezcan estos elementos que se han utilizado en la prehistoria para hacer ritos funerarios.
Porque tú empezaste a investigar sobre los dólmenes después de soñar con ellos, ¿no?
Exacto. Evidentemente están en el imaginario colectivo, e insisto en colectivo porque han aparecido dólmenes en Asia, Bretaña, España… y no necesariamente existe una conexión entre civilizaciones o culturas. Creo que son una forma muy esencial de conectar, y encuentro muy curioso que me hayan llegado a través de los sueños.
Todos están creados a partir de acero inoxidable, un material que se utiliza en el sector naval por su alta resistencia a la corrosión. Como diseñador industrial, seguro que conoces bien los materiales. ¿Qué tiene de atractivo este en concreto y por qué lo has elegido para dar forma a tu visión?
Pues, igual que lo de mi nombre, es una cuestión práctica. Cuando soñé vi estas estructuras metálicas, que en la realidad son de roca, algunas en forma de mesa grande, de dólmenes, de menhires, etc. Pensé en hacer estos volúmenes orgánicos de tal forma que puedan aguantar en el exterior y mantengan las propiedades físicas o visuales que tenían en los sueños. También buscaba que pesasen poco porque mis inicios vienen de otro mundo que no es la escultura, y los recursos con los que contaba no me permitieron empezar directamente con grúas o maquinaria excesivamente costosa.
Recordaba haber estudiado en la universidad el proceso del hydroforming, que se utiliza mucho en la industria de la automoción. Consiste básicamente en que tú tienes dos planchas de metal en las que introduces dentro agua a presión que las deforma. Normalmente se usa también un molde y un contramolde para que las planchas, al pegarse a sus paredes, tomen su forma. A nosotros, al no usar moldes, nos salen estas figuras tan orgánicas con unas arrugas que luego permiten a las estructuras sustentarse. Elegí el acero inoxidable porque buscaba un material que se pareciese al metal con el que había interactuado previamente en sueños y que fuese resistente al exterior, y este material me ofrece todas estas propiedades técnicas y visuales.
Entonces, en tus sueños veías metal, no roca. ¿Crees que tiene algún significado?
Seguramente. El acero inoxidable, aparte de esta parte más práctica que te decía, también tiene una serie de connotaciones. Como decías, se ha utilizado mucho en lo naval, y el metal es algo que tradicionalmente se ha utilizado también para maquinaria, armas, y demás cosas ligadas a una especie de progreso y velocidad. En mi caso hago lo contrario. Intento potenciar algo que he experimentado a raíz de lo ocurrió en la pandemia: precisamente, no hacer nada.
Al vincularlo a una cosa tan ‘inútil’ se produce esta contradicción, que es coger un material asociado a la tecnología y sacarlo de ese mundo para llevarlo a algo que invita a reflexionar, a parar, a dormir… a hacer lo opuesto a ser productivo, y esto es algo que me gusta. ¿Tiene alguna implicación más allá de la resistencia técnica y todo esto? Por supuesto. También es un material que permite recrear una realidad deformable, como cuando ves un reflejo desfigurado y sabes que lo que estás viendo es una realidad alterada. En cierto sentido, te invita a pensar que la realidad se puede malear de alguna forma.
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Tus esculturas, a pesar de tratarse de estructuras sólidas y robustas, por la manera en la que están hechas dan la impresión de ser ligeras, incluso parecen estar rellenas de aire. ¿Qué significa para ti este contraste entre la ligereza que parece que tienen y la apariencia anclada en la tierra de los dólmenes de piedra?
Pienso que es una consecuencia del proceso de trabajo. Sí creo que tiene estas connotaciones ‘poéticas’, pero como artista no me gusta mucho destripar las obras y contar demasiado lo que tengo en la cabeza porque creo que cuando te enfrentas a una obra sin saber muy bien para qué ha sido concebida o con qué fines, puedes verla sin ningún tipo de frontera o preconcepción, que es la forma tan poderosa en la que he conocido yo estas figuras. Al verlas en los sueños no sabía bien a qué me estaba enfrentando y creo que es algo bonito que experimente la gente, que se enfrente a estos objetos como lo hice yo y ver qué les transmite y qué les traslada.
Háblanos un poco más del proceso creativo y físico de realizar estas esculturas. Supongo que necesitas un espacio gigante para hacerlas, por ejemplo.
Pues sí. Como decía, me dedicaba a otra cosa antes de esto y no tenía taller. Entonces planteé el proyecto, hablé con la gente de Utopia126, que son bellísimas personas, y me dieron la oportunidad de trabajar y desarrollar el proyecto en unos espacios que tienen allí y que ceden a artistas. Hay unas zonas que utilizaban más para rodajes, pero en mi caso me dijeron, si quieres ponerte a construir todo esto, tienes este espacio y esta es tu casa. Soy muy afortunado en este sentido. Ahora lo hacemos casi todo en nuestro taller y agradezco mucho el apoyo de mi jefe de taller, Diego.
La pieza central de tu exposición, Colisión, es una ilusión visual que hace que una estalactita de tres metros reflejada en una superficie parezca una enorme estructura de seis metros. Esta confusión entre los límites de lo real y la percepción es algo que experimentamos también en sueños. ¿Crees que los sueños son una fuente de creatividad a la que todos deberíamos prestar más atención?
La instalación de Colisión es una invitación directa a plantearte tu sistema de creencias, dejarlo a un lado y empezar a ver la realidad de una forma más maleable. Solo hay un elemento físico, pero la percepción de lo que nos estamos encontrando es mucho mayor. Una vez más, son dos elementos geológicos, también relacionados con las construcciones neolíticas, uno real en contradicción con uno que no lo es, los dos a punto de tocarse. Esto es como lo que sucede con los sueños lúcidos: son ese punto en el que convergen la realidad física de este plano y la otra realidad paralela.
Cuando hablo de sueños lúcidos hablo de realidades paralelas, no de ilusiones o trampantojos, porque creo que van más allá. Hay que tener en cuenta que nos encontramos en un momento de la sociedad capitalista en el que se nos invita a estar constantemente consumiendo, en movimiento, produciendo. Soñar es una actividad que no produce y de la cual no se puede sacar, a priori, ningún beneficio económico. Los que puedes obtener están ligados a un tema espiritual o de autoconocimiento. Entonces, dejando de lado la parte creativa (evidentemente no soy el primero en inspirarse en los sueños, hay movimientos relacionados con ellos desde que el hombre existe), sí que creo que todos podemos beneficiarnos del ejercicio de soñar.
Es un contexto precioso en el que puedes vivir estas experiencias que, si somos lo suficientemente abiertos, nos permiten reflexionar sobre lo ocurrido y aprovecharlo de alguna forma. Yo te puedo explicar, por ejemplo, cómo es enamorarse, pero si tú te enamoras, ahí es cuando comprendes de qué se trata. Esta es la oportunidad que nos dan los sueños. En otros momentos de la historia y en diferentes culturas, soñar era una actividad fundamental; decisiones políticas muy importantes y sociales y personales a lo largo de la historia se han tomado teniendo como base los sueños.
¿Crees en la onirología?
En este sentido, soy una persona que invita a explorar todo este mundo pero creo que cada uno lo tiene que hacer desde la experiencia propia. La de interpretar los sueños es una ciencia un poco abstracta y puede tener sus cosas buenas y sus cosas malas. Creo que los sueños son una herramienta que se debe utilizar de forma sincera y cercana contigo mismo, en lugar de estandarizarla. Pero bueno, yo hablo desde la experiencia propia y no puedo decir que esté bien o mal. En cualquier caso, explorar el subconsciente y las posibilidades que nos dan los sueños de expansión de la consciencia, tomes la vía que tomes, siempre va a ser interesante y se pueden sacar cosas muy bonitas.
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Después de haber hecho este estudio de tu subconsciente, ¿qué crees que dicen tus sueños sobre ti?
Dicen muchas cosas. Algunas te pueden gustar más y otras menos al verte a ti mismo en situaciones en las que no sabes cómo vas a reaccionar y lo haces de cierta forma. Con lo cual, los sueños creo que dicen tanto o casi más de nosotros que cómo interactuamos en la realidad. Igual que yo con mis esculturas voy hacia formas esenciales o básicas, los sueños también nos permiten acercarnos a nuestra esencia en cierto sentido y, si te estudias a ti mismo en estas situaciones, puedes aprender mucho. Recalco demasiado este ejercicio individual porque creo que el conocerse a uno mismo hará que interactúes con el resto de forma diferente. Así mejorará tu entorno, cómo te relacionas con él y puedes llegar a modificar tu propia realidad.
Me imagino que, como los sueños son un producto de nuestra mente, algún límite o norma se aplica a la realidad que vives en estos. ¿O es un mundo totalmente aparte?
Como te decía, hay mil teorías. Desde mi experiencia propia, es un mundo muy diferente y mi forma de interactuar con él también lo es. Hay teorías y pensadores que directamente hablan de una realidad paralela, ni la vinculan a la mente. Hablan de viajes astrales y otro tipo de cosas, que pueden sonar muy místicas y poco científicas. El instituto Monroe y otro tipo de instituciones se dedican a la investigación de estos límites: si existen en la cabeza, en otro lado físicamente o no físicamente, o cuáles son las posibilidades. 
¿Y no hay límites físicos, gravedad, no existe el tiempo…?
Precisamente sobre el tiempo hice una especie de guiño en la exposición de Colisión y es que, muchas veces, el momento de lucidez en el que me doy cuenta de que estoy en un sueño se da porque los relojes no funcionan. No es que estén parados, es que van locos u ocurre algo, de repente sucede algún tema físico con el tiempo que no concuerda y no funciona. En Colisión había un reloj en una de las paredes malfuncionando, lo cual era otra invitación a plantearte si estás en un sueño o no.
¿Te interesaría expandirte hacia otros campos, como por ejemplo, el de la escenografía?
La escenografía sí me interesa, pero la parte delicada de utilizar las obras y su mensaje de esta forma es que, en el momento en el que aparecen de fondo en algo que no sea una exposición o un contexto que invite a una función determinada, dejan de ser una obra de arte y pasan a ser atrezzo. Hay marcas de lujo que me han contactado para colaborar y, aunque a priori podría ser beneficioso para mi imagen, no quiero que aparezca un bolso apoyado en una escultura porque deja de ser una escultura y pasa a ser una peana.
Por otra parte, aunque la vía conceptual o de investigación que estoy llevando se remonte mucho al pasado… Es un poco pretencioso mencionar a Ortega y Gasset (risas), pero él decía que tenemos que ser hombres de nuestro tiempo, y no se puede estar con la cabeza, el corazón y los sentimientos anclados en una historia ajena al contexto de hoy en día. Con lo cual, sí que me gusta enterarme de qué está ocurriendo a nivel artístico y a cualquier otro. Además, creativamente, nunca sabes de dónde puede llegar la inspiración; una conversación o la canción de un artista te cambia la forma de sentir o de ver ciertas cosas.
¿Qué podemos esperar de ti en el futuro?
Voy a continuar en la línea de investigación de los sueños lúcidos porque es un mundo que me toca de personal y me encanta explorarlo y compartirlo con la gente. Es algo muy bonito y un poco la labor, si es que existe alguna labor, que tengo con los demás: impactar en una persona de tal forma que se empiece a plantear cosas que se dan por hecho o se obvian. Como cuando alguien dice, oye, pues nunca me había fijado en que el cielo se veía de esta forma gracias a que lo ha visto en un cuadro. Poner el punto de foco en temas tan cotidianos es una labor bonita.
Poner el punto de foco en temas tan cotidianos es una labor bonita.
Respecto a los próximos proyectos, estoy preparando un crómlech que voy a terminar el mes que viene. Es una formación de doce menhires de tres metros aproximadamente, y allí haré una performance que consistirá en dormir en una fecha determinada para ver qué ocurre. Nunca he tenido la experiencia de dormir cerca de las esculturas, y a lo largo de la historia ha habido ciertos lugares que se utilizan para incubar sueños, así que es una experiencia que me gustaría tener.
También me han invitado a hacer una incursión en el diseño industrial y volver a lo que estudié hace tiempo. Es una colaboración del Design Hub con la galería Il·lacions. Presentarán una representación de la escena del diseño en Barcelona, y tenía claro que no desarrollaría un concepto relacionado con mis esculturas porque quiero diferenciarlo bien de mi obra artística. Si hago un ejercicio de diseño será diseño puro y duro, es decir, un objeto. El concepto era decorum (qué objetos tienes en casa cuando vienen invitados). Se me ocurrió hacer un porrón, algo muy de España y de Cataluña, muy tradicional y vinculado a lo popular. Me apetecía trabajar con un elemento que, además, veo muy divertido. Cuando estás bebiendo compartes, bebes, te manchas y me gusta el contexto que se genera en torno al objeto.
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Foto Josep Vila Capdevila
¿Esta relación entre objetos y personas es lo que más te interesa?
Me gusta mucho que se generen contextos alrededor de objetos. Lo que creo que es realmente interesante sobre este proyecto es que es la primera vez que se utiliza vino para dar forma a un objeto. En vez de hydroforming hemos inventado el wineforming, que consiste en utilizar vino a presión para dar forma, en este caso, al porrón. Su forma remite al porrón tradicional pero estoy muy contento a nivel de diseño porque se ha creadoo controlando muy bien los pliegues.
El primer pliegue da el ángulo para beber y el segundo te permite agarrar el porrón. Es un proyecto con el que me lo he pasado muy bien y que tiene este punto de innovación técnica que me hace ilusión. También es una forma de continuar explorando. En definitiva, a nivel conceptual seguiré con los sueños, pero a nivel técnico estoy desarrollando este ejercicio de exploración formal que está muy bien para oxigenarse.
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