La feria de arte internacional Art Brussels marca un hito significativo este año al celebrar su cuadragésimo aniversario. Tras estas cuatro décadas destacando el arte emergente y juntando las propuestas artísticas europeas más variadas, en esta edición especial se han seleccionado casi doscientas galerías de todo el mundo para catapultar a artistas emergentes, pero también para redescubrir talentos pasados con la nueva sección Rediscovery, un espacio dedicado a artistas infravalorados u olvidados del siglo XX. Entre los participantes de esta nueva iniciativa, marcados en el enorme pabellón con un cartelito rojo, destacaba el rincón de la galería Senda.
En su vigésimo primer año participando, Senda ha dedicado su propuesta a destacar la obra del autoproclamado ‘artciemist’ (artista, científico, místico) Evru Zush. En los años sesenta comenzó a retratar el mundo onírico e imaginario personal que bautiza como ‘estado mental evrugo’ y desde el cual explora temas como la identidad, la alteridad y el estado del ser. Es conocido por el universo estético único que ha creado para traer todas estas reflexiones al mundo físico en forma de bellos y complejos dibujos, coloridos y oscuros a la par, que recuerdan al Surrealismo. 
El barcelonés, que actualmente lleva ocho años desaparecido del circuito artístico, estuvo además acompañado de Gonzalo Guzmán, otro artista que explora los sueños para traerlos a la realidad, solo que a este no hay que recordarlo sino reconocerlo. Tuvimos la suerte de poder hablar con el diseñador industrial y escultor en esta entrevista, donde nos explicó con todo detalle la inspiración que encontró en sus sueños lúcidos para crear sus piezas megalíticas metálicas, que continúan en la línea de crear puentes entre lo tangible e intangible, entre el sueño y la realidad. 
La tercera artista que completó el discurso fue la chilena Sandra Vásquez de la Horra, autora de característicos dibujos basados en cera que siguen moviéndose en el plano de la imaginación y el sueño con el propósito de comprender el mundo interior, pero en su caso con la intención de repensar y deconstruir tabúes y temas profundamente arraigados en la cultura como la religión, la mitología, el sexo, la muerte, etc.
Con cada uno de ellos pariendo sus propias vivencias como combustible para crear mundos, Senda pudo crear en su stand un pequeño microcosmos juntando a estos tres artistas de generaciones distintas pero unidos por una condición humana que les aqueja con cuestiones similares y despierta su voluntad de entender y conocer lo que nos puebla por dentro  a través de los sueños.
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