Las ilustraciones de Fran Dibuja te harán viajar por las mejores escenas de la filmografía de Almodóvar y los momentos más dispares de la televisión, así como una aproximación a los jóvenes talentos que llegan para quedarse: lo último de Eduardo Casanova, Putochinomaricón, Soy Una Pringada y sus frases demoledoras, o Rosalía, quien casualmente aparecerá en el próximo filme de Almodóvar. Hablamos con Fran sobre lo que todas estas estrellas han significado en su proceso como artista, sin dejar de lado el petardeo y el faranduleo que tanto le gusta.
Antes de empezar, preséntate un poco. ¿Quién es Fran y cómo empezaste este proyecto artístico?
Me llamo Francesc Escriche, nací en 1984 en un pueblo del Delta del Ebro y dibujo constantemente desde que tengo uso de razón. Es algo que siempre ha formado parte de mí, apenas caminaba y ya destrozaba los libros de mi hermana mayor cuando ella no estaba en casa a base de garabatos. No recuerdo un solo libro o libreta del colegio que no estuviese repleto de dibujos por todas las esquinas, así que supongo que siempre tuve muy claro que estudiaría algo relacionado con el arte.
Y finalmente, ¿fue así?
Me licencié en Bellas Artes en Barcelona y trabajé durante un tiempo como diseñador gráfico e ilustrador para otras empresas. Lo dejé aparcado para dedicarme a la docencia y empecé a trabajar en mis dibujos con total libertad, sin condiciones y a encontrarme a mí mismo como artista.
¿Te dedicas plenamente al dibujo?
Actualmente me dedico a la docencia, como profesor de secundaria, y lo compagino con la ilustración. Dedicarse plenamente a esto en España, al menos desde mi experiencia, es muy difícil y una carrera de fondo. Hay muchos factores que no controlas: contactos, como proyectas tu imagen, no hay mucho mercado, el tiempo y dinero que le puedas dedicar, etc. El talento no siempre es el factor más importante.
¿Cómo es ser artista y joven en España?
Trabajar en un ámbito local y más o menos sobrevivir se puede conseguir, trabajando mucho y no haciendo lo que te gusta casi siempre. Lo difícil es trascender, tener una identidad como artista y vivir de ella al 100%. Eso en España lo consiguen muy pocos por desgracia.
Me he fijado en que antes dibujabas más a mano, pero hace tiempo que trabajas más de manera digital. ¿A qué se debe? ¿Qué te ofrece una técnica que no puede la otra?
Dibujo muy rápido, y el dibujo digital te permite agilizar el proceso de trabajo y optimizar el tiempo. Es una cuestión de comodidad; los resultados que consigues con una u otra manera de trabajar son muy distintos. Me gustan los colores vivos, brillantes y el acabado gráfico que consigo digitalmente. De todas maneras, me gusta utilizar la tinta, los acrílicos y el papel, y ese acabado un poco más sucio e imperfecto. No estancarme, intento hacer cosas diferentes y la verdad es que no establezco diferencia entre ambas maneras de trabajar. No creo que una sea mejor que otra, pueden coexistir y funcionar juntas o por separado.
¿Cómo es el proceso de cada uno de tus retratos? Guíanos un poco por tu mente y rutina de trabajo.
Suelo empezar mis dibujos de manera analógica con un esbozo previo que luego termino en el ordenador con la tableta gráfica. Trabajo con varias imágenes de referencia, creo carpetas con fotos que me interesan –al principio trabajo de manera un poco impulsiva. Lo que veo cada día en la cultura popular, el cine, o la música me lleva a la idea inicial de mi dibujo y la composición; el resto del proceso de trabajo es más lento, a base de prueba, error y volver a empezar, sobre todo el color y los acabados. Hay dibujos que termino en una o dos horas y otros que me llevan días.
Tienes un estilo muy característico, con trazos y líneas muy marcadas y expresivas, cuyo resultado es muy gráfico y, a veces, roza el graffiti o incluso lo trash (también por las temáticas y personajes, claro). ¿Cómo ha sido tu evolución técnica/estilística a medida que han ido pasando los años?
Cuando empezaba me adaptaba a lo que me pedían, desde ilustración infantil hasta un catálogo de material de oficina sin pretender forzar un estilo auto impuesto. Eso viene solo y cuando dibujas por gusto. Suena a tópico, pero creo que el estilo surge de manera natural, a base de dibujar mucho, es una mezcla de tus destrezas técnicas y, sobre todo, de tus referentes estéticos –no solo de ilustración sino también de la pintura, del cine, el cómic, la televisión, la música, etc., que sirven de fuente de inspiración.
Y en tu caso, ¿qué referencias te marcaron a ti?
En mi caso, la cultura popular que he consumido durante mi vida me ha ayudado a definir mi estilo, la alta cultura y la cultura trash mezcladas sin prejuicios ni complejos. Mis referentes, aunque se puedan reflejar más o menos en lo que hago, van desde David Hockney a Otto Dix, pasando por Jamie Hewlett o Daniel Clowes, de Almodóvar a las señoras mayores excéntricas muy maquilladas, la farándula, la historia del arte, etc.
Precisamente muchos de tus dibujos hacen referencia al mundo de la farándula y del petardeo: Aramis Fuster, la Pantoja, Leticia Sabater, o Almodóvar y McNamara en los 80 (y muchas de las películas del director). ¿Qué es lo que más te gusta de este tipo de personajes?
Me gustan y me divierten, y me parece que en general tendemos a tomarnos todo lo que tiene que ver con el arte demasiado en serio o a disfrazarlo de un discurso pedante para perpetuar esa aura de superioridad intelectual que me aburre soberanamente. Creo que hay que ponerle sentido del humor a todo, aunque soy consciente que eso me puede excluir o que me tomen menos en serio en determinados sectores. En cuanto a Almodóvar, me encanta desde que de pequeño vi la escena de Carmen Maura en La ley del deseo siendo regada en la calle y me quedé embobado con la fuerza de esa mujer, su universo es único en todos los sentidos.
Viendo tu trabajo, imagino que tendrás un buen background y referencias de la cultura más petarda. ¿Podrías decirme un momento icónico de la cultura popular y/o televisiva y/o del faranduleo que todos debamos conocer? Momentos de oro como los que nos ofrecen cuentas de Instagram como @esunescandalo.
@esunescandalo es una hemeroteca de la farándula, o @sopadefideos una maravilla de fragmentos icónicos del cine español. Es muy difícil escoger solo uno, pero por decir alguno, cualquier momento de los videntes televisivos que me encantan, como Sandro Rey y sus gafas radiónicas para expandir su capacidad extrasensorial.
Rosalía, Soy Una Pringada, Putochinomaricón, Paquita Salas o C Tangana ejemplifican que, además de gustarte los iconos de antaño, estás al corriente de lo que está pasando hoy día. ¿Crees como artista debes estar constantemente atento a las nuevas tendencias? ¿Con qué criterio decides dibujar a unos u otros?
Claro, bebo de la cultura popular e intento estar al corriente de lo que pasa, pero más que como artista eso forma parte de mí como persona, no me gusta estancarme. Lo de dibujarlos o no, pues depende; suelo dibujar lo que me gusta, ya sea algo concreto del personaje o su estética o su personalidad. Hay muchos personajes que son tendencia que no dibujaría nunca porque simplemente no me gustan.
De estos personajes que son tendencia, ¿cuáles destacas?
Soy Una Pringada o Putochinomaricón me parecen dos personas muy necesarias porque son una patada en la boca a todos los clichés de género, belleza, estética, buen gusto, y discurso. Que alguien que viene de la nada y que parecía que no saldría del underground –que sería blanco del chiste fácil o no se tomaría en serio en los medios mainstream– esté triunfando y haciendo proyectos interesantes siendo tan joven me parece una maravilla. Creo que hay mucha gente que en menor o mayor medida no encaja en el molde de lo apto para ser consumido, y necesitamos más disidentes como ellos que nos representen.
Además de las referencias a la cultura española, también hay muchas otras: desde Courtney Love y Kurt Cobain hasta Phoebe de Friends, pasando por Marilyn Manson, Divine, American Horror Story, The Smashing Pumpkins, Matilda o The Craft. Imagino que es difícil, pero dime tres referencias que creas hayan marcado tu personalidad y trabajo desde pequeño.
Crecí en los 90 y principios de los 2000, y dicen que lo que nos pasa en la infancia y adolescencia marca toda nuestra edad adulta, así que supongo que todo el cine, televisión y música que consumí me ha marcado. En general, me han marcado los personajes que no encajan, lo kitsch, la miseria humana, la ironía y el humor en el arte. Si tengo que escoger tres referentes así a lo loco te diría: la bruja del mago de Oz en la infancia, Courtney Love en su etapa de los 90 con Hole de adolescente, y Hedwig de Hedwig and the Angry Inch de adulto.
Solo he encontrado tu perfil como ilustrador en Instagram, no tienes ni web me parece. ¿Consideras que es una plataforma vital para que cualquier artista se dé a conocer?
Tenía una web pero la cerré cuando empecé a desarrollar cosas distintas a lo que estaba haciendo que no me encajaban con el resto de los trabajos anteriores. Lo tengo pendiente, pero creo que hoy en día tener una web es algo puramente formal; las redes permiten una inmediatez y visibilidad que son geniales para cualquier creador para mostrar su trabajo. Con @fran.dibuja puedo llegar a mucha gente que de otra forma sería imposible si no tienes padrinos o vives en una gran ciudad.
Así pues, ¿dirías que un artista sin redes sociales está perdido hoy en día?
Las redes tienen ese lado estupendo que permite un escaparate accesible, te conectan con gente que comparte referentes contigo, y encuentras a gente que hace cosas absolutamente geniales. Las redes me interesan como herramienta para mostrar mi trabajo pero también tienen un lado oscuro, son un espejismo, muchos valoran más la vida online que la real. Te puedes convertir en un esclavo de ellas, obsesionarte con los seguidores, en publicar cada día, exponerte y convertirte en un producto. Muchos miden la calidad artística por el número de seguidores y eso es muy triste.
Por tu estilo artístico, puedes mostrar tu trabajo allí, pero hay un gran número de fotógrafos, filmmakers, y también ilustradores cuyo trabajo ‘no sigue’ las reglas de Instagram. ¿Cómo crees que esta censura puede afectar a nuestra percepción del arte?
La censura como control y dominio siempre ha existido en toda la historia del arte, y los tiempos de Internet no se salvan. Lo que pasa es que ahora nos creemos muy libres, y no. A mí me parecen absurdos y ridículos los criterios con los que se aplica, el tabú al pezón. Uno masculino es correcto pero uno femenino inmoral. Unos genitales son castigados, pero luego hay millones de cuentas de niños y niñas de doce años con fotos cuestionables cuando se supone que a esa edad no pueden tener redes, y esas cuentas no se cierran.
De todas formas, la censura nos lleva al debate, la protesta y a la revolución, y eso me parece muy divertido y necesario; hay que luchar para conseguir cambiar las cosas. Me parece que el tema de regular los contenidos de internet da para mucho hablar.
De todas formas, la censura nos lleva al debate, la protesta y a la revolución, y eso me parece muy divertido y necesario; hay que luchar para conseguir cambiar las cosas. Me parece que el tema de regular los contenidos de internet da para mucho hablar.
Entre tus publicaciones vemos como Penélope Cruz o Rossy de Palma son las personalidades que más se repiten. ¿Las consideras tus musas o mayores fuentes de inspiración?
Las chicas Almodóvar en general siempre son fuente de inspiración. Rossy es una maravilla estética, y Penélope una actriz estupenda y un icono de nuestros tiempos. En su caso, el año pasado compartió en su Instagram una ilustración mía de Raimunda en Volver, y me hizo una ilusión tremenda, un detallazo por su parte. Esa sería una de las cosas positivas de las redes, que alguien como Penélope Cruz llegue a ver lo que haces y le guste. ¿De qué otro modo sino hubiese llegado yo a ella? Con su Oscar, sus Goyas y su estrella de Hollywood y sus millones de seguidores en redes por todo el mundo.
Echando la vista atrás, ¿cuál crees que ha sido tu mayor logro hasta ahora profesionalmente?
Creo que para mí el hecho de llegar cada vez a más público y poder hacer lo que me gusta libremente ya me parece un logro estupendo. De todas formas, los mayores logros siempre están por llegar.
Para acabar, ¿qué planes de futuro tienes? ¿Cómo se plantean los próximos meses?
Seguir dibujando y sacar más tiempo para ello, no estancarme, hacer cosas diferentes para ofrecer más como profesional. Me gustaría hacer un álbum ilustrado dentro de mi estilo con texto propio o de alguien interesante, es algo que tengo pendiente y me encantaría. Quizás ilustrar una biografía. También me gustaría dibujar más para prensa, revistas o periódicos. En realidad estoy abierto a todo tipo de propuestas que me resulten interesantes.