Alvaro Mars continúa consolidándose con fuerza como uno de los diseñadores más prometedores en la moda internacional. Sin dejar de evolucionar, el español, con quien hablamos hace cuatro años en esta entrevista, ha conseguido hacer de su estética tan reconocible su gran fortaleza.
Una fortaleza que también ha sabido ver Dr. Martens, que ha seleccionado al creativo como uno de los nueve finalistas de su último reto en colaboración con la prestigiosa escuela londinense Central Saint Martins. Mars está decidido a aprovechar esta oportunidad al máximo, y no es de extrañar que su propuesta haya convencido al jurado de expertos del desafío
“Mi proyecto es una oda a mi yo adolescente, un adolescente que iba a clases de ballet con las Docs”, nos cuenta sobre cómo ha afrontado el último reto planteado por Dr. Martens, resultado de una alianza con la escuela por cuyas aulas pasaron Graces Wales Bonner, Stella McCartney o Harris Reed, entre otros muchos. Partiendo de su experiencia personal con la marca, Álvaro ha respondido con determinación a la propuesta, en la que se le invitaba a reimaginar el primer producto de la firma, la bota que lo empezó todo, la 1460. “Creo que, por primera vez en mi carrera, aparte de seguir mis instintos, he sabido jugar bien mis cartas y tomar la decisión más inteligente”, confiesa Álvaro.
Con él hablamos de la gran oportunidad que ofrece esta iniciativa, de las interesantes fórmulas que resultan de la suma de fuerzas entre jóvenes diseñadores y grandes marcas y, por supuesto, de la propuesta que presentó y que aplaudió el jurado. ¡Sigue leyendo!
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Álvaro, ¡qué ilusión volver a hablar contigo! Cuéntanos, ¿cómo estás y desde dónde nos respondes?
El sentimiento es mutuo, me ha emocionado volver a tener la oportunidad de entrevistarme con vosotros; sobre todo, en retrospectiva con la que hicimos hace ya cuatro años. Yo estoy bien, con mucha ilusión de continuar con mis proyectos y enseñaros pronto en lo que estoy trabajando. Justo ahora estoy en la biblioteca de Central Saint Martins, en una mesa al lado de un ventilador (sorprendentemente hace bastante calor en Londres), delante del ordenador escuchando una recopilación de Tchaikovsky. Puede sonar un poco pedante, pero es que necesito concentrarme y no escuchar el ruido del ventilador.
“El principal reto es hacerte hueco en una industria mastodóntica que padece overbooking”, respondías la última vez que charlamos, cuando te preguntábamos por los desafíos que enfrentabas como joven diseñador. Ahora, tras varios años de trayectoria en los que no has dejado de sumar experiencias profesionales y vitales, ¿cómo ves la industria?
Pues volviendo a releer la respuesta que os di hace cuatro años, me he preguntado si algo ha cambiado. Evidentemente ha llovido mucho desde entonces, he podido mostrar mi trabajo en pasarelas en Londres y colaborado con creativos de los que he podido aprender y crear buenas sinergias. Sin embargo, sigo sin la certeza con la que me gustaría responder a la pregunta.
Supongo que antes pensaba de una forma más ‘naive’, y ahora soy más consciente y analítico de los pasos que doy en la industria. Una industria que, en mi opinión, sigue padeciendo overbooking, que cada vez va más rápido; tan rápido que da hasta vértigo. Con el tiempo y la experiencia que llevo, me he planteado cuál es la industria de la que quisiera formar parte. Me gustaría formar parte de una industria que no corra tanto, que evite las producciones masivas y que, sobre todo, tenga como pieza angular la artesanía que solía caracterizar esta profesión.
¿Qué recuerdos se te vienen a la cabeza cuando piensas en el Álvaro adolescente, al que te referías como “un chico de una ciudad pequeña con sueños muy grandes”?
Para ser sincero, no tengo una relación totalmente cordial con él. Me suelo encontrar mucho más reflejado en el niño que tenía muchos sueños y que veía todo de una forma más sencilla. Espero que, de alguna forma, sienta orgullo al mirar hacia delante. Cada día estoy un paso más cerca del creador que quiero ser.
Desde que emprendieses tu camino en la moda, ¿cuál es la experiencia que más te ha marcado hasta la fecha y por qué?
Si echo la vista atrás, no ha pasado tanto tiempo. Digamos que empecé mi camino en la industria hace casi cinco años, o por lo menos hasta allí llegan mis cálculos. Lo que sí puedo decir es que ha sido muy intenso. Tengo muchos recuerdos agolpados en mi cabeza de este periodo, creo que podría resaltar cuando hice mi primer desfile. No sé si es porque fue el primero o por el tinte surrealista que pintó toda la experiencia, pero el hecho de que mis padres pudieran estar en front row viéndolo todo, enfrente de la plaza roja de Moscú, no se me ha quitado de la cabeza.
Eres uno de los nueve finalistas del reto planteado por Dr. Martens de la mano de Central Saint Martins en su más reciente colaboración. ¿Cómo te sientes? ¿Te lo esperabas?
Siempre que aparece una oportunidad así, ni me planteo que no me pueda interesar. Creo que este tipo de proyectos ayudan a descubrir otra faceta más de mi universo creativo. Me siento muy agradecido de poder llevar a mi terreno un ítem tan icónico, ha sido todo un placer trabajar con la firma. En relación a si me lo esperaba, y sin querer sonar pretencioso, sí que intuía que me lo fuesen a dar. Creo que, por primera vez en mi carrera, aparte de seguir mis instintos, he sabido jugar bien mis cartas y tomar la decisión más inteligente.
Tengo entendido que desde la escuela londinense os retaron a reimaginar la icónica bota 1460 de Dr. Martens, ¿no es así?
Así es. Ha sido todo un reto para mi estética como diseñador. Por esa razón, creo que esta colaboración ha sido muy interesante. Tuve que salir de mi zona de confort para trabajar con un clásico. Es cierto que, al trabajar con un zapato tan icónico, tienes una responsabilidad añadida.
Estamos hablando de nada más y nada menos que el primer producto de una marca con más de medio siglo de historia. Una firma que revolucionó el significado del calzado, convertida en una de las mejores embajadoras en términos de identidad y durabilidad. ¿Cómo has afrontado este desafío, y qué puedes contarnos sobre la propuesta que has presentado en el certamen?
Desde la primera reunión que tuvimos nos dieron mucha libertad, tan solo unas pautas muy claras en relación al espíritu de la marca. Yo tuve claro desde el primer momento de lo que quería hablar; quería hablar de mi experiencia personal con la firma. Mi proyecto es una oda a mi yo adolescente, un adolescente que iba a clases de ballet con las Docs. De ahí que mi propuesta sea literalmente unas botas 1460 en la primera posición.
Para el día de la presentación con la dirección creativa de Dr. Martens, les presenté un toile de los volúmenes en los que estaba trabajando (volúmenes que de alguna forma ya son parte de mi sello como diseñador) y una foto de una de las meninas de Velázquez, ya que quería hacer un guiño a la cultura que me ha nutrido desde pequeño.
Es innegable que el calzado es un eje fundamental dentro del sector de la moda, un elemento al que los diseñadores conceden especial importancia en sus creaciones. ¿Cómo trabajas tú esta parte de la indumentaria en tu proyecto personal?
El mundo del calzado siempre me ha interesado mucho, tanto por la parte de artesanía, que para mí es algo primordial en esta profesión/industria, como por la cercanía que he tenido siempre a este campo. Siempre me ha llamado mucho la atención, muchas veces he empezado a conceptualizar prendas a partir de los zapatos. Mi zapato fetiche creo que serían unos kitten heels.
El jurado conformado por grandes nombres de la industria como Fabio Piras, director del Máster de Moda en Central Saint Martins, o Darren McKoy, Director Creativo de Dr. Martens, entre otros, seleccionará próximamente a los cuatro finalistas que trabajarán con el equipo de diseño de la firma para dar vida a sus botas 1460 personalizadas. ¿Qué supondría esta oportunidad para ti?
Supondría y supone, ya llegados a este punto de la selección, visibilidad. Nos han dado una plataforma para exponer nuestro trabajo y visión creativa para así poder llegar a un público más amplio. Este tipo de proyectos son muy importantes para los diseñadores emergentes.
Los prototipos ganadores se lanzarán durante la Semana de la Moda de Londres de 2024, junto con el desfile de graduados de Central Saint Martins. Además, los ganadores recibirán una beca de cinco mil libras para poder seguir desarrollando sus proyectos. ¿Crees que las grandes empresas se involucran lo suficiente en la promoción y el apoyo a las jóvenes promesas de la moda? ¿Hay algo que eches en falta como joven creativo en este sentido?
Creo que, el hecho de que ahora mismo esté haciendo esta entrevista, a rasgos generales, me convierte en la excepción. A día de hoy no lo creo, espero equivocarme pronto. La realidad es que, para creativos en general, es muy difícil encontrar oportunidades. De ahí que la gran mayoría tengamos que mudarnos a otro país o reinventarnos para perseguir nuestros objetivos. Creo que sigue faltando industria. Necesitamos que se inculque más la cultura del emprendimiento, que se ofrezcan más ayudas/medios y que se creen plataformas reales donde se abogue por la comunidad creativa en todas sus vertientes.
Ser uno de los nueve estudiantes finalistas de la última colaboración entre Dr. Martens y Central Saint Martins te ayudará a seguir forjando tu camino en el sector, posicionándote como uno de los nombres más prometedores en la escena actual. ¿Hay algo que puedas adelantarnos sobre tus próximos proyectos?
Pronto podréis ver a una Lolita que, sin salirse de mi esencia, ha evolucionado y es una versión más fiel al creativo que pretendo ser. Espero jugar bien mis cartas y que pronto podáis ver en lo que estoy trabajando, así que estad atentos.
Y por último, ¿dónde y qué te gustaría estar haciendo en cinco años?
Para ser sincero, no sé muy bien cómo responder a esta pregunta. Si respondo desde la racionalidad, me gustaría continuar con mi carrera profesional. Aprovechar la oportunidad que tengo este año para llegar a un público mayor y, por qué no, pegar el pelotazo. Me veo continuando con mi proyecto personal, comercializando parte de lo que creo y llevarlo hacía un plano más artístico y conceptual. También me veo formando parte de una dirección creativa de una firma con la que comparta valores, y haciendo equipo con creativos que admiro en una capital de la moda como París.
Sin embargo, la realidad es que soy una persona muy efervescente, y suelo tomar decisiones basadas en un plano más emocional. Recientemente, he vivido experiencias que me han hecho sentir pleno y descubrirme mucho a mí mismo. Siento que en la sociedad en la que vivimos, somos muy de castigar el ‘pan para hoy y hambre para mañana’. Puede ser que en cinco años lleve una mochila a la espalda y me esté recorriendo alguna zona de Australia o Tailandia, supongo que lo iré descubriendo.
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