No es novedad que el fotógrafo afincado en Barcelona ponga la mirada en la juventud y, más concretamente, en los colectivos infrarrepresentados. “Por suerte, en los últimos años y con mucho trabajo, he podido focalizar mis proyectos en contar historias que no tienen especial representación, tratando de evitar reproducir discursos que creo que ya no nos hacen bien como sociedad”, comenta el creativo, a quien la pandemia le ha obligado a posponer muchos de sus proyectos. “Me está costando bastante encontrar trabajos interesantes que no se contradigan con mis ideas. Espero que todo se vuelva a estabilizar pronto”.
No obstante, su espíritu sigue vivo, y sus ganas de seguir documentando realidades que trascienden la heteronormatividad, intactas. Su último documental, en el que acompaña a cinco miembres de la escena ballroom berlinesa durante una semana, así lo demuestra. “Es súper interesante cómo en esta comunidad se pueden sanar ciertas heridas fruto del sistema heterocapitalista en el que estamos sumergides. Y todo a través del baile, del apoyo que se brindan y de la experimentación con el cuerpo”, comenta, antes de recalcar lo importantes que, aún a día de hoy, son los espacios seguros libres de prejuicios para las comunidades marginadas. “Siguen siendo muy necesarios para que todes sientan que no tiene nada de malo ser diferente a la norma, que todes somos diferentes y eso es lo que se celebra”.
El proyecto surgió de forma espontánea a raíz de una propuesta de carácter comercial, nacida en plena pandemia y que le acabó llevando a la capital alemana. “Me llamaron de Berlín para hacer una colaboración con una marca retratando esta escena. Pero cuando conocí a les protagonistes de la campaña, supe que quería hacer algo más que sólo esa parte comercial. Ahí surgió Safe”. Un documental en el que aprovecha los recursos del proyecto original para ir un paso más allá, pudiendo inspirar a todo aquel que lo vea.
No obstante, su espíritu sigue vivo, y sus ganas de seguir documentando realidades que trascienden la heteronormatividad, intactas. Su último documental, en el que acompaña a cinco miembres de la escena ballroom berlinesa durante una semana, así lo demuestra. “Es súper interesante cómo en esta comunidad se pueden sanar ciertas heridas fruto del sistema heterocapitalista en el que estamos sumergides. Y todo a través del baile, del apoyo que se brindan y de la experimentación con el cuerpo”, comenta, antes de recalcar lo importantes que, aún a día de hoy, son los espacios seguros libres de prejuicios para las comunidades marginadas. “Siguen siendo muy necesarios para que todes sientan que no tiene nada de malo ser diferente a la norma, que todes somos diferentes y eso es lo que se celebra”.
El proyecto surgió de forma espontánea a raíz de una propuesta de carácter comercial, nacida en plena pandemia y que le acabó llevando a la capital alemana. “Me llamaron de Berlín para hacer una colaboración con una marca retratando esta escena. Pero cuando conocí a les protagonistes de la campaña, supe que quería hacer algo más que sólo esa parte comercial. Ahí surgió Safe”. Un documental en el que aprovecha los recursos del proyecto original para ir un paso más allá, pudiendo inspirar a todo aquel que lo vea.