Sería fantástico imaginarse que escondida en los subsuelos de Fuenlabrada, allá por donde el metro y el cercanías circulan, existiese un rincón donde se ocultara una máquina del tiempo. Gracias a ella, Ruslán Mediavilla, mejor conocido como Rusowsky, hubiese viajado a 1773 y recorrido la bucólica zona de Garbenheim, Alemania, para encontrarse, por casualidad, con Johann Wolfgang von Goethe, un escritor por aquel entonces desconocido. Ambos habrían charlado y compartido experiencias para inspirar así una de las novelas más representativas del movimiento Stum und Drang: Las desventuras del joven Werther.
Porque Rusowsky no es solo una de los artistas emergentes más interesantes del 2020, también es como un héroe de la literatura clásica que comparte con el protagonista de la obra de Goethe innegables rasgos: juventud, creatividad, melancolía y un inevitablemente romanticismo. Con sus letras y sus sensibles melodías sobre amores y desengaños, ha atraído, tal y como lo hizo siglos atrás el trágico Werther, la atención de miles de personas que se envuelven y consuelan con sus sinceros susurros, como si en una canción lograra expresar lo que los demás sentimos pero no nos atrevemos a decir.
Ruslán Mediavilla. 21 años. Español de raíces bielorrusas y con formación clásica en música. ¿En qué momento Ruslan pasa a ser Rusowsky? ¿De dónde viene ese pseudónimo, y por qué usar uno?
Ruslán pasa a ser Rusowsky gracias a la inspiración obtenida a través de la música que he ido escuchando a lo largo de mi vida y, sobre todo, cuando ve un video llamado Tadow, de Fkj y Masego. Al verlo me di cuenta de que quería hacer cosas muy guays y lanzarme de verdad a ser cantante. Me puse a buscar sonidos nuevos que no hubiese escuchado antes para mezclarlo con las cosas que me gustan pero que también le gustan a la gente.
Todo el mundo me llama Rus, y un día con los colegas mezclamos Rus con Wazowski en nombre del protagonista de Monstruos S.A., y me gustó como quedaba: Rusowsky. Decidí no usar Ruslán, ya que su sondo me parece algo estrepitoso y ya existe un cantante que se llama Russ, así esa opción no estaba disponible.
Todo el mundo me llama Rus, y un día con los colegas mezclamos Rus con Wazowski en nombre del protagonista de Monstruos S.A., y me gustó como quedaba: Rusowsky. Decidí no usar Ruslán, ya que su sondo me parece algo estrepitoso y ya existe un cantante que se llama Russ, así esa opción no estaba disponible.
Te formaste desde muy joven en el mundo de la música gracias a tu madre. ¿La música ha sido algo innato en ti, o poco a poco, con el crecimiento y la madurez, viste que era el camino que querías tomar?
He convivido con la música desde que tengo uso de razón. Mi madre es profesora de música y ya siendo pequeño presenciaba muchas de sus clases. Con tres, cuatro añitos ya practicaba solfeo. Luego comencé a tocar la guitarra, después el piano y más tarde ingresé en el conservatorio. Siempre he estado conectado con la música.
Un ordenador con un programa de mezclas instalado y conectado a Internet a la espera de ser usado en medio de un dormitorio. Así es como la gente escenifica el bedroom pop. Tú no quieres que se te encasille en ese género pero, indirectamente, así ha sido. ¿Cómo describirías tú tu propia música?
No me disgusta que me relacionen con el bedroo pop pero no me mola que se englobe mi música en un único género. Sé que la canción que grabé con Mori se ciñe más concretamente a ese género pero, por ejemplo, So so, lleva un rollo distinto.
Mis canciones no son muy diferentes entre sí, me mantengo en esa línea pero, en el fondo, pretendo que sean una suma de todo lo que escucho. Por ejemplo, muchas veces busco melodías pegadizas pero les meto una base techno, o también puedo mezclar líneas rollo bedroom pop con bachata. Trato que cada canción que saco tenga una línea distinta.
Mis canciones no son muy diferentes entre sí, me mantengo en esa línea pero, en el fondo, pretendo que sean una suma de todo lo que escucho. Por ejemplo, muchas veces busco melodías pegadizas pero les meto una base techno, o también puedo mezclar líneas rollo bedroom pop con bachata. Trato que cada canción que saco tenga una línea distinta.
¿Cuál es tu experiencia con el bedroom pop? Aunque no quieres que te encasillen en él, ¿te identificas en algún aspecto?
Sí y no. La canción con Mori sí que es muy tranquila, sencilla, casera… pero No te dejas ver no tiene nada que ver. Es totalmente distinto al bedroom pop y… en fin, tampoco sé muy bien cómo se define en general ese término musical.
Tus canciones, en su mayoría, suelen hablar de las relaciones amorosas de un modo melancólico, casi byroniano, donde no hay finales felices o tan siquiera comienzos. Todo parece estar contenido y da la sensación que es más importante lo que se calla que lo que se dice, como si narraran un monólogo interno que jamás llega a expresarse. ¿Cuál es la auténtica visión de Rusowsky sobre el amor que cuenta en sus canciones?
Creo que lo has definido tú muy bien. Todas esas cosas que se callan son el cometido de mis canciones. Supongo que pensamos mucho en el amor y en los pesares relacionados con esos sentimientos y por eso creo que resulta muy fácil hablar de esos temas. Más aún a mi edad, cuando tengo muchas movidas de ‘pibitas’ en mi cabeza. No soy una persona muy abierta y prefiero expresarme a través de canciones. A veces me siento bastante incomprendido, y la gente que no me conoce puede pensar que soy extraño y borde, y por eso suelo parecer distante.
Haciendo una retrospectiva de este fiasco de 2020, parece que ha habido un auge de la melancolía dentro del panorama musical español. Canciones lentas, música triste y relaciones rotas… Rusowsky también comparte un poco de ese sentimiento, pero, ¿es posible encontrar un final feliz en tu música?
No, lo cierto es que no. Nunca planeo las canciones como el paso previo a un final feliz. La canción es la que es. El sentimiento de pena, tristeza y melancolía es el que es. Dudo que mis canciones vayan alguna vez sobre lo bonito que es el amor. Quizás si me enamoro algún día mi perspectiva cambie, pero lo dudo mucho. Más que nada porque he pasado la vida sintiéndome triste, y ahora la tristeza no la veo como algo malo. No me gusta, pero me produce ternura y me resulta preciosa.
Yo soy muy joven y tampoco tengo mucha idea del amor y las relaciones, aunque la poca experiencia que tengo me ha hecho ver las cosas de una manera y escribir sobre eso de tal manera. Pero, la verdad, es que no tengo ni puta idea.
Yo soy muy joven y tampoco tengo mucha idea del amor y las relaciones, aunque la poca experiencia que tengo me ha hecho ver las cosas de una manera y escribir sobre eso de tal manera. Pero, la verdad, es que no tengo ni puta idea.
Conectando lo anterior, ¿podría decirse que el bedroom pop se ha beneficiado de la tristeza general que ha reinado este año?
Sí. Además, el estar todo el día en casa ha hecho que la gente escuche mucha más música, y estábamos todos super deprimidos. Tú fíjate en la cantidad de canciones que me han salido.
Colaboraste con C. Tangana en Bien:(, una canción extraña, resignada pero al mismo tiempo suave y dulce. Una simbiosis tan extraña como genial. Los dos sois muy diferentes, no solo por vuestro estilo musical sino por la forma de reflejar los sentimientos en vuestras canciones, ¿cómo surgió esta colaboración? ¿Qué has aprendido de él?
Durante la cuarentena me siguió en Instagram y al día siguiente me mandó un mensaje diciéndome que le molaba mucho la nueva escena musical que se estaba montando. Comentó que le interesaba hacer alguno de ese estilo. Le pasé un par de cosillas y le moló una y en nada ya estaba el tema montado y listo para estrenarse. De C. Tangana he aprendido ver como reacciona la gente a algo tan diferente al rollo al que tiene él acostumbrado a su público.
También has colaborado con Mori en la canción Olas, de la que hemos hablado antes. ¿Cómo de importante crees que es para un los músicos que estáis comenzando en la industria apoyaros los unos a los otros? ¿Con qué otros músicos te gustaría poder colaborar en un futuro?
Me parece super importante, y lo comento mucho con él. Ahora todos nos ayudamos y representamos como una especie de símbolo de unidad aunque no conozcas de nada al otro artista. Antes eran raperos y mucho beef, ahora es todo lo contrario. Somos todos amigos y podemos colaborar los unos con los otros y, sinceramente, me encanta.
En mi caso, me molaría hacer algo con Pedrito La Droga, quizás no una canción juntos pero sí producirle un tema y lo he hablado con él y le gusta la idea. También voy a hacer algo muy guay con Natalia Lacunza y con Skyhook, tengo apalabradas cosillas, y es algo que me hace muchísima ilusión. Si hablásemos de fantasías, me fliparía trabajar con Tyler, The Creator.
En mi caso, me molaría hacer algo con Pedrito La Droga, quizás no una canción juntos pero sí producirle un tema y lo he hablado con él y le gusta la idea. También voy a hacer algo muy guay con Natalia Lacunza y con Skyhook, tengo apalabradas cosillas, y es algo que me hace muchísima ilusión. Si hablásemos de fantasías, me fliparía trabajar con Tyler, The Creator.
¿Quiénes han sido y son tus influencias artísticas?
Yo creo que desde el principio siempre he escuchado mucho rap nacional y luego trap rollo Lil Wayne y el gran F. K J, que es el mejor. Russ me molaba en su momento, ya que mezclaba canto con líneas melódicas y me inspiró muchísimo. También he crecido con música clásica que, además, uso en mis propios trabajos. El jazz también me ha inspirado mucho desde siempre.
Parece que hoy en día producir y crear música es más fácil que nunca, ¿qué nos puedes contar de tu propio proceso de producción? Háblanos sobre el making off que se esconde tras de tu música.
Tengo que estar inspirado, y me cuesta mucho inspirarme. Etapas en las que paso alguna crisis existencial o estoy muy contento o cuando escucho algo que me sorprende de verdad me ayudan mucho a crear. De todo eso saco una base. En general, me lleva hacerlo todo como una hora. La letra es lo que más me cuesta. Con So so, por ejemplo, mezclé una base que no me tocaba con algo de techno y mi propia voz y terminó por salir algo muy guay. Eran elementos inesperados que terminaron fusionándose y quedaron muy bien.
¿Qué recomendaciones darías a todos esos músicos que desean iniciarse en este mundillo?
Les diría que hicieran algo por que lo sienten y les gusta, no por hacerlo sin más.
De Aeonflux como en no te dejas ver al patio de un chalet como en Dolores con Ralphie Choo. Tus visuales gozan de un contraste muy grande, son crípticos y dispares, pero parecen elegidos con atención y cuidado. ¿Qué importancia le das a todo el contenido visual que acompaña a tus canciones? ¿Qué significado esconden?
Pues mira, la cosa es que hasta ahora el contenido visual no me importaba demasiado y no me lo tomaba muy en serio. Peter Chung, el animador de la serie Aeon Flux, es una pasada y su estilo es muy característico. Yo soy ultra fan del anime y creo que siempre llama mucho la atención. En el videoclip de Dolores pegaba un rollo distinto, más casero y tranquilo, como de andar por casa. Lo grabamos con iPhone 5 y quedó bastante decente. Ahora pienso esforzarme más y añadir mucho trasfondo a mis vídeos.
Por ahora solo hemos podido escuchar temas independientes. ¿Cuándo podremos disfrutar de un LP de Rusowsky? ¿Qué futuros proyectos tienes por delante?
Estoy super emocionado con eso, ya que va a ser super guay. Todas las canciones me encantan. Seguramente salga a principios del años que viene. De lo que estoy también muy ilusionado es de lanzar un album exclusivamente de techno puro que estoy preparado. Nadie sabe que hago techno y me emociona mucho.
¿Con qué actitud afrontas lo que queda de este año tan extraño?
Lo peor ya ha pasado, al menos a mi alrededor, y si llega a ser peor pues me lo como y punto. Mis proyectos creativos me ayudan a sobrellevar mucho mejor esta situación y me mantienen muy entretenido. Estoy muy emocionado.