Hay marcas que hacen de una prenda concreta su bandera. Otras optan en su lugar por un color determinado, tiñendo sus creaciones de esa tonalidad convirtiéndola en su sello personal. Y otros creadores prefieren hacer de sus raíces su estandarte. A este último grupo pertenece el diseñador Leandro Cano, para quien Andalucía, su tierra natal, siempre ha sido un pilar fundamental sobre el que construir sus impactantes colecciones. Ahora rinde homenaje a sus orígenes coincidiendo con el décimo aniversario de su marca, convertida en su proyecto más personal. ¿Cómo? Presentando su nueva propuesta Otoño/Invierno 2022-2023, Hispania, La Costa de los Conejos, en el Castillo de Santa Catalina en Jaén.
Pablo Erroz celebraba hace apenas un mes sus 10 años en la industria de la moda proyectando los nombres de aquellas personas que le habían ayudado a consolidar su marca una vez concluido su desfile en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Victor Von Schwarz –con quien hablamos hace unos días en nuestro podcast– prefería no pronunciarse sobre sus dos lustros en el sector, limitándose a presentar su propuesta en 080 Barcelona Fashion y poniendo el foco de atención en las ventas y la proyección internacional. Pero, ¿y Leandro Cano? ¿Qué podíamos esperar del diseñador nacido en Ventas del Carrizal, un pequeño pueblo de la sierra de Jaén?
Lo cierto es que el creativo, finalista del prestigioso International Woolmark Prize Europa en 2016 y ganador del premio Vogue Who’s On Next un año después, siempre ha reivindicado la tradición y el savoir faire, del que se nutrió desde pequeño acompañando a su abuela Carmen mientras bordaba con precisión junto a sus vecinas. Sí, ha vestido a Lady Gaga y otros muchos artistas internacionales, pero Leandro nunca ha olvidado de dónde viene. Y sí, también ha desfilado en París, pero rodeado de colegas con los que comparte pasión y valores como María José Llergo. Su discurso es honesto y puro, y su nueva colección una mirada profunda hacia los 10 años que lleva en el arduo camino que es la moda. “Esto no es el final de mi cruzada, sino solo un vistazo atrás, para ver qué ha sido de ese niño que soñaba en el patio de su abuela Carmen con llevar esos retales por todo territorio inhóspito por el que pasara,” comenta Cano.
Y además de conectar con sus raíces, el diseñador ha querido hacernos partícipes de una celebración que recordaremos durante mucho tiempo. Un reconocimiento a todos los profesionales y amigos de la marca que le han seguido la pista en estos 10 largos años, aplaudiendo sus éxitos y expandiendo el talento del creativo más allá de nuestras fronteras. El diseñador no solo quiso compartir su nueva colección con todos los que nos desplazamos a Jaén desde distintos puntos de España, sino que estaba decidido a sumergirnos en su universo creativo, en su tierra, en la que es su principal fuente de inspiración.
De la mano de Leandro viajamos al Medievo en Hispania, La Costa de los Conejos. Una colección que bebe de los bestiarios de la Edad Media y donde el significado (casi) sobrepasa al significante. Los colores rojos y azul, salpicados de amarillo mostaza, camel y grises, se deslizan por la impresionante pasarela. Estamos en un entorno único que nada tiene que ver con los inhóspitos recintos feriales o las localizaciones poco (o nada) sorprendentes a las que estamos acostumbrados. Mención especial merece la lana de sastrería que encontramos en trajes y abrigos, una de las novedades que el creador incluye en esta colección, y la propuesta masculina que, integrada con la femenina, nos regala unas piezas perfectamente confeccionadas. También hay espacio para el sport, en forma de varios monos, dos de ellos acolchados y un chándal.
Pero, más allá de las innumerables referencias historicistas que encierra la colección y los imponentes vestidos que Leandro nos presenta, lo que verdaderamente llama nuestra atención es el casting de modelos. Cano bebe de la tradición, del pasado, y nos invita a viajar en el tiempo; pero sabe como actualizar los códigos a través de los perfiles que lucen las prendas, optando por algunos de los rostros más prometedores de la moda nacional. De Muriel Seiquer, cuya belleza única ya ha conquistado a Balenciaga, a María Guerra. O Álvaro y Jorge, dos de los modelos más codiciados en los últimos tiempos entre los diseñadores independientes que huyen de los cánones de belleza tradicionales. Leandro sabe cómo adaptar al presente el pasado que tanto ama y le inspira, dirigiendo a su vez la mirada hacia el futuro.
“10 años han pasado desde que con armadura de caballero me vestí para llegar hasta aquí. 10 años de batallas en los talleres de costura, batallas con las creaciones, batallas con la empresa, batallas contra mí mismo para demostrarme que puedo atravesar angostas llanuras, esquivar flechas y alcanzar bastiones,” relata el diseñador en el manifiesto que acompaña a su nueva propuesta, compuesta por un total de treinta y ocho looks, y en la que desarrolla por primera vez toda una parte de prendas masculinas combinándolas con las de mujer. El desfile desembocó en una cena de gala en el Parador de Jaén, una fantástica localización donde pudimos disfrutar de un menú seleccionado personalmente por el diseñador y nos impregnarnos de su esencia al son de un tablao flamenco. Una inmersión completa en el universo Cano, que esperamos nos siga sorprendiendo durante muchos años más.
Lo cierto es que el creativo, finalista del prestigioso International Woolmark Prize Europa en 2016 y ganador del premio Vogue Who’s On Next un año después, siempre ha reivindicado la tradición y el savoir faire, del que se nutrió desde pequeño acompañando a su abuela Carmen mientras bordaba con precisión junto a sus vecinas. Sí, ha vestido a Lady Gaga y otros muchos artistas internacionales, pero Leandro nunca ha olvidado de dónde viene. Y sí, también ha desfilado en París, pero rodeado de colegas con los que comparte pasión y valores como María José Llergo. Su discurso es honesto y puro, y su nueva colección una mirada profunda hacia los 10 años que lleva en el arduo camino que es la moda. “Esto no es el final de mi cruzada, sino solo un vistazo atrás, para ver qué ha sido de ese niño que soñaba en el patio de su abuela Carmen con llevar esos retales por todo territorio inhóspito por el que pasara,” comenta Cano.
Y además de conectar con sus raíces, el diseñador ha querido hacernos partícipes de una celebración que recordaremos durante mucho tiempo. Un reconocimiento a todos los profesionales y amigos de la marca que le han seguido la pista en estos 10 largos años, aplaudiendo sus éxitos y expandiendo el talento del creativo más allá de nuestras fronteras. El diseñador no solo quiso compartir su nueva colección con todos los que nos desplazamos a Jaén desde distintos puntos de España, sino que estaba decidido a sumergirnos en su universo creativo, en su tierra, en la que es su principal fuente de inspiración.
De la mano de Leandro viajamos al Medievo en Hispania, La Costa de los Conejos. Una colección que bebe de los bestiarios de la Edad Media y donde el significado (casi) sobrepasa al significante. Los colores rojos y azul, salpicados de amarillo mostaza, camel y grises, se deslizan por la impresionante pasarela. Estamos en un entorno único que nada tiene que ver con los inhóspitos recintos feriales o las localizaciones poco (o nada) sorprendentes a las que estamos acostumbrados. Mención especial merece la lana de sastrería que encontramos en trajes y abrigos, una de las novedades que el creador incluye en esta colección, y la propuesta masculina que, integrada con la femenina, nos regala unas piezas perfectamente confeccionadas. También hay espacio para el sport, en forma de varios monos, dos de ellos acolchados y un chándal.
Pero, más allá de las innumerables referencias historicistas que encierra la colección y los imponentes vestidos que Leandro nos presenta, lo que verdaderamente llama nuestra atención es el casting de modelos. Cano bebe de la tradición, del pasado, y nos invita a viajar en el tiempo; pero sabe como actualizar los códigos a través de los perfiles que lucen las prendas, optando por algunos de los rostros más prometedores de la moda nacional. De Muriel Seiquer, cuya belleza única ya ha conquistado a Balenciaga, a María Guerra. O Álvaro y Jorge, dos de los modelos más codiciados en los últimos tiempos entre los diseñadores independientes que huyen de los cánones de belleza tradicionales. Leandro sabe cómo adaptar al presente el pasado que tanto ama y le inspira, dirigiendo a su vez la mirada hacia el futuro.
“10 años han pasado desde que con armadura de caballero me vestí para llegar hasta aquí. 10 años de batallas en los talleres de costura, batallas con las creaciones, batallas con la empresa, batallas contra mí mismo para demostrarme que puedo atravesar angostas llanuras, esquivar flechas y alcanzar bastiones,” relata el diseñador en el manifiesto que acompaña a su nueva propuesta, compuesta por un total de treinta y ocho looks, y en la que desarrolla por primera vez toda una parte de prendas masculinas combinándolas con las de mujer. El desfile desembocó en una cena de gala en el Parador de Jaén, una fantástica localización donde pudimos disfrutar de un menú seleccionado personalmente por el diseñador y nos impregnarnos de su esencia al son de un tablao flamenco. Una inmersión completa en el universo Cano, que esperamos nos siga sorprendiendo durante muchos años más.
Tocados LINA OSORIO, calzado PALOMA BARCELÓ, guantes ROSITA FERNÁNDEZ, Estampados MAR MOSEGUI, JULIA VALENCIA, Intervención artística calzado NICOLÁS TELLEZ.