Ya habíamos tenido el privilegio de escuchar Tu Boca, Si la luna quiere y Dame doblones, sencillos con los que ya intuíamos la bomba que estaba a punto de explotar. Las letras de Pureza relucen por tintes actuales en combinación con la poética de la óptica gitana, con un imaginario casi lorquiano compartido con tantos grandes cantaores y letristas flamencos.
La artista siente pasión hacia la tradición, pero es capaz de trabajar también aquella herencia cultural que le es ajena. Desde Barcelona a La Habana, compone como si se tratara de una viajera en el tiempo que transcurre indistintamente entre pasado y futuro. Así lo demuestra a través del son De la cueva a los olivos, donde narra la amarga travesía que atravesó su abuela desde las cuevas habitadas de Granada al barrio de Les Oliveres de Santa Coloma de Gramanet.
Pero reivindicar las raíces obliga a saber hacer una puesta en valor de las mismas en el panorama contemporáneo. Por eso Lahoz no acaba ahí. Al escuchar canciones como Con Poco, somos testigos de las reminiscencias del legado de voces femeninas tan potentes como Mala Rodríguez y el resto de las mujeres que la inspiran.
Es el extraordinario talento musical de Lahoz, en combinación con su expresividad única, lo que la hace resplandecer ante todo el panorama actual. Un brillo que ciega a todo quien se cruce con ella. Algunos lo llamarían nacer con estrella, ella lo llama pureza.