“Supongo que el hecho de estar separada de todas las personas que me rodeaban me hizo querer plasmarlo de una forma más gráfica”, responde Paloma cuando le preguntamos por el leitmotiv de su propuesta, creada en pleno confinamiento con todo lo que ello conlleva. Desde que declarasen la cuarentena obligatoria a mediados de marzo, momento en el que “cada una se llevó a su casa una maleta llena de banderas de tejidos y de muestras”, ha pasado más de un año. Doce meses en los que la creadora originaria de San Sebastián no ha hecho más que fortalecer el vínculo con su equipo, con el que ha mantenido el contacto por videollamada. Y al que ahora ha querido celebrar en La Pedrera, enclave donde acaba de desvelar su trabajo.
Paloma Wool trasciende los límites de la moda, alcanzando un sinfín de disciplinas artísticas en su continuo proceso de exploración. Distintas formas en las que se cristaliza el talento de una generación comprometida con la sostenibilidad, que exige una mayor diversidad e inclusión. Valores que comparte con su “amiga del alma” Carlota Guerrero, con quien ha colaborado en este primer desfile como proyecto. “Llevábamos unos días hablando de hacer un vídeo juntas cuando, de repente, me contactaron de la 080 para participar”, comenta sobre una bonita casualidad que entendieron como una señal del universo. Y es que la fotógrafa y directora de arte barcelonesa está detrás de las seis esculturas humanas de marcado carácter experimental que abren el desfile, antes de dar paso a las propuestas inspiradas en los años noventa con el sello inconfundible del imaginario Wool.
Colores naturales, estampados inspirados en huellas dactilares, y motivos propios de finales del siglo pasado –muchos de ellos ya extintos–, y un casting diverso en el que nos encontramos con algunos de los mejores embajadores de la escena creativa nacional, como Alex de la Croix o Cuentos Rosales, que hacen de esta colección una propuesta funcional que preserva la identidad de marca. Friendship is universal está pensada para todo tipo de cuerpos, siluetas y edades, trascendiendo los discursos vacíos, en términos de inclusión, tan propios de la moda española para llevarlo a la práctica de una vez por todas.