“La gente también odia el hecho de que las mujeres se estén haciendo cargo y capitalizando todas las cosas por las que la gente nos juzga, como nuestra expresión sexual”, nos dice. Y es que los prejuicios por haber sido stripper para poder financiar su carrera como artista, o el hecho de ser madre con este estilo de vida siguen estando ahí. Por suerte hay referentes como ella, altavoces para que la sociedad avance y la gente se dé cuenta de que realmente las mujeres estamos hablando de temas recurrentes y por los que a los hombres nunca se les ha juzgado tanto. Y por fin estamos sintiéndonos dueñas de nuestros propios cuerpos.