Unos días después de entrevistar a La Zowi, revisiono sentado en mi sofá Sin City, ese clásico del cine neo-noir dirigido Robert Rodriguez, Frank Miller (autor de los cómics en los que se basa) y el mismísimo Quentin Tarantino. Durante las dos horas que paso sumergido en ese turbio y estilizado universo en blanco y negro, salpicado con ciertos estallidos de color, me encuentro con mujeres salvajes y letales pero igualmente solitarias y melancólicas. Por mis ojos desfilan las bellísimas Jessica Alba, Rosario Dawson e incluso Devon Aoki (indiscutible fashion icon) y entre tiroteo, matanza o danza sensual mi cerebro se precipita y piensa, en el siguiente plano estará ella. ¿Quién? La Zowi, por supuesto. Porque ella es todo y eso y más: pecado y sensualidad pero también arte y subversión. Porque La Zowi, cual femme fatal moderna, es capaz de seducir pero también de amar y empoderar. Y hay quien piense que quizás no tenga modales, pero ¿y qué? Ella se basta y se sobra. El 9 de abril podrás verla en directo en La Riviera, en Madrid.
Empiezas el año Sin modales, cuéntanos, ¿de dónde surgió este tema y por qué has decidido que sea el primero del 2021?
Es un tema que he hecho junto a J. Cruz, un chico muy talentoso, que es productor y compositor, lo llamo El Hitmaker, muy bueno haciendo temas más comerciales, por así decirlo. Lo conocí, fuimos al estudio de mi amigo Adri, productor, y empezamos a componerlo codo con codo, y ha sido de los temas más cerrados a la hora de grabar. Suelo trabajar más en el momento, y aquí he repetido cada frase veinte veces si hacía falta. Le hemos puesto mucho sudor, muchas horas. Puede observarse un fuerte cambio en mi voz, en mi estilo, y considero que es también un cambio muy grande en mi carrera. El videoclip lo he hecho con Isabel de Fortuny, con quien ya colaboré en el de Sugar Mami. Es una chica joven, que está empezando a hacer vídeos conmigo junto a la productora de su padre. Está muy bien producido y estaba deseando sacarlo, pero se trata de un proceso lento, y para mí es un gran lanzamiento, por eso ha sido el primero de este año
En el videoclip te vemos sentada en la mesa en un restaurante de lujo rodeada de unos comensales muy pijos. Las mujeres se escandalizan al verte y los hombres se sofocan, pero luego todos abusan de las drogas y el sexo. ¿Crees que hay hipocresía hoy en día a la hora de juzgar a los demás?
Sí, sí. Me gusta que lo hayas podido ver a la primera. Claramente es eso. Estuvimos dando vueltas al concepto de esa cena; me imaginaba la típica que se celebra en una empresa con el big boss, y tú ahí eres la artista, el bicho raro, la que no se organiza, la que no cumple los plazos, reuniendo todos los estereotipos de la industria. Efectivamente el rollo es el de ese típico señor con corbata, que te mira mal y te juzga, pero luego se aprovecha cuando te saluda para tocarte una teta. Aunque ese detalle no hemos podido incluirlo.
¿Dirías que como artista se te ha juzgado erróneamente?
Sí, ha día de hoy si. Se me juzga como mujer, como madre joven, como artista… Aunque imagino que a ti también. No siento que a mí lo hagan más que a otros. Si tú trabajas en una oficina, van a pensar que eres el típico estereotipo. Yo he luchado mucho por estudiar, por superar mis condiciones familiares, por conseguir títulos, por ser formal… Y cuando me hice mayor, me di cuenta que sí, que hay muchos títulos sobrevalorados y no por ser alguien serio, con corbata y muy bien hablado, tiene que saber más que tú. Creo que tengo más ojo que cierta gente que trabaja en la industria. Al final las apariencias engañan.
Acabas de mencionar que te has hecho mayor. ¿Cuándo te diste cuenta?
Hace no tanto (risas). Siempre he sido muy mami; he vivido sola desde joven y he tenido un punto maternal. Pero el tener un hijo de verdad me ha asentado. Y sobre todo ha sido cuando he aceptado de verdad a La Zowi. Siempre estaba enfocada en comerme el mundo, y al haberme criado en en un entorno artístico prefería ir a lo seguro. Pero cuando descubrí que La Zowi podría llevarme a triunfar como quería, y que había un talento que no podía reprimir, conseguí aceptarme como madre, como mujer y como La Zowi. Pude decir: esta es y va a ser mi vida.
En la letra de la canción mencionas que eres explícita. ¿Qué precio se paga como artista por la crudeza a la hora de cantar tus letras?
Es diferente el ser un artista comercial, más controlado, ya que es más fácil… pero es más divertido y real exponerte. Te puedo poner de ejemplo a Cardi B, que es muy natural y por eso el público la aprecia. No podemos idealizar solo a la gente que tiene todo planeado y premeditado. El ser real, natural, normal, estar al mismo nivel que todo el mundo, te ayuda a crearte una imagen guay y que pueda aportar.
La sensualidad es característica en tu música y en tus vídeos ¿Cuál es la relación de La Zowi con este concepto? ¿Dirías es un complemento de tu expresión musical, un rasgo propio?
Es una forma artística de expresarme. Simplemente es algo innato que me sale. Me gusta seducir con las manos, la mirada… Está claro que hay un punto de provocación que te otorga poder, ya que te expones y mandas tú. Te subes a un escenario y ves que eres capaz de seducir a quinientas personas. Eres una especie de personaje. La Zowi no es solo provocación, es un todo, pero forma parte de lo que soy.
¿Crees que al público hoy en día le sigue costando digerir la sensualidad?
Tienes que saber gestionarlo. Como te he dicho, La Zowi es un todo y usa la sensualidad para transmitir algo más potente. Claro que entiendo que pueda molestar, que haya gente que quizás no desee tener esta interacción conmigo. Todo depende de cuándo y cómo lo hagas. ¡Y también del arte que tienes!
¿Qué mujeres crees que han contribuido a que hoy en día os podáis expresar en un escenario como lo hacéis actualmente?
Sinceramente yo te mencionaría a Sodamantina, que fue una de las primeras en hacer Gangsta-trap. Ella fue una pionera, una mujer que de verdad vacilaba, que al verla me hacía desear hacer lo mismo que ella. La Goony Chonga también me ha inspirado mucho. Cuando yo empecé me sentí algo sola respecto al tema de sexualizar tanto. Ahora ya sí que me doy cuenta que, por ejemplo, viendo el movimiento musical que hay en República Dominicana, mi rollo se queda lejísimos. A veces pensamos, por prejuicios, que ellos están más atrasados, sin embargo tienen un nivel de sexualización de la música muy alto. Por eso te digo que he entendido a mis referentes después, una vez ya me había definido.
¿Por qué “Puta”?
Simplemente por que yo he escuchado mucho rap americano y dicen constantemente la palabra ‘bitch’ que es muy coloquial. Bitch para arriba, bitch para abajo. ¿Por qué decir bitch pudiendo decir puta? Yo quería hacer el esfuerzo de incluirlo en español, rapeando soltaba la palabra y sonaba raro, más fuerte, pero poco a poco se ha ido metiendo y ahora decir la palabra puta me suena hasta gracioso en una canción. Lo he aprovechado pero se ha terminado convirtiendo en un movimiento entorno a la mujer, y he mantenido muchas entrevistas filosóficas respecto a eso. Fue algo natural y sencillo, pero al estar en España se ha convertido en algo fuerte. No tenía intención de ponerme ese nombre artístico, pero se ha terminando quedando.
En otras entrevistas te he visto hacer referencia al concepto de ‘icono’. ¿Piensas mucho en cómo deseas ser recordada?
Yo creo que mi paso por la música se recordará icónico, aunque suene prepotente. Creo que se me recordará más como alguien que ha influido en la música o que ha conseguido cambiar algo respecto a la historia de la música, que alguien muy potente a nivel comercial. Yo no quiero entregar mi vida a la comercialización de mi música. Esto es mi vida, mi arte, claro que la comercializo, ya que es mi trabajo, pero ya está. Mi música es reivindicativa, toco temas importantes y yo me veo más en los libros de filosofía, de historia o de música, que alguien que escuche todo el mundo y luego cae en el olvido.
Cambiando un poco de tercio, te vemos variar de look varias veces durante el videoclip de Sin modales. ¿Cómo creas tus propios looks? ¿Qué referencias has usado esta vez y qué cuales dirías que están siempre presentes en tu forma de vestir?
Se encargó la estilista con la que suelo trabajar siempre, Laura Ro, que también es mi amiga, cosa que me encanta hacer, trabajar con amigas y con ella junto a otra colega, Jessica Abou Nassar, hicimos el estilismo de este vídeo. Respecto a la moda, me gustaría llegar más lejos. A veces, mi única forma para motivarme a la hora de dar un concierto es conocer mi outfit. Me gusta mucho el lujo, las marcas potentes y quiero llegar más lejos. En el vídeo me cambio mucho de ropa y supone como ir creando alter egos, que gracias a La Zowi yo he conseguido explorar. En Sin modales podemos ver a la Zowi más clásica, más trash…
¿Serías capaz de mencionar algún diseñador que te inspire?
No te sabría decir. Me gusta el lujo, las marcas caras y que se vea muy bien. Todo lo que es muy de moda no te creas que me fascina. Los desfiles no me gustan, prefiero que me diseñen algo para mí y que me siente de puta madre.
Pero, ¿te interesa ese mundillo?
Sí, pero como musa. Claro que me encantaría que un diseñador potente se encaprichara conmigo y diseñara una colección inspirada en mi cuerpo, o desfilar o protagonizar campañas. Creo que como marca podría interesar, ya que no soy solo un físico, llevo conmigo detrás un discurso que, unido a una campaña o a una marca, podría funcionar muy bien.
Ama de casa fue el tema con el que gran parte de tu público te descubrió ¿cómo dirías que has evolucionado desde aquel momento hasta ahora, hasta Sin modales?
He evolucionado bastante. Mi vida ha cambiado mucho. Cuando hice Ama de casa estaba con mi hijo recién nacido, y ahora ha crecido y he cambiado de ciudad, vivo en Marbella. He necesitado unos años para aceptar quién era y mis circunstancias. Llevo un año y pico sintiéndome más liberada y con las cosas mucho más claras. Ama de casa era puro instinto y ahora todo está mas trabajado, hay un equipo más grande y un objetivo diferente.
¿Te ves algún día explorando un género musical completamente distinto al actual?
Sí, lo que no creo que cambie nunca es la esencia. La música cambia mucho, y a veces escucho un beat que me recuerda a algo que hice hace un tiempo y no me mola nada. Este año he hecho sonidos muy reconocibles, pero en los que se aprecia una evolución. Lo que no quiero es dar un giro completo porque haya detrás un estudio que lo exige.
¿Crees que La Zowi de 2016 se creería a dónde ha llegado La Zowi de 2021?
Sí. Yo siempre he sido muy ambiciosa. No sé como realmente me imaginaba pero lo importante es que actualmente estoy contenta donde estoy. Hay cosas que quiero cambiar, que debo aprender, pero creo que voy por buen camino, el camino que quiero; avanzando, cumpliendo mis metas y respetando al mismo tiempo mi esencia.
¿Te has acostumbrado a la polémica?
Yo siempre me he movido mucho de colegios y con 13 o 15 años ya creaba polémica sin saber cómo. Nunca he sufrido bullying, pero sí me han pasado cosas que han hecho que la gente hable o me han colgado ciertas etiquetas; es algo innato, lamentablemente. La música me ha pillado jovencita. Todo empezó de forma muy inconsciente, y al ver cómo los números crecían y la gente hablaba de mí, aluciné. Pero jamás me meto a leer comentarios, son algo paralelo a mi vida y por la calle noto mucho respeto.
¿Y qué me dices de las redes sociales?
Beyoncé por ejemplo no usa mucho su Instagram, ella es quien es por cómo es. Mi generación va muy de la mano de las redes sociales, aunque yo creo que he conseguido que el Instagram sea independiente a mi música, pero sí es algo fundamental a la hora de dar a conocer a un artista. Muchas veces jode un poco ver que tiene más likes una foto enseñando el culete, que otra promocionando un tema nuevo.
Tus canciones son muy discotequeras, invitan a bailar cerca los unos de los otros, a ese ambiente nocturno cargado de sentimientos fuertes, ¿cómo te ha afectado como cantante cuya música encaja en estos ambientes el que la vida nocturna haya desaparecido?
Es una pena. Yo pensaba, Sin modales lo va a petar en las discotecas, ¡pero no hay! Al menos ahora estamos todos al mismo nivel, ya que hay artistas que son top pero no suenan en la disco, que en Instagram lo petan pero en el directo no son buenos… Ahora la competición ha cambiado: todos tenemos las mismas herramientas. Volver a tener bolos en directo supone hacerle un favor a mucha gente, aunque sean en condiciones Covid, ya que al menos nos damos algo de vidilla los unos a los otros. Hay que activarse, no podemos permitir que hagan lo que quieran con nosotros, sin hacer nada.
¿Qué conclusiones has sacado de la pandemia?
Que somos hormiguitas y que no mandamos. Que un día te dicen que tienes que meterte en tu casa y no puedes salir. Hemos tocado fondo y nos hemos dado cuenta de quiénes somos y a qué hemos venido. Yo he aprovechado para darle mucho al coco, para hacer otras cosas, acercarme al campo y a la playa, lugares que tenía olvidados.
En tu música vemos cómo se describen unas relaciones muy apasionadas, salvajes y sexuales ¿cuál es la visión del amor que tiene La Zowi?
¡Uy!, ¡yo ya no lo sé! Creo que estamos muy equipados, que nos han equivocado muy mal a ese nivel emocional. Nos jodemos mucho los unos a los otros y estamos confundidos con lo que es el amor, que debería ser instinto, sentimiento y no tan encorsetado por los convencionalismos. El amor tiene que ser libre y puro.
Colaboraste con un cameo en Veneno, interpretando a Sonia Monroy, ¿te gustaría explorar esa faceta?
Me encantaría, pero en cosas guays. He rechazado varios proyectos, no voy a ponerme a hacer series comerciales porque sí.
¿Trabajarías con algún director en concreto?
Pedro Almodovar.
¿Y algún papel que te molaría hacer?
Pues uno muy femenino, glamuroso. Más que la jefa de una banda, la madame de un prostíbulo. La parte erótica me apetecería explotarla mucho más que la de malota, pero siempre con un punto de jefa.
¿Dirías que el mensaje de empoderamiento femenino que acompaña a tus canciones ha sido algo clave en tu éxito?
Mitad y mitad. La forma de expresarlo me ha traído mucha polémica. Pero yo te diría que sí, que ha sido algo muy importante para mí como cantante; aún me queda mucho recorrido en ese aspecto. Quiero hacer algo para ayudar en el avance de las mujeres. Yo me siento muy feminista.