Mis intereses han ido fluctuando desde los inicios de mi trayectoria hasta hoy, a pesar de que algunos temas se repiten una y otra vez en los proyectos. Por ejemplo, en mi etapa de formación –soy licenciado en pintura, por cierto– tenía preferencia por temas relacionados con las materias que se trataban en ese momento en la universidad. El sistema académico, así como los programas formativos no reglados, marcan tendencias y corrientes de pensamiento, formas de hacer y formalizar. Es importante apuntar que en esa época la información no transitaba con la rapidez de ahora, y me atrevería a decir que los intereses se afianzaban de otra forma, puesto que la fase de investigación para los proyectos era más laboriosa.
En ese momento puse el punto de mira en las políticas de género, lo queer, la cultura de club, la moda, rockear el cubo blanco, la mercadotecnia del arte, etc. De ahí que en 1997 crease una marca ficticia como paraguas de muchos proyectos colaborativos. Bajo las siglas de STP (Soy Tu Puta) presenté colecciones de moda fake en museos, realicé spots publicitarios de la marca para televisión, eslóganes, una fragancia con olor a humano, instalaciones tipo showroom, etc. y descubrí que la multidisciplina era más anárquica, desobediente y estimulante. En la actualidad intento ser más metódico y tratar los argumentos que ocupan mi trabajo artístico con más profundidad.