Por su particular dormitorio ya han pasado artistas como Megane Mercury o Javiera Mena, congregando a una importante legión de fanáticos al otro lado de la cristalera que conecta la localización, situada en la Avenida Cerro de los Ángeles 34, con la realidad de la calle. Y a pesar de ser la antítesis de los festivales de música mainstream, sus conciertos no dejaron a los que hasta allí se acercaron (ni a los viandantes que por allí pasaban) indiferentes. ¿La clave del éxito? Una propuesta revolucionaria capaz de poner en entredicho los canales comunicativos entre los artistas y su audiencia. “Lo característico de estas habitaciones es que son solo accesibles visualmente desde el exterior y apuestan por una forma totalmente pública de promocionar el arte, la música y la cultura en general, compatible además con todas las restricciones actuales del Covid-19”, responden sus responsables, para quienes las sinergias creativas, la escucha activa y la defensa del talento joven e independiente son fundamentales.
Su interesante programa de conciertos, pensados para ser escuchados en streaming a través de Twitch, se ha hecho un merecido hueco en la escena artística de la capital. Todo un logro teniendo en cuenta que el proyecto se presentó en septiembre de 2020, en plena pandemia y a contracorriente de la dinámica instaurada marcada por los aplazamientos, las cancelaciones y el cierre definitivo de negocios. Ahora sueñan con extender su iniciativa “a otras partes de Madrid primero, y luego a otras partes de España, si es posible”. Mientras tanto y hasta el próximo 31 de agosto, puedes acercarte a su espacio a disfrutar de su nueva instalación, Un velatorio cualquiera.