En Realness (Spring/Summer 2019) apostó por el voguing como baile subversivo, desafiante y queer, cuyas raíces nacen en la historia de la comunidad LGTBIQ+ afroamericana y latina. “En aquella ocasión llevamos esa energía liberadora e inclusiva del vogue a la pasarela. Convertimos el catwalk en el emblema de una escena alternativa y fieramente underground, la escena ballroom, con un comentator en su labor de host, al ritmo del micro y de la música, conduciendo toda la ball, y a un grupo de bailarines de diferentes países europeos, géneros y razas. Todo el show fue una celebración de identidades, inclusión, libertad y disidencia de los cánones establecidos como normativos”.
Recordando estos icónicos desfiles vemos que la esencia del discurso de Ana Locking mantiene la actualidad y solidez de sus inicios en 2008 –tras terminar su anterior etapa en Locking Shoking– trabajando por una moda inclusiva y comprometida que muestra la diversidad de cánones de belleza y del ser humano. Un esfuerzo que ha sido reconocido recientemente con El Premio Nacional de Diseño de Moda, concedido por el Ministerio de Cultura, destacando además su talento para enlazar el diseño con otras expresiones artísticas.
Su instinto para anticiparse a su propio entorno, en una industria a veces demasiado abigarrada, hace que su trabajo siga siendo un soplo de aire fresco a la hora de crear tendencias y vías alternativas tanto de comunicación como de investigación de materiales y mezclas de tejidos, siempre a favor de la experimentación. Y ahora que nos enfrentamos a nuevas formas de entender y comunicar las colecciones, hablamos con Ana Locking sobre este punto de inflexión y lo que viene.