Sus colecciones son un disfrute para nuestros sentidos y una maravilla para los amantes de la sociología de la moda, porque su trabajo ha testimoniado importantes movimientos culturales y sociales a través de distintas expresiones artísticas que ha planteado inteligentemente bajo el espíritu de la denuncia y reivindicación. “Provengo de una clase social obrera, siempre he tenido muy presente, desde el primer momento que decidí formar parte de esta industria, que yo era una minoría y que iba a estar en colisión constante entre el establecimiento elitista de la industria del lujo de la moda y lo irreverente de mi condición social. Me di cuenta de que tenía que esforzarme mucho más para hacer las cosas”, nos cuenta.
Preachers & Believers (Spring/Summer 2018), por ejemplo, se lanzó cuando Donald Trump acababa de ser nombrado presidente. Ana Locking nos detalla cómo tuvo lugar aquella representación: “Entendía que la escenografía debía ser su cabeza rota y recompuesta como metáfora de cómo erigimos y destruimos ídolos, símbolo de la brecha profunda de crispación, discriminación social y racial que iba a generar en la sociedad de su país. Los nuevos predicadores televisivos eran esa tipología de político, y los creyentes eran los ingenuos votantes que los lanzaban al poder con falsas promesas que ni ellos mismos cuestionaban”.