Guitarricadelafuente

“Creo que nada ha dejado de cambiar desde que empecé a hacer música. Todo ha ido siguiendo una línea progresiva que ha evolucionado con el tiempo. Esta canción fue la primera que surgió en el proyecto en el que he estado trabajando este último año y medio. Para mí fue el comienzo de un nuevo camino por recorrer en el que sigo aprendiendo mucho”, dice Álvaro. Y es que desde 2018, con su Guantanamera, Guitarrica no ha parado. Nos ha descubierto su arte tema tras tema y nos ha invitado a descubrir su universo plagado de una melancolía que poco a poco está avanzando hacia direcciones sorprendentes. “Para mí la forma en la que entiendo la música nunca ha dejado de cambiar y por eso creo que este cambio es algo natural”. Quedamos con Álvaro en Cobalto Studio, y mientras fotógrafo y director de arte ultiman los detalles para empezar la sesión, la estilista ordena las perchas con los diferentes looks, todos ellos disponibles en la web de Zalando, y empezamos con el fitting. 

Dice Guitarrica que todo se está dando de forma natural. Y sí, todo parece encajar, como si la divina providencia encaminara sus pasos en la dirección adecuada. Mil y una noches, convertida en un instantáneo éxito viral, lo está demostrando. “Empecé a escribir Mil y una noches a principios del primer confinamiento. Me encontraba en un momento en el que llevaba dos años sin dejar de girar y sin tener tiempo para poder parar, digerir y pensar hacia dónde ir. Desde el primer instante, siempre quise empezar un proyecto que me diese la libertad de poder descubrir y experimentar”. Porque a veces es necesario darse un respiro y evaluar todo lo sucedido, que en este caso, no ha sido poco. En solo dos años, Guitarricadelafuente se ha convertido en uno de los principales exponentes de la música española, básicamente, por hacer algo que pocos hacen: mezclar magistralmente tradición y vanguardia. Él lo tiene claro: “Para mí la tradición siempre va a ser, de alguna forma, la base de la vanguardia. Creo que al ser una música que siempre ha estado y siempre va a estar es un punto de referencia desde el cual siempre se va a poder partir y descubrir cosas fascinantes”.

Su fórmula ha funcionado, de eso no hay duda. Mil y una noches ya acumula cientos de miles de reproducciones en las principales plataformas musicales de streaming. Para lograr algo así es imprescindible tener un buen equipo detrás. Raül Refree, quien ha trabajado con artistas de la talla de Rosalía, C. Tangana o Amaia, se ha encargado de producir este nuevo tema, ya habían trabajando juntos en Ya mi mamá decía o Desde las alturas. “Antes de empezar a trabajar en este disco, yo producía mi música. Definitivamente, haber conocido a Raül y el haber trabajado juntos me ha ayudado a descubrir nuevas formas de concebir mis canciones. Creo que el haber dispuesto de este tiempo ha permitido que las canciones nacieran con más libertad y que se pudiesen probar multitud de cosas diferentes.”

Para el magnífico vídeo que acompaña al tema, Álvaro también ha querido contar con uno de sus colaboradores habituales, con quien parece tener una conexión trascendental, hablamos de Pedro Artola. “Pedro es una persona muy talentosa. Llevo trabajando con él desde el primer vídeo que dirigió, Guantanamera. Nos entendimos muy bien desde el principio y confiamos mucho el uno en el otro. Desde entonces junto con Alva Galim trabajamos en la creatividad del proyecto más allá de los vídeos. Ha sido un proceso muy enriquecedor.”

El resultado no puede ser más exitoso. En Mil y una noches, la música y las imágenes se combinan con tanta precisión que parece que las dos hayan surgido al unísono. “Elegí presentar Mil y una noches como la primera canción de mi nuevo álbum porque creo que la historia y las imágenes que tiene son un buen avance de la historia que me gustaría contar en este nuevo proyecto”. Para Guitarrica la imagen siempre ha sido algo importante, y por eso todo rezuma un cuidado y un mimo que se siente al ver sus vídeos y saborear sus canciones. “Siempre me ha parecido muy interesante el poder transmitir un imaginario que acompañe la música. Para que una canción pueda emocionarme, pienso que tiene que traerme imágenes a la cabeza; por su letra o por su melodía. Que me evoquen otras cosas y hagan despertar algo dentro de mí. Creo que es muy enriquecedor para la música construir un imaginario para así potenciar el mensaje”.