El universo, el destino o la fortuna han querido que a “la presencia de los mil nombres”, tal como se describe, le pille la cuarentena en un molino rodeado de terreno en medio de la naturaleza con un reducido grupo de amigos con los que estaba trabajando –entre ellos, Alex Delacroix, con quien están creando contenido para la divertidísima cuenta que tienen, @sor.y.mor. Rosales cree que el planeta está sanando, incluso llorando de alegría, en este parón global de actividad. Y ella lo aprovecha para crear, mantener una vida ordenada, meditar, hacer yoga, y seguir conectando con ella misma, con la naturaleza y con el cosmos