No es de extrañar que sus colecciones –y sus palabras– tengan mucho de poesía. Después de haber debutado en el mundo editorial con su libro L’harmonie con tan solo 18 años, y tras haberse formado en el ámbito de la publicidad y las relaciones públicas, Gio Pellicer cambia ahora la pluma por la aguja plasmando sus enigmáticas ideas sobre delicados tejidos. Desde que se decidiese a dar vida a Pellicer, su firma de moda homónima hace apenas un año, el alicantino ha trabajado sin descaso para materializar su particular imaginario, definido por la libertad, la introspección y la perfección técnica.
“Es el resultado de la simbiosis entre diferentes disciplinas que mueven mi vida”, explica en relación a su proyecto, en el que abraza sus miedos para ofrecer una perspectiva renovada de la moda masculina. Las luchas internas, los temores y las contradicciones del ser se resuelven en la que es su primera colección, L’Insecte. Un viaje por los sentimientos con escala en el dolor, la inseguridad o la admiración ante lo desconocido, con el que refleja metafóricamente su relación con el diseño a lo largo de su vida. ¿Última parada? La conquista.
De graduarte en Publicidad y Relaciones Públicas a emprender tu propia firma de moda. Y todo ello en apenas un año. ¿Qué te ha llevado a reconducir tu camino hacia el diseño?
Siempre he tenido claro que mi futuro estaría relacionado con la dirección creativa y la creación de una manera u otra. Desde hace años, he ido formando en mi cabeza todo el universo completo que se ha materializado en Pellicer, del que todavía queda mucho por descubrir.
Imagino que apostar por un proyecto personal desde cero sin experiencia previa en la materia conlleva innumerables dificultades, dudas y temores. ¿Cuál fue el primer reto a afrontar una vez te decidiste a materializar tu marca?
El proceso de ideación de Pellicer desde cero. Para que todo fuese sólido, debía estar perfectamente articulado y en línea con lo que tenía en mente, cumpliendo todos los estándares que me había marcado, tanto a nivel de calidad y de procesos, como a nivel visual y de valores.
Pellicer nace en diciembre de 2019 y comienza a forjarse en un particular contexto definido por una crisis sanitaria de alcance global. ¿De qué manera has reformulado la estrategia de marca para adaptarla al insólito escenario?
El poder de adaptación y versatilidad formaban, desde el inicio, una parte crucial en la estrategia de la firma. Quizá ahora, después de todo lo ocurrido, le doy incluso más importancia al entorno digital, aunque también era esencial. Ha sido lo que nos ha permitido seguir creando estando en contacto con nuestra comunidad.
Tu propuesta se dirige a “un hombre romántico que no teme explorar los límites entre las bellezas masculinas y femeninas”. ¿Te sientes identificado con las etiquetas genderless o agender?
La verdad es que no representa exactamente lo que es Pellicer ya que, a día de hoy, como dices, al diseñar visualizo a un hombre romántico. Quizá alguien piensa que me identifico con esas etiquetas por el hecho de jugar con conceptos que tradicionalmente se asocian a lo femenino, pero esto no quiere decir que Pellicer no pueda vestirlo una mujer.
Creo que todo el mundo debería sentirse libre de expresarse y, por tanto, vestirse como quisiese, descontextualizando las prendas y haciéndolas suyas. Para mí, los diseños tienen diferentes planos y, más allá de la funcionalidad, desde la perspectiva del arte, todo depende de la intención. Por ello, una misma prenda puede ser de hombre, de mujer, o de ambos en función de lo que la diseñadora o diseñador haya querido en el momento de su creación. Luego, cada persona es libre de reinterpretarla y hacer con ella lo que quiera.
Creo que todo el mundo debería sentirse libre de expresarse y, por tanto, vestirse como quisiese, descontextualizando las prendas y haciéndolas suyas. Para mí, los diseños tienen diferentes planos y, más allá de la funcionalidad, desde la perspectiva del arte, todo depende de la intención. Por ello, una misma prenda puede ser de hombre, de mujer, o de ambos en función de lo que la diseñadora o diseñador haya querido en el momento de su creación. Luego, cada persona es libre de reinterpretarla y hacer con ella lo que quiera.
Desde la fluidez de género promovida por Palomo Spain, hasta la reinvención de la sastrería abanderada por Carlota Barrera, pasando por las creaciones conceptuales de Tíscar Espadas y la inteligente fórmula de Mans, los diseñadores españoles tienen mucho que decir en lo que a redefinición del armario masculino se refiere. ¿Cuál es tu aportación a la revolución del menswear?
Mi visión es crear seducción, ilusión y deseo. La sofisticación desde la oscuridad, el misterio y la rareza. Pellicer ofrece una perspectiva de la moda masculina centrada en la arquitectura de las prendas desde la máxima calidad y la sostenibilidad.
“Mi visión es crear seducción, ilusión y deseo. La sofisticación desde la oscuridad, el misterio y la rareza.”
¿Crees que la estética masculina enfrenta un cambio real que perdurará en el tiempo? ¿Qué desafíos tiene por delante?
Más bien, creo que la sociedad está empezando a abrir los ojos frente a una realidad que lleva ocurriendo siempre. El principal desafío es seguir ofreciendo nuevas perspectivas que saquen a la estética masculina de los cuatro parámetros a los que nos han acostumbrado.
La poesía y la literatura juegan un papel fundamental en tu imaginario. Y es que, con tan solo 18 años, publicaste tu primer libro, L’harmonie. Háblanos de la sinergia entre la narrativa y la moda que se puede ver en tus creaciones.
Pellicer es el resultado de la simbiosis entre diferentes disciplinas que mueven mi vida, haciendo que se refuercen y cobren sentido entre ellas. Entiendo la moda como una forma de crear una historia visual. Un mensaje con una intención en la que la construcción de los poemas es la arquitectura de cada prenda, con una infinidad sinestésica de texturas y recursos con los que conmover y crear belleza.
La soledad, el dolor y la eterna búsqueda de la belleza inspiran la que es tu carta de presentación, L’Insecte, conformada por un total de quince looks. ¿Qué has querido expresar a través de tu primera colección?
Quise plasmar la contradicción que en ocasiones sufrimos al sentir miedo y, a su vez, admiración hacia algo, que es lo que he sentido toda mi vida hacia los insectos. Una lucha interna que se asemeja a cómo he visto siempre desde fuera el diseño de moda. Por este motivo, decidí que girase en torno a ello mi colección debut, como una forma de admitir y abrazar ese miedo para crear algo precioso y poético a través de él. Está basada en antiguos libros entomológicos, donde se analiza la morfología, rareza y contraste de diferentes insectos. Extrapolando, a través de múltiples siluetas y tejidos, la delicadeza, agresividad, sensualidad y elegancia de la anatomía de cada uno de ellos.
Pantalones de matador, tops que dejan el pecho al descubierto, y hasta un tanga en percal inspirado en la ropa interior tradicional japonesa. Concedes especial importancia a las técnicas artesanales y la calidad de los tejidos, y apuestas por la manufactura local. ¿Cómo es el proceso desde que concretas la idea original sobre papel, hasta que produces la pieza final?
Varía en función de cada diseño, pudiendo verse modificado desde el momento de plasmación en papel, hasta en la selección de tejidos o en los fittings. Desde luego es un proceso estudiado, ya que en Pellicer estamos comprometidos con la máxima calidad. Por ello, busco la perfección en cada detalle, estando presente desde el proceso de conceptualización hasta la confección de cada prenda de forma ética, local y sostenible.
Ahora, cuatro meses después de haber presentado tu propuesta Fall/Winter 2020, presentas la campaña que la acompaña. Y lo haces a través de un fashion film producido por Féminin Films, jugando con las perspectivas, las luces y las sombras. ¿Qué nos puedes contar acerca de la pieza audiovisual?
La campaña de la colección L’Insecte es una introspección poética e individual desde los traumas, que reflexiona sobre el hecho de empoderarnos desde el dolor, amando nuestras inseguridades en lugar de intentar cambiarlas. Buscaba plasmar en el film las diferentes fases que puede llevar este proceso interno. Desde el miedo y la admiración ante lo desconocido, hasta la metamorfosis como un proceso agresivo de crecimiento, pasando por la unión desde la diferencia, la liberación desde la elegancia, la rebeldía y la fuerza. Y finalmente, la conquista.
Por ello, trabajé estrechamente durante meses con Amanda Fernández y Sofía Maya, de la productora Féminin Films, para encontrar y refinar los recursos audiovisuales con los que reflejar y narrar todo el discurso. Con ellos, hemos querido hacer palpable la crudeza del dolor desde la textura de lo analógico, la incertidumbre con el juego de luces y sombras, y una nueva forma de entender la belleza desde planos vertiginosos y deformes.
Además de ellas, he tenido la suerte de poder colaborar con otros profesionales, como el interiorista y set designer Alberto Molina, la maquilladora Karla Gabaldón, la diseñadora gráfica África Pombo, el diseñador de sonido Adrián Sempere, o cada uno de los modelos, entre otras muchas personas que apostaron por el proyecto y a las cuales estoy realmente agradecido.
Por ello, trabajé estrechamente durante meses con Amanda Fernández y Sofía Maya, de la productora Féminin Films, para encontrar y refinar los recursos audiovisuales con los que reflejar y narrar todo el discurso. Con ellos, hemos querido hacer palpable la crudeza del dolor desde la textura de lo analógico, la incertidumbre con el juego de luces y sombras, y una nueva forma de entender la belleza desde planos vertiginosos y deformes.
Además de ellas, he tenido la suerte de poder colaborar con otros profesionales, como el interiorista y set designer Alberto Molina, la maquilladora Karla Gabaldón, la diseñadora gráfica África Pombo, el diseñador de sonido Adrián Sempere, o cada uno de los modelos, entre otras muchas personas que apostaron por el proyecto y a las cuales estoy realmente agradecido.
Pretendías dar a conocer la colección en Madrid a principios del mes de marzo, pero tus planes se vieron truncados a consecuencia de la pandemia. ¿Crees que los desfiles convencionales son una fórmula efectiva hoy en día? ¿Qué tipo de presentación se ajusta mejor a tus necesidades?
Todo es efectivo en la medida que lo hagamos nuestro y relevante en relación a lo que hay. El tipo de presentación puede ir variando en función de las necesidades del momento, siempre que sea coherente y respete tu visión. Hace unos meses, la mejor opción me pareció que era un desfile digital. Mañana no lo sé, pero desde luego no quiero renunciar al poder de un espectáculo en directo.
¿Crees que tu proyecto tiene cabida en el mercado español?
Por supuesto. Es cierto que la colección L’Insecte ha respondido muy bien a nivel internacional a través de nuestra e-boutique; especialmente en Francia y Estados Unidos. Pero creo que es también porque lleva en parte la esencia de lo que es España, como la fuerza o el erotismo.
No es fácil pensar a futuro en un momento tan incierto como el actual pero… ¿Qué nos puedes adelantar acerca de tus próximos proyectos?
A pesar de la situación actual, tengo muchos planes en mente para Pellicer. Lo que puedo confirmar es que este mes lanzo mi segundo libro Los Amantes, también en forma de novela poética. Estará disponible en la web de Pellicer. Durante el año 2021 saldrá la nueva colección en la que llevo sumergido los últimos meses y que desvelará consigo otras muchas incógnitas clave para el futuro de la firma.