El diseñador sevillano se está estableciendo como una de las marcas más interesantes del panorama español. Su personal enfoque en la sastrería masculina, que está contribuyendo a redefinir el concepto de masculinidad y a crear un imaginario para hombres mucho más fluido y contemporáneo (como otros coetáneos como Palomo Spain, pero más comedido), encuentra un equilibrio entre la opulencia y el rigor, la elegancia y la extravagancia, el dandy y el hombre de calle en sus colecciones, que nos han llevado desde Goa (India) hasta Viena. Pero en su última colección, el dónde pierde importancia frente al cómo.
En su nueva colección, Mans reimagina la sastrería –trajes, americanas, pantalones de pinza– y las camisas en tonos brillantes como el rojo, el verde, el naranja, el lavanda y el rosa, además de estampados propios que se mueven entre la psicodelia abstracta y las ilustraciones de desnudos, rostros y símbolos como el ankh –aunque también encontramos otros más clásicos como la raya diplomática o los cuadros. Jaime da otra vuelta de tuerca a lo clásico reinventando las siluetas: americanas largas (a modo de vestido) con un pañuelo atado a la cintura creando silueta de reloj de arena, otras de cuello mao con una capa de organza cayendo de un hombro, camisas que se abrochan en diagonal, o incluso una llena de volantes que muestra todo el torso.
Para ser fiel a la inspiración principal de la colección, los sombreros no podían faltar. Mans ha colaborado con Tolentino Hats para la ocasión, y el resultado de la colección son sombreros de paja deshilachados e irregulares que se encuentran entre lo femenino y lo masculino, y que podemos imaginar ver en destinaciones estivales de lujo como Ibiza o Sicilia. El toque final a una colección hecha con la figura del bon vivant y la alta sociedad en mente, y que pone el listón alto tras el primer día de desfiles digitales de 080 Barcelona Fashion.