Pablo Erroz está de celebración. El diseñador mallorquín celebra su décima edición en 080 Barcelona Fashion, todo un logro para una marca -o concepto multidisciplinar, como lo llama su artífice-, que ha demostrado mantenerse firme a sus principios desde su fundación en 2012. “Es momento de echar la vista atrás, ver lo que hemos conseguido, lo que hemos superado”, nos comenta el creativo, quien tras reaparecer en la pasarela madrileña hace tan solo unas semanas, ahora desvela su nueva propuesta -exenta de temporadas- en la gran cita con la moda barcelonesa. “Es una colección diferente, pero con la misma premisa y el mismo ADN”.
Mientras una ingente cantidad de marcas desaparecen a medida que pasan los años, otros proyectos se consolidan encontrando un equilibrio financiero en el que la creatividad y la visión de negocios convergen armoniosamente. Eso es precisamente lo que Pablo Erroz, quien ahora presenta su colección número diez, 2015:2021, en la pasarela que le ha visto crecer, ha conseguido. “Estos años me han enseñado que nada es inmediato”, sentencia. Una premisa que le ha permitido evolucionar con paso firme, evitando dejarse llevar por efímeras tendencias en las que se escudan gran parte de los diseñadores. “Nadie debería condicionarnos”, explica sobre su visión de la moda, construida en base a la libertad, la disciplina y la sostenibilidad real.
Su nueva propuesta deja claro por qué el joven creador opta por referirse a su proyecto personal como un concepto en sí mismo. 2015:2021 es moda, por supuesto, y cuenta además con unos perfectos acabados y una riqueza estética que brilla por su ausencia en las pasarelas de nuestro país. Pero también es arquitectura, historia y diseño. “Al mundo de la moda le deparan más sinergias, más vinculación”, prevé Pablo. Y está claro que él ya se ha adelantado a los acontecimientos. Sus piezas, entre las que destacan las prendas exteriores, son funcionales y apetecibles. Y su paleta cromática, potenciada por la energía que irradia La Pedrera, una de las más vibrantes de entre las desveladas en esta edición de 080.
Pero más allá de lo perceptible al ojo humano, lo verdaderamente importante de esta colección es su compromiso medioambiental y social. El primero toma la forma de un “pasaporte de prendas” o NFC, que adheridos a las prendas permiten conocer la trazabilidad del artículo en cuestión a través de un código QR. Y el segundo, vinculado a la promoción del talento local y las colaboraciones creativas que tanto defiende Erroz, desemboca en vínculos con pequeños talleres. “Las prendas Ikar las hemos hecho con talleres de Mallorca, como son Teixits Riera, Bujosa y Vicens”. Storytelling y storydoing unidos bajo una absoluta coherencia que no hace más que reafirmarse a medida que pasa el tiempo.
Su nueva propuesta deja claro por qué el joven creador opta por referirse a su proyecto personal como un concepto en sí mismo. 2015:2021 es moda, por supuesto, y cuenta además con unos perfectos acabados y una riqueza estética que brilla por su ausencia en las pasarelas de nuestro país. Pero también es arquitectura, historia y diseño. “Al mundo de la moda le deparan más sinergias, más vinculación”, prevé Pablo. Y está claro que él ya se ha adelantado a los acontecimientos. Sus piezas, entre las que destacan las prendas exteriores, son funcionales y apetecibles. Y su paleta cromática, potenciada por la energía que irradia La Pedrera, una de las más vibrantes de entre las desveladas en esta edición de 080.
Pero más allá de lo perceptible al ojo humano, lo verdaderamente importante de esta colección es su compromiso medioambiental y social. El primero toma la forma de un “pasaporte de prendas” o NFC, que adheridos a las prendas permiten conocer la trazabilidad del artículo en cuestión a través de un código QR. Y el segundo, vinculado a la promoción del talento local y las colaboraciones creativas que tanto defiende Erroz, desemboca en vínculos con pequeños talleres. “Las prendas Ikar las hemos hecho con talleres de Mallorca, como son Teixits Riera, Bujosa y Vicens”. Storytelling y storydoing unidos bajo una absoluta coherencia que no hace más que reafirmarse a medida que pasa el tiempo.
Pablo, con esta colección celebras tu décima edición en la 080 Barcelona Fashion. Nada más y nada menos que diez colecciones presentadas sobre esta pasarela, desde que debutases en el año 2015. ¿Cómo te sientes?
Muy satisfecho. El diez además es un buen número. Es momento de echar a la vista atrás, ver lo que hemos conseguido, lo que hemos superado. En definitiva, ver cómo hemos evolucionado. Diez ediciones después, aquí seguimos. No ha sido fácil, pero sí fascinante, emocionante y un camino lleno de retos, sinergias y momentos que siempre quedarán para nosotros. Son diez ediciones de evolución y yo, personalmente, celebro cada día más que la gente evolucione. Así que más que nunca y pese a lo complicado del momento, ¡estamos de celebración!
Imagino que hubieses preferido festejarlo de manera presencial, en un gran evento repleto de amigos y clientes. Pero las circunstancias derivadas de la pandemia han impedido que así sea, y la plataforma ha trasladado todos su contenidos al universo digital, como ya hiciera en su anterior convocatoria. ¿Qué ha supuesto esta insólita situación? ¿Ha alterado tu proceso creativo de alguna forma?
Creo que los cambios son positivos, son nuevas oportunidades. Seguramente, no estaríamos en La Pedrera si no fuese por un evento digital, derivado por la pandemia. Por otra parte, hemos tenido la suerte de haber vivido también un desfile presencial este año, aunque diferente. Por eso mismo, nos sentimos afortunados de poder experimentar ambos terrenos. El formato digital llegó para quedarse, aunque a mi modo de ver, como complemento. No obstante, estoy emocionado con todo lo que de aquí puede salir y podemos aprender. Al final, esta situación insólita supone, una vez más, seguir reinventándose, algo que siempre deberíamos hacer. En cuanto al proceso creativo, no lo ha alterado demasiado, aunque sí acelerado y exprimid. Y a su vez, también nos ha dado más tiempo para poder trabajar en nuestro proyecto y hacerlo más ambicioso y global. Hemos tenido tiempo para pesar.
“He decidido eliminar cualquier etiqueta”, comentas sobre tu última colección, renegando de la categorización a la que suelen verse sometidas las prendas en términos de temporadas, género o color. ¿Es posible una moda completamente libre de etiquetas?
Debería serlo. De hecho, en nuestro caso ya es una realidad. Debemos ir poco a poco evolucionando a un mundo mucho más global, inclusivo y multidisciplinar. La moda tiene un papel importante que hacer aquí. La moda debe ser algo más.
Y es que, pese a que en la teoría pueda sonar fácil, en la práctica parece que las divisiones en el campo de la moda siguen estando muy presentes. Basta con pasearse por una calle comercial para darse cuenta de que las fronteras entre el armario masculino y femenino siguen estando muy implantadas en la sociedad. ¿Crees que estamos avanzando por el buen camino?
Estamos avanzando. Estos años me han enseñado que nada es inmediato. Se trata de hacer las cosas bien, poco a poco, pero con paso firme. Que cada vez todo se vaya normalizando más. Al final, una vez más y por suerte, se acabará imponiendo el sentido común. En el fondo, todo es mucho más sencillo y simple, las personas deben ser libres de elegir cómo se quieren sentir o qué prendas quiere llevar. Nadie debería condicionarnos.
Si bien te liberas de las etiquetas, apuestas por un factor fundamental que, con toda probabilidad, definirá la moda del futuro (y del presente), la sostenibilidad. ¿Cómo abordas esta cuestión en 2015:2021?
Creando moda con más disciplina, apostando por una sostenibilidad real, storytelling y storydoing, investigando nuevos caminos como la implantación de sistemas NFC y trabajando día a día por intentar ser una marca con el mínimo impacto medioambiente posible. En esta última colección, ningún tejido ha sido producido, formaban todos parte de partidas existentes. Cada vez empleamos más el reciclaje de prendas e hilaturas y por supuesto, nos vinculamos con pequeños talleres, oficios, profesiones e industrias, como las prendas Ikat que hemos hecho con talleres de Mallorca, como son Teixits Riera, Bujosa y Vicens.
Me llama la atención el concepto “pasaporte de prendas”. Una revolucionaria forma de conocer la trazabilidad y el origen de cada pieza, en una firme apuesta por la transparencia con el consumidor final. ¿Es ahora el consumidor más exigente que nunca? ¿Cuáles son sus principales demandas?
Sin duda. Por suerte, cada vez el consumidor está más convencido, no solo con la moda, también con la alimentación, a nivel político, con la salud, etc. No hay que olvidar que las cosas solo cambiarán cuando el consumidor empiece a exigirlas. Y toca posicionarse, como cada vez más marcas estamos haciendo. Posicionarse de muchas formas, creo que todo empieza por ahí. Por eso mismo, nosotros hemos querido ser de los primeros en España en dar ese paso, y gracias a BlueBite hemos podido incorporar sistemas NFC en nuestras prendas, "chips" o pasaportes que te permitirán conocer toda la trazabilidad del artículo de una manera tan sencilla como escaneando tus prendas con un smartphone. Nuevas maneras de crecer, investigar y evolucionar, que además deberían ser prioridad para marcas de autor. Conocer todo lo que hay detrás, para pasar por el corazón. Regla nº1 del branding.
“Solo tú decides cuál es el límite y hasta dónde puedes llegar”, comentabas la última vez que hablamos, justo después de que presentases tu colección Goals en la pasarela 080. ¿Qué has aprendido a lo largo de estos seis años, en los que te has consolidado como uno de los rostros imprescindibles de la plataforma
Recuerdo perfectamente esa frase y la entrevista. Por cierto, una de las que más me ha gustado hasta la fecha. Todo lo que dije, lo mantengo. Hemos aprendido a trabajar con ese mensaje grabado, pero además lo hemos evolucionado, complementado, trabajado y repetido hasta la saciedad. Ahora vemos también como otras marcas se suman también (y nosotros lo celebramos). La palabra Goals era toda una declaración de intenciones, como lo son todas nuestras colecciones y mensajes que hay detrás de ellas.
Además, incorporas por primera vez el modelo “see now-buy now”, en el que todo aquel que lo desee podrá hacerse con las prendas de la colección una vez presentada la propuesta. ¿Hacia dónde debería evolucionar la moda?
Al mundo de la moda y al mundo en general le deparan (o le deberían deparar) más sinergias, más vinculación, emoción, investigar nuevos caminos, apostar siempre por la sostenibilidad, investigación y desarrollo. Más verdad. Menos egos, menos superficialidad.
Hace apenas dos semanas, desfilaste en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, con una de las pocas propuestas que incluían piezas pensadas para el hombre. O al menos, eran lucidas por un casting mayoritariamente masculino. Sin embargo, ésta no es la misma colección que presentaste en la capital.
No, es otra diferente. La pandemia nos ha permitido poder trabajar con más tiempo y en más piezas. Es una colección diferente, pero como no podría ser de otra manera, con la misma premisa y el mismo ADN: prendas sin género ni temporada. En Madrid, gracias al soporte digital, conseguimos que nuestro concepto genderless (que es lo mismo que unisex) se entendiese a la perfección. Cada vez que pasaba un modelo con un look, en las pantallas podía verse ese mismo look grabado en el sexo contrario. Una buena forma de entender que la ropa es solo ropa. Y que todo lo demás, lo decidimos nosotros mismos.
¿Hay algo que nos puedas adelantar sobre tus próximos proyectos? ¿Dónde te gustaría ver tu marca posicionada de aquí a cinco años?
Seguimos trabajando en ser una marca proyecto multidisciplinar, una moda con más disciplina. Moda, producto, interiores, mensaje… y tantas sinergias como estén por llegar. La clave de todos estos años ha sido ir creciendo de forma orgánica, con vinculación y buenas personas cerca, trabajando la moda siempre como algo que va más allá. Que conecte y cree vinculo, no solo con moda. Nuestros próximos proyectos seguirán por esas mismas líneas. Prefiero por ahora no pensar en los próximos cinco años y centrarme en el ahora. Si algo nos ha enseñado todo esto, es que todo cambia demasiado rápido. Planeemos menos, hagamos más.