Su primer disco, que lleva por título su propio nombre, habla de experiencias personales y autobiográficas. Y es que Marem Ladson utiliza la música para desahogarse, es una necesidad. Tiene parte de gallega y parte de estadounidense, y lo segundo lo podemos apreciar en su música, con influencias del pop, el rock y el folk americano. Su extrema juventud choca con su madurez artística, con la que nos va a deleitar por algunos de los festivales más importantes de España en los próximos meses. Marem Ladson supone, sin duda, un soplo de aire fresco en la industria musical actual: nosotros no le vamos a perder la pista.
El gran cambio en tu carrera se produjo cuando ganaste el festival Dcode, imagino. ¿Cómo ha sido el cambio vivido hasta hoy?
No considero que haber actuado en el Dcode haya supuesto un punto de inflexión en mi carrera, pero sí que me permitió actuar ante un gran público y darme a conocer de forma más masiva. Publicar mi primer disco, trabajar con un equipo tan maravilloso, músicos como Juandi, Brian y Jimmy, con quienes estaré girando todo el año, formar este “dream team”, sí que ha sido el gran cambio en mi vida. Y es increíble, estoy muy agradecida.
Tu madre es gallega y tu padre, americano. ¿Qué te une a un lugar y al otro? ¿Te nutres de ambas culturas en lo que al arte se refiere?
Haber crecido en un entorno de diversidad cultural me ha hecho observar el mundo de una forma distinta, quizás más abierta y tolerante. Mi familia por parte de padre vive en Nueva York y mi familia por parte de madre en Galicia. Son dos lugares completamente diferentes que me inspiran a nivel musical. La naturaleza y los paisajes gallegos, la gente con la que he crecido, etc. y por otro lado la gran ciudad, las distancias, las aspiraciones y la ambición.
Dices que empezaste a hacer y escribir música por necesidad. ¿Es la música tu mejor forma de desahogarte, de expresar lo que sientes?
Sí. Cuando empecé a escribir canciones lo hice sin ningún tipo de pretensión más allá de satisfacer mis propias necesidades, expresar mis emociones y desahogarme. Ahora que he publicado mi primer disco sigo trabajando en nuevas canciones y componiendo música, guiándome sobre todo por lo que me gusta y lo que siento. Creo que los proyectos más interesantes surgen al margen de los focos y trascienden todo tipo de modas o tendencias. Es algo que sale de muy dentro de mí.
Como es algo tan íntimo, ¿cómo afrontas compartirlo con el público? ¿Te asusta la vulnerabilidad que puedas sentir, o asumes que la profesión conlleva estar en la esfera pública de algún modo?
Compartir mis canciones con el público es un ejercicio de sinceridad brutal, pero su calor siempre me arropa y creo que la comunicación no es solo unidireccional. Esos son los conciertos más emocionantes, cuando yo transmito y el público me lo devuelve todo. No puedo estar más agradecida.
Tienes veinte años pero ya estás en boca de todos gracias a tu álbum debut, Marem Ladson. Sin embargo, parece que se ha cocinado a fuego lento, ¿verdad? Cuéntanos un poco cuánto llevas trabajando en él y por qué has decidido sacarlo ahora.
Empecé a trabajar en el disco con Brian y Juandi en noviembre del pasado año, y tras arreglar las canciones, grabarlas y mezclarlas, el disco estuvo listo para masterizar a finales de enero. Yo ya tenía un repertorio de canciones que había compuesto a lo largo de estos últimos años. Cuando empecé a trabajar con el equipo de Mont Ventoux estuvimos de acuerdo en seguir el curso natural de las cosas, en no darnos prisa pero trabajar con constancia. Mi disco es el resultado de mucho esfuerzo. He tenido la suerte de trabajar con un equipo que confía en mí y me apoya.
¿Crees que los artistas siempre os sentís más inspirados por las cosas malas que os pasan que por las buenas?
Creo que es el dilema de todo cantautor. En Losing Control me refiero a ese tipo de contradicciones; evidentemente todo el mundo quiere ser feliz pero, a veces, lo que nos inspira son las situaciones complicadas. Al mismo tiempo necesito inspiración para componer y sentirme realizada, así que es un poco un círculo vicioso. En gran parte, creo que escribir es meterse el dedo en la herida, es sufrir y reconciliarse con el dolor. Muchas canciones son el resultado de momentos difíciles y sirven para canalizar el dolor y permitir que se libere.
¿Es más fácil sentir y hacer sentir si hablas de cosas que has vivido en primera persona?
Sin duda. La temática fundamental en mis canciones son las relaciones sentimentales, familiares y de amistad. Analizando mi disco desde fuera, creo que algunas canciones, por la edad a las que las escribí, retratan esa manera tan urgente y particular de vivir la vida que se da en la adolescencia. A veces escribo canciones sin saber muy bien lo que quiero expresar, y al cabo de un tiempo descubro algo sobre mí misma que desconocía. Supongo que está todo en mi subconsciente y lo saco sin darme cuenta.
Tu música es una mezcla entre folk americano, pop y rock. ¿Qué es lo que te llama la atención de esos géneros? ¿Cómo definirías tu estilo?
Mi estilo está definido por la música folk y rock americana porque es con la que más disfruto y la que instintivamente me lleva a componer.
¿Crees que puedes llegar a evolucionar en lo que a géneros se refiere o te ves solo moviéndote dentro de esos? ¿Y con alguna canción en castellano? Hasta ahora solo te hemos escuchado en inglés.
Dado que escucho muchos géneros distintos, todas mis influencias determinan mi propio estilo musical sin ser consciente de ello. Siempre me guío por mi instinto, no suelo crear de forma deliberada porque creo que es menos natural, menos auténtico. Así que, de cara al futuro, solo puedo afirmar que haré lo que me salga de dentro.
¿Cuáles son tus mayores influencias a la hora de componer o interpretar?
A la hora de interpretar, voces como las de Cat Power, Natalie Prass, Courtney Barnett o Laura Marling. Actualmente escucho mucho a Kevin Morby, Angel Olsen, Sunflower Bean, Bedouine, Aldous Harding, Snail Mail, PJ Harvey, etc. Pero en realidad no creo que me influyan de forma tan directa. Cuando escribo, soy sin ser consciente de ser, es una forma muy inocente y pura de analizar lo que me rodea. Con este disco he aprendido mucho sobre mí misma.
En una escena musical dominada por el trap y la electrónica, ¿cómo asumes el riesgo de seguir un camino diferente? ¿Tienes miedo que, al crear algo que no forma tan parte de la tendencia, haya gente que se pierda lo que haces?
No es una cuestión de asumir un riesgo, creo que componer en función de lo que la mayoría de la gente escuche sería poco honesto. Yo hago lo que me gusta, porque si no hacer música no tiene ningún significado.
Actualmente vives en Madrid. ¿Qué te aporta la ciudad y su efervescente escena artística y musical?
Madrid es una ciudad muy guay para dar conciertos e ir a los de otras bandas. Hay una escena musical emergente muy interesante, bandas como Baywaves, Solo Astra, St. Woods, Hinds, Carolina Durante, Mow, Ganges, Sen Senra, etc. Es una suerte estar aquí.
Ahora que arranca la temporada festivalera te veremos por el FIB de Benicàssim, el Vida de Vilanova i la Geltrú, o el Noroeste de A Coruña. ¿Cómo estás preparando los directos?
Los directos serán muy especiales, ya que parte de la banda ha producido el disco y lo hemos trabajado juntos y lo disfrutaremos mucho. Así que lo presentaré durante todo el año juanto a ellos: Brian Hunt, Juan Diego Gosálvez y Haime Arteche.