Si pasas por la puerta ni te enteras, pero unos metros más arriba se encuentra uno de los centros de arte contemporáneo más interesantes del momento. Hablo del Espacio Solo, junto a la Puerta de Alcalá, en Madrid, que acoge la Colección Solo con piezas de unos 190 artistas, entre ellos, el recientemente incorporado filip custic. Puedes acceder a Solo de forma gratuita, lo único que tienes que hacer es pedir cita en su web para disfrutar de una visita guiada. Hasta finales de año el espacio exhibe Certeza, una muestra colectiva donde artistas de diferentes nacionalidades y disciplinas reflexionan sobre cuestiones universales como la identidad, la creación o el valor de las cosas. Entre ellos custic, quien exhibe diferentes trabajos junto a su nuevo proyecto Pi(x)el, una escultura que aglutina algunos de los temas que siempre han interesado a su autor como son el cuerpo, lo interactivo y la tecnología. Días antes de la inauguración, y de eso hace ya algún tiempo, filip presentó su proyecto con una performance tipo unboxing y nosotros aprovechamos para hacerle una entrevista que publicamos aquí.
Pero antes, dejadme deciros que Solo es un proyecto artístico al que bien vale la pena seguir de cerca. De alcance internacional, su objetivo es “el impulso, la divulgación y el acompañamiento de la escena creativa contemporánea”. Con una colección que abarca casi 900 piezas, podemos encontrar desde referentes del arte con inteligencia artificial (Mario Klingemann, Egor Kraft) a reconocidos artistas new media (Wu Tien-Chang, Lee Nam Lee, Nam June Paik), pasando por representantes de la pintura figurativa (Neo Rauch, Miriam Cahn, Danny Fox), el arte objetual (David Altmejd, Glenda Leon, Nina Saunders), o el post-pop (KAWS, Keiichi Tanaami).
Más allá de la colección y la labor expositiva, la Colección Solo también cuenta con diferentes herramientas para promover y divulgar el arte contemporáneo, desde el comisionado de obra o el lanzamiento de diferentes becas anuales, hasta una línea de apoyo a la creación con nuevos medios que, bajo el nombre de Onkaos, ayuda a diferentes artistas a desarrollar sus proyectos y consolidar su carrera. Es ahí donde debemos enmarcar la colaboración con el colectivo Smack o el artista filip custic, ambos incluidos en Certeza, exposición que también incluye obra de otros artistas, entre ellos, Nick Cave, Koka Nikoladze, Masako Miki, Henry Nobody Jr o Amoako Boafo. A filip le entrevistamos hace ya unos años aquí; desde entonces, se ha consolidado como un artista con un interesante discurso cuyo trabajo se desarrolla en torno a unos ejes que se mantienen fijos pero en constante evolución, a saber: la tecnología, el cuerpo (de la obsesiva búsqueda de la perfección a la constatación de que somos perfectos en nuestra imperfección y que abrazar la diversidad de alguna forma nos libera), la performance o la interactividad. Ahora todo ello confluye en pi(x)el, el nuevo proyecto incluido en Certeza junto a una buena muestra de su obra. Sobre todo ello hablamos aquí, y sobre otras cosas tan serias o banales como el ego del artista, la libertad creativa, la censura o el paso del tiempo. ¡Empezamos!
Más allá de la colección y la labor expositiva, la Colección Solo también cuenta con diferentes herramientas para promover y divulgar el arte contemporáneo, desde el comisionado de obra o el lanzamiento de diferentes becas anuales, hasta una línea de apoyo a la creación con nuevos medios que, bajo el nombre de Onkaos, ayuda a diferentes artistas a desarrollar sus proyectos y consolidar su carrera. Es ahí donde debemos enmarcar la colaboración con el colectivo Smack o el artista filip custic, ambos incluidos en Certeza, exposición que también incluye obra de otros artistas, entre ellos, Nick Cave, Koka Nikoladze, Masako Miki, Henry Nobody Jr o Amoako Boafo. A filip le entrevistamos hace ya unos años aquí; desde entonces, se ha consolidado como un artista con un interesante discurso cuyo trabajo se desarrolla en torno a unos ejes que se mantienen fijos pero en constante evolución, a saber: la tecnología, el cuerpo (de la obsesiva búsqueda de la perfección a la constatación de que somos perfectos en nuestra imperfección y que abrazar la diversidad de alguna forma nos libera), la performance o la interactividad. Ahora todo ello confluye en pi(x)el, el nuevo proyecto incluido en Certeza junto a una buena muestra de su obra. Sobre todo ello hablamos aquí, y sobre otras cosas tan serias o banales como el ego del artista, la libertad creativa, la censura o el paso del tiempo. ¡Empezamos!
Antes de nada, qué nos puedes decir de este nuevo proyecto que por fin has podido presentar ya.
Ha sido una experiencia increíble, también creo que es el proyecto con el que más he aprendido y el más ambicioso que he hecho hasta la fecha, ya que en él se conjugan tres disciplinas distintas: hiperrealismo, soldadura y programación. Hacerlo realidad ha sido complicado. Yo normalmente trabajo con fotografía y ahí con photoshop se soluciona todo, pero este proyecto es distinto, tiene que funcionar, ser interactivo. En la presentación dos pantallas fallaron, y de hecho contaba con que esto podría suceder. Dices, ¿y si pasa? Y ha pasado. Me parece hasta tierno, ¿no? Los fallos forman parte de la vida y de la experiencia. Luego se arregló todo afortunadamente.
Cuéntanos los inicios de pi(x)el.
Esta idea la tuve hace unos 7 años, es muy antigua. Es una idea que siempre estuvo ahí, pero hasta ahora no he tenido ni la tecnología ni los medios para poderla llevar a cabo como yo quería. Colección Solo me ha dado el apoyo y el dinero necesario para poder desarrollarla. Así que he tenido mucho tiempo de reflexión para saber lo que quería hacer. Trabajando estrictamente en el proyecto, desarrollándolo, llevo exactamente un año, que es cuando empecé mi relación con la Solo.
pi(x)el sintetiza muy bien lo que viene siendo tu trabajo, todo está ahí, la tecnología, la performance, tu fijación por el cuerpo, aunque ahora muestras un cuerpo mucho más diverso…
Hasta ahora he estado muy centrado en la fotografía porque es la disciplina que más he desarrollado, si pudiera multiplicarme por siete, habría un filip escultor hiperrealista, otro filip programador, otro filip soldador… Pero la vida me ha llevado a ejecutarlo de esta manera. Igualmente mi sueño siempre ha sido crear proyectos 360 que supongan multiexperiencias. Como dices, esta obra tiene tanto vídeo como escultura, tecnología, performance y resume muy bien hacia dónde quiero ir: mi idea es crear un ecosistema filip. Me inspira mucho la tecnología de Apple, la cultura tecnológica que ha creado como empresa, me inspira mucho el capitalismo, eso es a lo que yo juego, a crear mi propia cultura organizativa y visual, me nutro mucho del capitalismo, pero intento observarlo desde un punto de vista optimista, no solo desde la parte negativa. Estamos todos entregados al sistema, todos lo odiamos pero no tenemos opción B. Dices, vale, yo no quiero capitalismo, quiero otra cosa, pero no existe esa opción.
Digamos entonces que a pesar de todo lo negativo que conlleva este sistema capitalista en el que vivimos, y aún siendo consciente de ello, como artista te sientes cómodo usando sus resortes y sus códigos para desarrollar tu trabajo.
Sí, eso es. Es el presente que me ha tocado vivir y estas son las herramientas con las que me han tocado jugar. A la vez pienso que la única diferencia que hay ahora frente a épocas pasadas es la tecnología. Dalí o Magritte, por decir alguien, nunca han podido usar la tecnología porque no existía, y yo entiendo que el cometido de un artista es comunicar su presente, comunicar las ideas universales de su presente, porque eso es con lo que la gente de su tiempo va empatizar, y esas son las ideas que con el paso del tiempo van a poder envejecer mejor. Yo estoy retratando el presente a través de una escultura, estoy hablando de capitalismo, pero también de inclusividad, de los wereables tecnológicos, de la evolución.
¿Cabe en tu obra la crítica al sistema trabajando desde el sistema o es algo que como artista no te interesa?
Sí, me interesa; por eso abro un debate con mi trabajo, para que ciertas cosas dejen de ser un tabú. Vivimos en un sistema capitalista, todo el mundo capitaliza su trabajo, no es malo que un artista capitalice su trabajo, el artista tiene esa cosa del purismo que creo que es autoboicot. El artista se tiene que nutrir del presente que le ha tocado vivir, si a mí me hubiese tocado vivir un presente distinto, pues habría cogido esas herramientas y habría trabajando con ellas. Mi mentalidad es: inspírate con la información que te llega en tu presente y proyéctate hacia el futuro. Porque todo lo otro ya está hecho. Ya se han pintado todos los lienzos que se pueden pintar, ya se ha hecho todo eso, ahora se tiene que jugar con las herramientas nuevas que van saliendo y ahí entra la tecnología.
pi(x)el se materializa en una escultura que borra las fronteras de género, de raza, de edad, algo que has venido haciendo también a lo largo de tu trabajo…
Sí, esto es una conversación que tengo conmigo mismo desde hace mucho tiempo. Yo he partido de la moda y siempre, sin querer, me metía en los estándares de belleza y jugaba a mostrar lo que entendemos como precioso, bello, en nuestro presente. Sin querer me metí en esa burbuja y me vi en situaciones sin pensar: híper retocando fotos, híper filtrando, no aceptando poros en mi obra, no aceptando cosas de una forma con la que, en realidad, no estaba del todo de acuerdo, pero me sentía como muy programado para hacer eso. Con pi(x)el lo que quiero es romper con ese patrón mío de perfeccionismo, de todo tan pulido, y mostrar cosas más crudas. Por ejemplo, en la presentación uso luz blanca sin ningún tipo de filtro para que se vea toda la información, para comunicar que no hay error, que simplemente es, simplemente existe.
Has dejado atrás el conflicto que supone buscar permanentemente esa perfección.
Bueno, no del todo (risas). Mi conflicto de ahora es la edad, las arrugas.
Pero, dios, ¿cuántos años tienes?
28 años (risas).
Ya. Puedo ver infinidad de arrugas desde aquí (risas).
El conflicto viene por pensar, ay, tendría que haber hecho esto antes, me tendría que comprar tal crema para tener la piel más lisa, cosas así. Y pienso, no, no: juega con el sistema, pero no te conviertas en esclavo del sistema. Y lo cuento como víctima que sigo siendo.
De ahí ese gusto por el retoque que decías antes, la perfección de la piel frente a las impurezas y el envejecimiento.
La verdad es que el retoque con photoshop, los filtros, siempre los entendí como una puesta más estética, nada más. No pensaba que existiría este conflicto interior del que ahora estamos hablando. Nunca lo vi como ese querer formar parte de esos patrones estéticos y normativos que nos marca la sociedad. Ha sido después que he ido pensando en ello. Con el tiempo, he ido entendiendo y canalizando lo que quiero contar y cómo.
Hablando de filtros, fuiste de los primeros en hacer filtros para Instagram.
Dejé de hacer filtros porque los acabé odiando. Puede que fuese la primera persona de España que hizo un filtro. Cuando empezó todo esto de los filtros, pensaba que el fin sería algo más decorativo, decorar tu cara; pero nunca afectar a tu fisonomía. Ninguno de mis filtros afecta a la fisonomía siempre son decorativos. El primero era mi cara decorada con fotos mías, el segundo fue la proporción Fibonacci para comunicar la idea de que todos tenemos la proporción áurea en la cara. Pero luego, vi que la aplicación que se hizo de los filtros fue deformar la cara; nunca utilicé esa herramienta del programa porque me pareció absurdo. Y por eso al final los dejé. Yo ya no uso filtros nunca, ni siquiera en Instragram, me generaron mucha dismorfia, mucho conflicto. Cada vez que veo a alguien con un filtro le veo la inseguridad en la mirada aunque lleve el filtro en la cara, sé ver sus miedos.
Bueno, es que has estado también ahí.
Sí, claro. Y ahora ya quiero hablar de esto de forma transparente, siendo yo una persona que siempre estoy pensando, ay, se me ve esto, ay, tengo ojeras.
Y ahora que estás a poco de cumplir los 30, ¿cómo crees que vas a empezar a negociar con la edad, cómo crees que vas a llevar esto de hacerse mayor?
No lo sé, aún no estoy ahí (risas), pero imagino que asumiéndolo y llevándolo bien. Solo que justo ahora leí que a partir de los 28 es cuando se empieza a envejecer como tal, y me siento así como en una cuenta atrás.
Hablando del tiempo, nos decías que desde que empezaste a pensar en este proyecto hasta ahora han pasado 7 años, ¿es el resultado parecido a lo que tenías en la cabeza?
La idea que yo tuve al principio era como una armadura de pantallas, y sabía que en las pantallas tenían que ir partes del cuerpo, esa era la idea base. Y acabé simplificando la idea hasta llegar a esto. Al final, si te fijas, es un casco, un bikini y una manicura. Es como una oda a los filtros de cara y al nails art; y el bikini es un prenda de la era en la que vivimos, quería trasladar es idea original a cosas que vivimos en nuestro presente.
Hace ya algún tiempo que subiste a Instagram imágenes tuyas y de Virgen María con máscaras de silicona como la que llevaba María hoy.
Sí, esa máscara murió. Murió aplastada por una maleta. La utilicé muchas veces, fue de las primeras cosas super virales que hice. De esto hace unos 4 o 5 años. Ahí es cuando partió la idea de jugar con el concepto de la máscara social, y presentar estas figuras que dices, ¿es un robot, es un humano, qué es eso de ahí?
Usas mucho la máscara.
La máscara forma parte de mi identidad. Mi identidad artística me gusta que siempre sea con máscara, hacer dudar a la gente, ¿es un robot, es algo virtual o es un humano? Eso me gusta, generar ese misterio: quién hay ahí detrás.
¿Y por la vida la máscara la usas mucho?
No, no, solo en el contexto artístico (risas).
Hablaba más en sentido figurado.
Bueno, todo el mundo la lleva, ¿no? Imposible no tener máscara. Tienes una o tienes cincuenta, diferentes máscaras o diferentes capas de una misma máscara. Nuestra propia identidad también es una máscara. Quien soy yo ahora con quien soy yo del futuro tampoco es el mismo, siempre vamos mutando y cambiando de personalidad. Yo me siento super diferente de hace 4 años, conservo elementos del Filip de antes, pero antes era mucho más explosivo y mucho más intranquilo y mucho más ansioso y mucho más impaciente. Ahora siento que de mi grupo soy el más tranquilo y el que está más centrado (risas).
¿Proyectas mucho hacia el futuro o prefieres vivir el presente sin pensar mucho en lo que pasará?
La gente que me conoce bien me dice que mi capacidad es proyectar, como que digo cosas y no sé porqué pero pasan. Decir, esto va a pasar. Y pasa. Pensar, me gustaría currar aquí, y recibir un mail a las dos semanas. Así que proyectar es una cosa muy mía que me gusta, y que siento que me da poder.
¿Pasó eso con Colección Solo?
Con Solo fue perfecto. Yo llevaba ya un tiempo diciendo a mi entorno, me gusta trabajar en moda y en música, pero no quiero estar todo el tiempo condicionado por un productor o una canción que venga de fuera, me gustaría ser estrictamente artista, sin esos condicionantes. Y ahora con la Solo siento que estoy ahí, con todo mucho más organizado, con una estructura detrás, no como otras veces que hago algo y vas viendo cómo fluyen las cosas. Aquí hay una estrategia, un equipo, noto cómo se está buscando ese posicionamiento que necesito para no tener que trabajar siempre en proyectos comerciales.
Pero los proyectos comerciales ayudan a desarrollar tu trabajo, ¿no?
Claro, sí. Al principio, la única manera de desarrollar mi obra y de poder vivir de ello fue gracias a ese tipo de proyectos. Pero ahora poco a poco, y orgánicamente, veo que puedo ir diversificándome. Me encanta trabajar con marcas, me flipa meterme en su mundo y sacarlas de contexto y jugar con los proyectos, es muy interesante. Pero necesito que no sea lo único, porque es muy tóxico también. Yo tengo mucho toc, soy muy perfeccionista, tengo muchas manías. Por ejemplo, tengo que limpiar mi casa cada mañana durante una hora porque si no no sé funcionar. Si estoy en un proyecto en el que tengo todo super pensado y organizado, y llega una persona y me dice, así no, cámbialo todo, es que me rompe. Pero si tengo una vía de escape en la que hago lo que me da la gana, si me dan esos feedbacks pues me da igual, porque ya hago mi trabajo personal por otro lado.
Mis tres o cuatro experiencias de campañas han sido traumáticas, he tenido que ir al psicólogo para superarlo. En una de ellas, hasta me hicieron sentir mal por ser gay, homofobia a tope. En una había dos chicas dándose un pico y me lo hicieron quitar, ¡una campaña que iba con sobre la inclusividad! Oye, les dije, pensaba que esta campaña iba sobre la inclusividad. Sí, me contestaron, sobre la inclusividad racial. Imagínate tres días de producción con todo el curro y el estrés que esto supone, pues tuve que cambiarlo. Ahí me dio un ataque de ansiedad muy jevi. En esa época esto me afectó mucho, porque precisamente proyectos así eran los que me servían para canalizar mi obra, y me afectaba mucho el hecho de mostrar algo que no era lo que yo quería hacer, algo con lo que no me sentía identificado. Era como, ¡no, van a romper mi discurso creativo!
Mis tres o cuatro experiencias de campañas han sido traumáticas, he tenido que ir al psicólogo para superarlo. En una de ellas, hasta me hicieron sentir mal por ser gay, homofobia a tope. En una había dos chicas dándose un pico y me lo hicieron quitar, ¡una campaña que iba con sobre la inclusividad! Oye, les dije, pensaba que esta campaña iba sobre la inclusividad. Sí, me contestaron, sobre la inclusividad racial. Imagínate tres días de producción con todo el curro y el estrés que esto supone, pues tuve que cambiarlo. Ahí me dio un ataque de ansiedad muy jevi. En esa época esto me afectó mucho, porque precisamente proyectos así eran los que me servían para canalizar mi obra, y me afectaba mucho el hecho de mostrar algo que no era lo que yo quería hacer, algo con lo que no me sentía identificado. Era como, ¡no, van a romper mi discurso creativo!
A veces hay que dejar el ego a un lado…
Ahí es cuando me di cuenta que necesitaba tener un vía de escape donde poder ser más rotundo con mi obra. Si tengo otro chance, ya no me importa tanto aceptar ciertas cosas. Y, sí, claro que es por ego, tengo mi discurso super marcado, y si me mueves una ficha de lugar, se puede perder el discurso y se puede convertir en algo absurdo y ridículo. Me pasó que hice una campaña para Kenzo que nunca firmé que sacaron todo de contexto y yo lo veía ridículo.
Siempre te has sabido rodear de compañeros super talentosos, y en este caso volvemos a ver a Virgen María con la que has colaborado muchas veces.
María es mi hermana. Con ella es muy orgánico. Lo mismo hay una época que en seis meses no hacemos nada y luego surge un proyecto. Con ella es muy fácil porque conectamos muy bien, no me saca de mis casillas ni yo a ella, sabemos la parte que le corresponde a cada uno, estamos a gusto con lo que hace cada uno, no nos sobre exigimos.
Este proyecto, ¿tuviste claro que lo harías con María desde el principio?
Sí, en la escultura hiperrealista siempre me he retratado a mí mismo y a nadie más, y para la primera escultura que era con otra persona, tenía que ser ella, ¿quién iba a ser si no?
¿Sigue vuestro proyecto 1x1?
Sí, sigue, lo que pasa es que la cuenta de Instagram desapareció porque a María le robaron la suya y cambió el nombre de usuario, y al final se la volvieron a borrar… Este proyecto de pi(x)el yo lo lidero más, María presta su cuerpo pero no lidera el discurso. Pero hemos hecho un tema con Playboy y es más mutuo, hemos participado los dos. O ella hace sus vídeos y yo la grabó. Llevamos juntos prácticamente desde que empezamos, nos conocemos muy bien.
¿Cómo fue tu encuentro con Solo?
Lo de Solo fue muy casual. Alex Hug (también artista que forma parte de la colección y de Certeza) me habló de la Solo y me dijo que me iba a encantar la colección y que era increíble, y justo unos días después me escribió David Cantolla (cofundador y director de Colección Solo junto a Ana Gervás) para pedirme una obra mía. Desde entonces hemos empezado a trabajar juntos, y me siento profundamente contento, siento que ha habido una conexión perfecta. En lo que más estoy trabajando ahora con Solo es en comunicar mi obra y poderla colocar en museos para posicionarme bien como artista. Estoy diciendo que no a muchos proyectos que son guays, pero sé que lo que me toca ahora es esto.
pi(x)el forma parte de la exposición colectiva Certeza, que puede verse hasta final de año en el Espacio Solo (Plaza de la Independencia 5, Madrid).