El dúo creativo vuelve a viajar en el tiempo, convertido en uno de sus temas recurrentes, en su nueva propuesta. Y es que los esfuerzos de la marca se dirigen a lograr una fórmula en la que pasado, presente y futuro convivan armoniosamente, en una retroalimentación continua de la que extraer conclusiones reveladoras. Ahora dirigen la mirada hacia la década de los setenta y ochenta, evocando un sentimiento de nostalgia positiva que busca extraer lo mejor de cada época aportándole su sello personal, definido por la elegancia natural, la atemporalidad y la atención al detalle. Sus prendas funcionan por separado, algo que no todas las firmas logran al hacer del desfile un momento de ebullición creativa carente de visión comercial.
Destacable es también la construcción de su identidad de marca. Un ADN propio (imposible no reconocer sus blusas) que trasciende lo meramente estético, y cuyo lenguaje traducen al idioma de un interesante nicho de mercado. Mujeres que buscan una elegancia renovada, que aprecian el detalle y los acabados de las prendas, y que quieren ser parte de la comunidad que The Label Edition -aprovechando su expertise en lo que a comunicación y marketing de moda se refiere- no deja de ampliar temporada tras temporada.