La 17ª edición de la feria de arte contemporáneo Swab ha arrancado con energía renovada y, como siempre, con una promesa que la define: acercar el arte al público y romper las barreras que los separan. Hasta el 6 de octubre, la Fira de Barcelona se convierte en el epicentro cultural de la ciudad, con setenta galerías de veinte países y más de doscientos artistas bajo un mismo techo. Todo con un objetivo claro: que el arte sea accesible, cercano y, sobre todo, transformador.
El diseño de la feria, con su disposición casi laberíntica, invita a perderse y dejar que las sensaciones guíen el recorrido. Todo está dispuesto de tal manera que te permite tocar el nervio mismo de la creación artística y dialogar con las obras. Este año, la mezcla entre galerías consolidadas y espacios emergentes crea un ambiente vibrante y lleno de diversidad. ¿El punto de enfoque? Asia Oriental.
Destaca el programa Focus Tokio-Seúl, curado por Kelvin Kyung Kun Park, quien utiliza la figura del pulpo como metáfora de un pensamiento que explora, se expande y se adapta. Como él dice: “Cuando piensas en un pulpo, no solo importa su sistema nervioso central; sus tentáculos también tienen su propia inteligencia”. Esta idea refleja cómo los artistas asiáticos entienden la manera de ver y de crear arte, con una sensibilidad tentacular. Las piezas expuestas dan ganas hasta de acariciarlas.
Por otro lado, Cauces del programa Emerging LATAM da la bienvenida a proyectos híbridos que muestran lo mejor del arte latinoamericano. En su cuarta edición, este espacio se convierte en punto de encuentro para seis espacios emergentes de Buenos Aires, Lima, Santiago de Chile, Rosario y Guadalajara. Aquí, el arte fluye de maneras inesperadas, adaptándose a cada territorio y reflejando la diversidad de la región. Dieciséis artistas nos hablan de identidades, cosmogonías y cómo las tradiciones se mezclan con las nuevas tecnologías, todo con una mirada crítica y fresca sobre el contexto latinoamericano en este mundo en constante cambio. Este espacio rebosa energía y rebeldía; el arte aquí es puro acto de subversión y esperanza.
Y ya que hablamos de subversión, no te puedes perder The Blue Color of My Sky, el solo show colaborativo entre artistas de Taipéi y Barcelona que lleva la idea de intercambio cultural a otro nivel. Curado por Yipei Lee y Carla Gimeno, más que una exposición es un diálogo entre Oriente y Occidente. En cada obra late la pregunta: ¿cómo redefinimos lo que es nuestro en un mundo donde los conceptos de propiedad y control se tambalean? Las piezas juegan con la ausencia y lo intangible, recordándonos que quizás lo más valioso es aquello que no podemos retener.
Por si fuera poco, Swab amplía sus horizontes este año con un espacio dedicado al diseño contemporáneo. Las fronteras entre lo utilitario y lo artístico se diluyen, son piezas que nos hacen repensar cómo nos relacionamos con el mundo físico. Los jóvenes diseñadores defienden un diseño más sostenible, más consciente y, sobre todo, más libre. Con propuestas frescas como las de los artistas Pepe Valenti y Annabelle Scheider.
En su compromiso con las nuevas voces del arte, Swab no deja de sorprender con iniciativas como MyFAF, que presenta a galerías jóvenes en su primer año de vida, y Swab Seed, donde los espacios autogestionados por artistas se convierten en un huerto de propuestas frescas y disruptivas.
Este año, no podemos dejar de mencionar el programa especial Perhutana, un proyecto ecológico de Kota Terakota que invita a los asistentes a participar en la creación de un bosque colectivo. Este proyecto reafirma el compromiso de la feria con el arte como herramienta de cambio social y ambiental. Perhutana tiene como objetivo transformar ocho hectáreas de un plan industrial en un espacio sagrado a través de la creación de un bosque compartido. Los participantes reciben una parcela de cuatro metros cuadrados para contribuir a este bosque, además de un certificado de terracota diseñado por los artistas de Jatiwangi Art Factory.
Con cada edición, Swab parece reinventarse, siempre con el ojo puesto en lo nuevo, lo inesperado, lo urgente. Pero lo que hace a esta feria verdaderamente única no es solo la calidad de las obras, sino la forma en que logra crear un espacio donde el arte deja de ser algo distante. Un ambiente en el que podrás encontrar algo que te conmueva, te desafíe y que te haga ver el mundo con otros ojos. En un tiempo donde el arte muchas veces se percibe como inaccesible, Swab trata de demostrar que el arte puede y debe ser parte de la vida cotidiana.