El 18 de enero marcó un hito crucial en la carrera artística de Saint Torrente con el lanzamiento de su nuevo EP, Angel, Agonised. Después de unos años de pausa (pero sin parar) y una intensa ruptura personal, Saint Torrente se reinventa como baladista en el intrigante mundo del BDSM, explorando las complejas intersecciones entre amor, dolor y desamor. Con lo queer como bandera, en este proyecto traza un mapa lleno de emociones crudas y profundamente personales, reflejando su propio viaje de autoexploración y sanación.
Desde sus inicios en el cabaret queer de Londres hasta su reciente traslado a Berlín, su obra se ve marcada por sus vivencias y por todo lo que le ha rodeado en su vida, encontrando allí su inspiración. Con la colaboración de artistas como Buzz Violet, Imogen en el piano y Nathan Cox en la guitarra, y un coro formado por amigos y examantes, este proyecto promete ser una obra maestra de contrastes. Hablamos sobre su vida, las inspiraciones del álbum y más.
Es un placer hablar contigo. Para empezar, preséntanos a Saint Torrente y cuéntanos un poco el proyecto.
Vamos, ¡yo encantade! Te cuento. Saint Torrente es un proyecto musical y artístico que empecé cuando estaba en la universidad y que desarrollé en el mundo del cabaret queer en Londres. Para mí, fue siempre una propuesta artística que se basaba en mezclar la música y el drag como forma de explorar la cultura pop y las subculturas queer.
¿De dónde viene el nombre de Saint Torrente? ¿Cuánto hay de santo en ti realmente?
De santo tengo mucho, ¡muchas gracias! (risas). Torrente es el apellido de mi padre, y Saint lo puse porque en ese momento estaba empezando a entender mi queerness, y me parecía importante venerar mis antepasados de esa manera. ¡Lo queer es algo que se debería no solo tolerar, sino también honrar y glorificar!
Tengo entendido que eres de Gibraltar, que ahora estás viviendo en Berlín, pero durante un tiempo viviste entre Madrid y Londres. ¿Por qué tantos cambios?
Tantos cambios porque en estos últimos años me he enfocado mucho en mi crecimiento como artista y persona. Estuve en Londres siete años, y después de un año superespecial en Madrid, he llegado a Berlín a crear una vida. Una vida grande y bonita y artística. ¡A ver!
Has actuado en la escena queer de Londres junto a artistas como Thigh High o Travis Alabanza. ¿Qué dirías que ha aportado esta experiencia a tu proyecto?
Wow, me siento tan afortunado de haber conocido a esa gente en Londres. En muchos sentidos, me enseñaron cómo uno puede crear una carrera artística trabajando con amigas y creando cosas juntas. El mundo DIY. En ese ámbito tuve un espacio libre para crear y fallar e intentar cosas nuevas. Y ponerme maquillajes horribles también.
Tu EP debut, Passion I, se lanzó en 2019 y no habías vuelto a sacar música hasta ahora. ¿Qué has estado haciendo estos últimos años?
Los últimos años han tenido mucho que ver con la pandemia, con cómo recuperar un corazón roto por primera vez, la terapia, los cambios, cambiar de ciudad y país, etc. ¡Ha sido heavy! Pero a la vez he podido crear música y desafiarme como persona creativa.
Sacaste tu segundo EP, Angel, Agonised, en enero. ¿Estás feliz con el feedback de las personas?
Sí, ¡mucho! Ha sido muy bonito recibir mensajes de la gente que han sido conmovidas por la música. Al final de la canción Spanish Hail Mary canto una versión del Ave Maria. Mi comentario favorito fue el de alguien que me dijo que se emocionó al escucharla porque no había oído esa versión desde que la cantaba con cinco años en el cole. Lloro.
Encontramos tanto sentimientos de amor y deseo como de pérdida. Lo que está claro es que no es un EP que celebra el amor como tal, más bien llora por él. ¿Cuánto hay de ti o de tus experiencias en cada letra?
Totalmente. Mi idea con el EP era ser lo más sincero posible, incluso hasta generar miedo. Cuando escribí Adam no imaginaba poder cantar sobre mis miedos, de nunca conectar con otra persona como había conectado con él. Es totalmente llorar por el amor, de querer tanto ser amado.
Cada vez hay menos artistas que apuestan por hacer solo baladas. ¿Dirías que este es tu territorio o estás abierte a otras cosas?
Sinceramente, considero que las baladas son una clave del escribir canciones. Por eso, en este proyecto era importante condensar mis ideas lo más posible y crear letras brutales y suaves a la vez, y jugar con ese contraste. Para otros proyectos me encantaría crear otras cosas, por cierto. ¡A ver si pronto!
Hay un muy buen trabajo de producción, donde algunas distorsiones de voz y los coros aportan un carácter especial al EP. ¿Cuáles han sido tus influencias durante el proceso de creación?
Ante todo, quería rendir homenaje a la música folk de los setenta. Eso era mi base. Tanto a artistas superfamosos como George Harrison o Patti Smith, como a algunas joyas más desconocidas de la época como Arthur o Judee Sill. Y a la vez mezclando esa influencia con el pop, el trap, etc. Por ejemplo, los ad-libs de I Fear Nothing me recuerdan siempre a Travis Scott.
En la canción Kiss of Something More aparece el ‘angel agonised’ del título, acompañado de “why walk when we could fly?”. ¿Es este ángel una metáfora del desamor?
Totalmente. Para mí, el ángel llegó a simbolizar la pureza del amor. Tanto quiero ser amado, tanto quiero estar feliz en los brazos de otro. Y entonces, la agonía viene de que el amor vaya mal. Lo veo como un sentimiento muy infantil, muy idealista, pero muy bonito.
En Adam dices “Adam, you’re the first man, at least to me”. Me evoca inevitablemente a la figura bíblica de Adán, el primer hombre según el cristianismo. ¿Me equivoco?
¡Estás totalmente en lo correcto! Eso para mí es la broma de esa canción. Un homenaje al primer hombre que amé, en la única manera que se lo podría decir, comparándolo con una referencia tan clásica. A la vez creo que es un gesto muy camp.
Hay mucha simbología y referencias cristianas en el EP, sin ir más lejos, la figura del ángel y las menciones a Dios y a la virgen en Spanish Hail Mary. ¿Cómo se integran estas referencias a la temática del EP? ¿Qué significado personal tienen para ti?
Creo que es porque el imaginario católico está muy presente en Gibraltar. Me conmovían tanto las imágenes que veía de niño… Me daban miedo, me fascinaban, me hacían llorar. Entonces ha sido una parte de mis canciones siempre. Pero con este EP, mientras pensaba en el dolor y me preguntaba para qué sirve, pensaba mucho en esa parte de mi infancia. Y después, contrastar el dolor exquisito del cristianismo con el dolor exquisito del mundo BDSM me parecía una idea arriesgada.
Love me Sweeter es un himno al cuero, pero también a todas aquellas ilusiones que nos hacemos al conocer a alguien y el miedo a perderlo que aparece después. Listas diferentes nombres: Harry, Francis, Johnny, Marcus, Tommy y Peter. Por curiosidad, ¿quiénes son estas personas?
¡Todos esos nombres provienen de chicos con los que salí durante mis siete años en Londres! Todas las veces que intenté el amor, sin éxito. Siete años de Tinder, madre mía…
Tú misme has dirigido los videoclips de las canciones, y cada uno dibuja un universo distinto en relación con la letra. ¿De dónde viene la inspiración de estos universos? ¿Cómo los construyes?
Siempre, cuando escribo, veo la peli de la letra en mi cabeza. Además, soy una chica a quien le encanta hacer proyectos y pasar horas editando y creando fantasías. Con este proyecto tuve la ambición de crear un mundo estético, empezando con un par de imágenes: el ángel con las alas cortadas, el San Sebastián en vestido de matrimonio, un grupo de hombres leather en el atardecer madrileño. ¡Es casi mi parte favorita de lo que hago!
Es que se nota que lo visual es algo intrínseco a tu proyecto. Hemos visto que la estética andaluza está muy presente, así como también el maquillaje y el BDSM. ¿Qué importancia le das a la relación entre lo visual y la música?
Siempre me ha encantado la música pop porque es un arte multimedia. Crecí no solo escuchando a Britney Spears sino viéndola, viéndola bailar, percibiendo su presencia y su fuerza. Y después a Lady Gaga, viendo cómo cada canción era un mundo artístico en sí. Poder ahora ser adulto y realizar mis fantasías de una manera parecida es un don total. Crear arte que puede contener a mi ser como persona Gibraltareña, andaluza, queer, fetichista, me parece la cosa más guay del mundo, sinceramente.
¿Qué planes tienes este año? ¿Habrá más música?
¡Quiero sacar más música! Abrir aún más el mundo de Angel, Agonised y crear un show superguay y poder visitar Madrid y Londres con ello. ¡Es mi sueño!