Ruïnosa y las Strippers de Rahola son de todo sin querer serlo y desafían lo establecido sin querer hacerlo. Para ellas la música es un altavoz social, el humor una herramienta y La dictadura travesti, su nuevo disco, una declaración de intenciones. Las autoras de canciones como Puta Renfe o Soy catalana recogen en este último proyecto tanto temas antiguos como inéditos para llevarnos de viaje a un mundo de cachondeo y desenfreno.
Responden con una sola voz, pero el grupo está compuesto por cuatro integrantes: Ruïnosa canta, Nico Lokao toca el bajo, Kalva Klein es guitarrista y corista, y La Marrana Jurásica se encarga de las coreografías y la batería. Se conocen estudiando interpretación, y aunque en principio la idea es divertirse, pronto se dan cuenta de su potencial. Desde ese momento publican varios temas que les aportan cierto reconocimiento y éxitos, como el primer premio en el concurso Futuroa Sarao Drag de Apolo, o un sold out en su último concierto en Madrid. Hoy conversamos con ellas sobre su experiencia en el mundo del espectáculo y el concepto subnopunk.
¡Hola, chicas! Lo primero, felicitaros por el sold out en la Sala Caverna de Madrid. ¿Cómo os sentís?
¡Encantadas! Fue espectacular hacer un doble sold out en Madrid. Siempre es un placer para nosotras tocar en esta ciudad, nos sentimos muy acogidas y arropadas por la gente. Fue un fin de semana muy especial y emocionante, ¡no es cada día que puedes hacer un doble sold out fuera de tu ciudad!
Actuasteis junto a Tus Novias Indie, ¿qué tal la experiencia de compartir escenario con ellas?
Tus Novias Indie fueron majísimas y dejaron al público por todo lo alto. Valoramos mucho tocar con bandas con las nos sentimos cómodas y que sean de chicas o queers. No solemos ser la primera opción para bandas de tíos, por eso es esencial crear comunidad y ayudarnos de vez en cuando.
Ruïnosa y las Strippers de Rahola es un nombre curioso. ¿Qué os llevó a escoger una villana de televisión (Ruïnosa Gratandós, del antiguo Club Super3) y una política para bautizar vuestro grupo?
Nuestra cantante, Ruïnosa, se bautizó así en homenaje a la villana Ruïnosa Gratandós. Fue su primer referente travesti, viéndola de pequeña en la televisión con sus uñas kilométricas y su cabello engominado. Aparte de ella, nos dimos cuenta que cuando pensábamos en referentes travestis, se nos venían a la cabeza personajes estadounidenses o españoles, y vimos que no teníamos ninguno local.
Fue entonces cuando entró en la ecuación Pilar Rahola, que a pesar de ser una mujer cis, su carisma y personalidad nos dejaron hipnotizadas cuando la vimos de pequeñas en las tertulias de TV3. Somos los Ángeles de Charlie venidas a menos; en vez de velar por un señor en traje nos bajamos las faldas por una tertuliana carismática de derechas con ideas muy cuestionables.
Aunque en el pasado definíais Ruïnosa y las Strippers de Rahola como queer punk, ahora mismo habláis de vuestro estilo como subnopunk travesti. ¿Es una adaptación/evolución del subnopop con el que se definía Ojete Calor
¡Sí, habéis pillado la referencia! En nuestro caso es subnopunk porque bromeamos habitualmente de que no somos suficientemente queers ni suficientemente punks, pero sí somos suficientemente frikis para el subnopunk. Aunque nos parece bien que nos etiqueten como queer punk, a pesar de ser un concepto muy anglosajón, creemos que lo nuestro va un poco más allá.
“Somos los Ángeles de Charlie venidas a menos; en vez de velar por un señor en traje nos bajamos las faldas por una tertuliana carismática de derechas con ideas muy cuestionables.”
A finales de mayo publicabais vuestro primer álbum, Dictadura travesti, un trabajo de diez canciones con denuncia social recubiertas de capas de humor. ¿Cómo fue el proceso de sacarlo adelante, desde componer los temas hasta grabarlos en el estudio?
Fue un proceso muy largo, desde que compusimos la primera canción hasta que sacamos el álbum pasaron un poco más de tres años. Cuando escribimos las canciones por primera vez, nada más formada la banda, no nos hubiéramos llegado a imaginar que acabarían formando nuestro primer álbum. Da incluso un poco de impresión mirar hacia atrás y ver la magnitud a la que ha llegado el proyecto.
Entre la composición y la grabación hubo un periodo de tiempo bastante largo de tocar las canciones en directo y, cuando nos pusimos a grabar, nos vimos con el reto de traspasar la energía y la garra del directo a un trabajo de estudio. Queríamos mantener la espontaneidad y la teatralidad así que adaptamos monólogos, sonidos y no dejamos ningún grito por gritar.
Ya que estamos, ¿nos contáis alguna experiencia o anécdota graciosa o llamativa de todo este proceso?
¡Pues claro! La segunda vez que pisamos el estudio fue para grabar Puta Renfe y teníamos claro que queríamos que los gritos de ‘¡puta Renfe!’ del estribillo sonaran igual de cabreados que en el directo. Tendríais que haber visto la cara de nuestro productor cuando nos presentamos con unos treinta amigos, a cada cual más friki que el anterior, para que gritaran al micrófono todos juntos nuestro grito de rabia: ¡puta Renfe! Casi no cabíamos en la pecera, fue muy divertido. Incluso se puede apreciar un whistle note que salió en la vorágine del momento… ¡A ver si lo encontráis en la canción!
Dictadura travesti no es solo el nombre de vuestro último disco sino también un lema que utilizáis en conciertos y redes sociales desde hace tiempo. ¿En qué consiste esta dictadura?
La Dictadura Travesti es nuestra declaración de intenciones hacia el universo. El mundo gris, serio y aburrido de capitalismo tardío en el que nos ha tocado vivir necesita que alguien le imponga travestismo, cachondeo y desenfreno, aunque sea por la fuerza bruta. La Dictadura Travesti es la militancia constante que llevamos a cabo en cada concierto, lavando el cerebro a quien nos ve para que vea que otro mundo es posible, uno con un poco de color y sin cantantes subiéndose al escenario con un chándal y una camiseta de fútbol. Y gracias a la Dictadura Travesti hemos podido conocer a personas tan maravillosas… Quizás la Dictadura Travesti son los amigos que hemos hecho por el camino.
Si fuerais dictadoras por un día o, incluso mejor, un año o una década, ¿cuáles son las primeras medidas que tomaríais? ¿Qué cambios son necesarios bajo la óptica travesti?
Para empezar prohibiríamos los Funko Pops, los Sonny Angels y las discotecas silenciosas con penas de cárcel por básica y mamarracha. Instauraríamos clases obligatorias de maquillaje, transformismo, frases de la Veneno y buen gusto en general en todas las escuelas. Por navidad sustituiríamos el poema de navidad por un lip sync, y en verano la única prenda permitida en la playa sería un tanga con la cara de Carmen de Mairena. También prohibiríamos el fútbol, o mejor, solo se podría jugar con tacones de aguja, a ver si se lesionan aún más los pringaos. Qué bonito sería el mundo… Aunque duraría dos días porque acabaríamos rajando unas de las otras como buenas travestis que somos.
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Puta Renfe, ET.s o p0pper son canciones que exponen diferentes cuestiones sociales desde la diversión, la ironía y el sarcasmo. ¿Consideráis que el humor y la música son buenas herramientas para denunciar injusticias sociales?
¡Pues evidentemente que sí! Nuestro objetivo principal no es hacer crítica social, pero al fin y al cabo las experiencias queer y travestis son políticas. Por desgracia nuestra realidad no es de color de rosa y esto se ve trasladado en nuestras canciones de manera irónica y mamarracha. Pero no vamos a negar que nos gusta quejarnos y que de manera menos o más graciosa vamos a criticar lo que no nos guste. ¡Este es nuestro lenguaje y nos reímos para no llorar!
Al hablar de temas polémicos como la religión o la política, ¿habéis recibido muchas críticas? ¿Cómo gestionáis el odio, especialmente en redes sociales?
Siempre habrá orangutanes de derechas que den su opinión cuando nadie les ha preguntado, pero al final sus comentarios nos resbalan porque no es ni el público al que queremos llegar ni gente con la que nos queramos relacionar. Siempre hace más daño cuando una crítica despectiva viene de dentro del colectivo o de personas que admiras. A veces se nos olvida que estamos todos en el mismo barco y es mejor remar juntas que por separado.
Las cuatro os conocisteis estudiando interpretación y compartís un cariño especial por el teatro. ¿De qué manera integráis esos estudios en vuestra música y, especialmente, en las actuaciones en vivo?
Pensamos en nuestras actuaciones como un espectáculo multidisciplinar, no solo un concierto en el que se tocan las canciones en directo. Queremos que encima del escenario pasen cosas que impliquen al público y le hagan sentir alguna cosa, y tenemos la suerte de poder tener la música y la teatralidad de la mano en nuestro proyecto. También nos ha ayudado mucho la creación de nuestros alter egos y personajes drag, que nos ayudan a sacar una parte de nosotras y exagerarla aún más, generando unos roles y dinámicas divertidísimos.
Vuestros conciertos son un espacio para experimentar e improvisar tanto con el público como con vosotras mismas. Contadnos más sobre esta decisión de no tener todo preparado y dejar espacio a la improvisación.
Para nosotras es importante mantener vivo el fuego del directo y dar al público lo que necesita. Desde el mundo del teatro sabemos que no es fácil trabajar desde la repetición. Sí que tenemos unas pautas y un esquema que se ha ido generando de manera natural en nuestros directos, pero es algo muy flexible que deja paso a la improvisación y a que surjan cosas nuevas. Queremos que cada concierto sea diferente y si el público nos da una cosa, seguir con ella y adaptarla dentro del show, dentro de lo que sea posible.
“El mundo gris, serio y aburrido de capitalismo tardío en el que nos ha tocado vivir necesita que alguien le imponga travestismo, cachondeo y desenfreno, aunque sea por la fuerza bruta.”
¿Cuál es la canción que más disfrutáis tocar en un escenario?
¡Uau, qué pregunta más difícil! En general las disfrutamos mucho todas pero sí que coincidimos en que ¿Qué pasa con Michael? es muy disfrutona en directo. Al bajar un poco las revoluciones nos permite interactuar con el público desde un punto más lánguido y acaba con uno de los momentos más espectaculares de tocar en directo, con todas subiendo la energía y gritando de rabia contra Michael… Madres solteras buscan polla también es muy divertida, siendo nuestra opera rock, casi un Bohemian Rhapsody esperpéntico, acabas de tocarla y sientes que has vivido siete vidas distintas.
Durante estos últimos años, en Catalunya y España han aumentado las agresiones contra el colectivo LGTBQ+, especialmente contra personas trans. ¿Consideráis que grupos como el vuestro son un buen altavoz para combatir este tipo de violencia?
Nosotras estamos muy contentas de las atmósferas que se crean en nuestros conciertos, hemos conseguido que el público sea superrespetuoso y agradable los unos con los otros; a veces bromeamos que es como un oasis queer, casi una utopía. Creemos que de alguna manera los grupos queer sirven sobre todo para visibilizar nuestro colectivo y que llegue nuestra realidad a personas que no lo viven tan de cerca.
Nos hemos encontrado en general una muy buena recibida de personas más mayores que vienen a nuestros conciertos, ya sea por el punk, por acompañar a algún familiar o por otras bandas. A veces les cuesta un poco entender de primeras el concepto, pero a lo largo del concierto ves cómo se van soltando y como, poco a poco, entienden un poco más nuestra realidad. Igualmente pensamos que es esencial que las agresiones sean juzgadas por lo que son, crímenes de odio. ¡Ni una agresión sin respuesta!
El aumento de popularidad de la extrema derecha y su discurso de odio también ha generado en muchas personas un sentimiento de rechazo a la comunidad. Como personas que formáis parte de la industria musical, ¿os habéis encontrado algún tipo de rechazo o censura dentro de este mundo? ¿Es difícil hoy en día encontrar espacios seguros donde actuar?
A veces nos venimos arriba pensando que cada vez está más aceptado y de repente te llevas un golpe de realidad. A la que te presentas a una convocatoria más oficial o buscas tocar en algún sitio de más renombre, te empiezas a encontrar con rechazos y ves como los hombres cis hetero del jurado miran hacia otro lado, hacia algo más convencional.
Se ha capitalizado lo queer y lo quieren para hacerse un limpiado de cara, pero la nuestra no les sirve porque salimos demasiado de la norma para ellos. A veces puede ser un poco frustrante y parece que la industria musical no esté preparada para este tipo de propuestas, pero ya lo estarán. Y si no, lo vamos a hacer igual.
Para todas las personas que están descubriendo vuestra música, ¿dónde y cuándo van a poder veros próximamente?
¡Pues justamente estamos preparando una de gruesa! Llevamos ya unos meses preparando la que será la gira de presentación de nuestro primer álbum. Aún no podemos decir mucha cosa, pero el 2025 viene cargadito de sorpresas… y llevaremos esta gira cien por cien autofinanciada a rincones de España que ya hemos pisado y a otros que pisaremos por primera vez.
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