La música ha sido algo que siempre ha acompañado a Patricia Valley, y, como nos confiesa ella, “lo que pasa es que cuando algo te gusta tanto, al final quieres terminar haciéndolo tú también”. Así nace Out of the Valley, su sensible y personal proyecto musical, en el que entre sonidos de trip hop, electrónica de vanguardia o de ambient, con humildad vuelca su alma.
Como en su nuevo single, We Had Enough, en el que narra la ansiedad que sufrió durante años. Su letra emotiva y honesta consigue dar visibilidad a los trastornos psicológicos por aquellos que ya no lo pueden contar. “Mi historia no es más triste que la de nadie, pero creo que, por tener la fortuna de ser superviviente, tengo el deber de hablar de ello.”
Empezaste psicología pero al darte cuenta de que no era lo tuyo, decidiste estudiar periodismo. Consciente de que no querías dedicarte a ello, diste el salto a ser modelo para luego darlo en el mundo de la interpretación. Ahora, finalmente, te has adentrado en el mundo de la música. ¿Cómo ha sido este proceso? ¿La música siempre era tu fin?
Siempre quise dedicarme a alguna de las cosas que me más me gustaban hacer, todas de tipo artístico. El tema es que vengo de esa generación de los primeros millenials que fueron todavía mal educados bajo la idea de que el arte no era un trabajo y que una carrera universitaria (pero de las serias, nada de Arte Dramático en la Resad) aseguraría tu futuro.
Entonces yo, que hasta hace poco vivía con el miedo de otros, hice cosas que no quería hacer. Ahora, después de muchos años, he podido ver que todas estaban conectadas y me llevaban en una misma dirección por opuestas que parecieran. El proceso ha sido y sigue siendo un proceso cuyo final desconozco. Solo puedo asegurar que quiero hacerlo de la forma más honesta posible, sea a través de la vía que sea.
Entonces yo, que hasta hace poco vivía con el miedo de otros, hice cosas que no quería hacer. Ahora, después de muchos años, he podido ver que todas estaban conectadas y me llevaban en una misma dirección por opuestas que parecieran. El proceso ha sido y sigue siendo un proceso cuyo final desconozco. Solo puedo asegurar que quiero hacerlo de la forma más honesta posible, sea a través de la vía que sea.
También dices que te gusta escribir. Desde luego, eres una persona muy polifacética. Todas estas actividades tienen algo en común: la creación. ¿Te consideras una alma creativa? ¿Hay algún otro campo que te gustaría probar?
De las cosas que hago, escribir fue la primera que empecé a hacer. Para mí el lenguaje es algo casi sagrado; el lenguaje es capaz de modificar el pensamiento. Las palabras son tan poderosas que me asusta la facilidad con la que algunas personas les dan uso sin pensar en las consecuencias. Escribir es un acto de una responsabilidad y una belleza increíble. Supongo que por eso me cuesta tanto compartir las cosas que escribo porque, aunque sepa que no van a cambiar nada, tendrán su impacto, por mínimo que sea, en la persona o personas que lo lean.
No ser plenamente consciente de ello es en sí mismo un acto de deshumanización del arte, de ponerte por encima y generar un contenido despreocupado, pretencioso e incluso peligroso. Pero en cualquier caso, es fascinante. Últimamente siento la necesidad más que nunca de ayudar. Me gustaría probar a hacer más cosas que no sean para mí. Creo que eso es lo más creativo que uno puede hacer en su vida.
No ser plenamente consciente de ello es en sí mismo un acto de deshumanización del arte, de ponerte por encima y generar un contenido despreocupado, pretencioso e incluso peligroso. Pero en cualquier caso, es fascinante. Últimamente siento la necesidad más que nunca de ayudar. Me gustaría probar a hacer más cosas que no sean para mí. Creo que eso es lo más creativo que uno puede hacer en su vida.
Out of the Valley es tu propuesta musical. ¿Cómo surgió este proyecto?
Siempre he estado relacionada con la música. Desde pequeña, en mi casa se ha escuchado mucha música, y fui a clases durante mucho tiempo. Siempre ha tenido ese papel indiscutible de: está la música y luego el resto de las cosas. El tema es que nunca pensé en hacer de ella algo que fuera mío. Para mí, escuchar la música de otros me resultaba lo suficientemente gratificante. Si lo piensas, es un regalo ser el que escucha, es como sentarte en la mesa y que la comida esté hecha. Lo que pasa es que cuando algo te gusta tanto, al final quieres terminar haciéndolo tú también. A mí me gusta tanto, tanto comer que aprendí a cocinar, y lo mismo me pasó con la música.
Como curiosidad, ¿qué significado tiene este nombre?
El significado es justamente el que tiene, ‘fuera del valle’, y con ello quería expresar esa diferencia que existe entre la persona pública/personaje adquirido que tengo (y que todos tenemos), y lo que realmente soy.
Out of the Valley, en español ‘fuera del valle’, también puede tener que ver con estar fuera de lo mainstream. Dices que en tus proyectos “haces lo que quieres” y que para ti es muy importante tu independencia profesional. ¿Cómo se hace y consigue eso?
La única manera que yo conozco para conseguir eso es haciendo que la vía para monetizar tu vida no venga a través de tus proyectos personales. Por eso empecé a trabajar como modelo, porque sabía que no era mi fin, aunque no puedo estar más agradecida con todo lo que me ha enseñado esa profesión. Gracias a ello, y con mucho esfuerzo, he tenido la suerte de haber podido financiar en un 100% todos mis proyectos. Podría haberlo hecho más rápido o sin tocar mi dinero, buscándolo fuera, pero si no pagas, no mandas; y yo quiero mandar.
Actualmente hay muchos artistas que nos demuestran que hay vida fuera de la radiofórmula. ¿Crees que hay suficiente apoyo institucional y corporativo hacia artistas que se salen de lo comercial?
No, en absoluto. No lo hay, y si a eso le sumas que el modelo de negocio ha cambiado para todos… El streaming ha permitido la democratización de la música, del cine, de la literatura, etc., pero también ha reducido su valor al de gratuito. La gente ya no paga por escuchar, por ver o leer algo de los demás. Ya no se venden discos. Los conciertos parecen ser la principal opción para recaudar dinero, pero la gente espera ver a esos artistas en festivales donde por el mismo precio pueden ver a veinte más. Las cuentas no salen.
Los músicos ya no monetizan su producto sino su imagen –una imagen derivada de un estudio exhaustivo de marketing. Siempre ha estado presente el factor de vender una imagen como algo que represente algo mayor, que cree un sentimiento de pertenencia a una tribu, tendencia o ideología, pero no puede ser que eso sea, a día de hoy, la presión principal a la que se somete un músico. Una cosa está clara y es que el dinero no da la felicidad y la música ya no da dinero.
Los músicos ya no monetizan su producto sino su imagen –una imagen derivada de un estudio exhaustivo de marketing. Siempre ha estado presente el factor de vender una imagen como algo que represente algo mayor, que cree un sentimiento de pertenencia a una tribu, tendencia o ideología, pero no puede ser que eso sea, a día de hoy, la presión principal a la que se somete un músico. Una cosa está clara y es que el dinero no da la felicidad y la música ya no da dinero.
Después de Breath, tu primer single, has estrenado We Had Enough. Dices que surgió en un momento oscuro de tu vida, pues estabas pasando por una etapa de ansiedad. ¿En qué situaciones, momentos o cosas encuentras la inspiración?
Sí, fueron bastantes años en los que cada actividad ‘normal’ suponía un esfuerzo enorme. Años de no saber por qué no podía ser como los demás y disfrutar de las cosas, de no poder salir de la cama en días, de no encontrar ninguna respuesta a lo que me pasaba porque hay una falta enorme de atención médica e información. Por suerte, encontré algo que me hacía levantarme de la cama, encontré algo que me hacía tener un motivo. Pero han sido años y, aún así, me considero una afortunada.
La verdad es que, aunque en esos momentos me ayudaron mucho la música, la escritura o la interpretación, mi inspiración como tal siempre se ha basado en tres cosas: el humor, la belleza y la luz. Cuando me di cuenta de que sus opuestos complementarios eran justo las tres cosas por las que atravesaba –tristeza, fealdad y oscuridad–, mi inspiración fue darles la vuelta.
La verdad es que, aunque en esos momentos me ayudaron mucho la música, la escritura o la interpretación, mi inspiración como tal siempre se ha basado en tres cosas: el humor, la belleza y la luz. Cuando me di cuenta de que sus opuestos complementarios eran justo las tres cosas por las que atravesaba –tristeza, fealdad y oscuridad–, mi inspiración fue darles la vuelta.
Se estima que la depresión llega a afectar a más de dos millones de personas en España, sin embargo, las enfermedades mentales siguen teniendo muy poca visibilidad o aceptación social y carecen de una atención médica adecuada, pues en España solo hay diez psiquiatras por cada cien mil habitantes según un estudio de la UE de 2016. ¿Crees que se hable de esto en el espacio creativo puede ayudar a mejorar estas carencias?
A mí me ha costado mucho tomar la decisión de hacerlo. Por un lado, porque te expones, y por otro lado, porque no quería que mi discurso fuese una queja más en forma de relato ególatra. Quiero hablar de ello como una persona más que lo ha vivido. Mi historia no es más triste que la de nadie, pero creo que, por tener la fortuna de ser superviviente, tengo el deber de hablar de ello para dar visibilidad a los que no lo contaron e impedir que se siga extendiendo sin que se haga nada.Quiero aprovechar para dejar este link sobre una acción muy valiente que está llevando a cabo un amigo, Román, para que las cosas cambien.
La letra de We Had Enough la escribiste hace tres años, ¿puede la expresión creativa y artística ayudarnos a superar estos períodos más oscuros?
Sí. Aunque creo que es necesario ver siempre con perspectiva. A veces, hay artistas a los que les funciona crear desde estados que son eso, oscuros, y luego tienen miedo de que al salir de ahí no sepan hacerlo o no les funcione.
El videoclip de la canción también destaca mucho, sobre todo el plano secuencia de la silla. ¿Qué significado adquiere? ¿Qué querías transmitir con el videoclip y cómo lo relacionas con la canción?
Esto, en realidad, fue más una idea de Eneko, que es el que ha dirigido la pieza y el que ideó el videoclip. Tengo la grandísima suerte de que todos los miembros del equipo, tanto en el proceso musical (Clara Brea: producer, Ed is Dead Mastering), como en el audiovisual (Eneko Igunza, dirección; Marina Tizón, Dirección de Foto; Patricia Waltz, estilismo y arte; y Luis Valverde, Diseño gráfico), entendieron desde el primer momento lo que quería contar y, lo que me resulta más fascinante, entendieron el significado, el sentimiento y el peso que tenía cada palabra. Sabían hasta los colores que tenía cada cosa para mí.
La idea del plano secuencia es la de ser lo más fiel posible a lo que representa la ansiedad, esa idea de continuidad irremediable que atrapa. Además, queríamos ser fieles al 10% con la interpretación, de modo que grabamos las tomas de la silla sin cortar con una 16mm.
La idea del plano secuencia es la de ser lo más fiel posible a lo que representa la ansiedad, esa idea de continuidad irremediable que atrapa. Además, queríamos ser fieles al 10% con la interpretación, de modo que grabamos las tomas de la silla sin cortar con una 16mm.
En una entrevista anterior, dices que mientras este proyecto ha salido a la luz, hay muchos otros que se han quedado en un cajón. Reflexionando sobre esto, me he imaginado la cantidad de ideas que deben estar guardadas en cajones de todo el mundo. ¿Qué crees que hace falta para que un proyecto salga de su exilio o escondite?
Creo que se necesita un ejercicio de humildad brutal. En tanto más humilde eres, más consciente te haces de que solo eres uno más en el mundo. En tanto más humilde, menos pretencioso, más responsable y más honesto eres con lo que quieres transmitir. Creo que se llama madurez también (risas).
Tu proyecto tiene sonidos de electrónica de vanguardia, de trip hop o de ambient, entre otros. ¿Cuáles han sido los artistas que han marcado tu creación musical?
¡Muchos! Creo que la lista es interminable, pero para mencionar algunos: Portishead, Injury Reserve , Badbadnotgood, Charlotte Day Wilson, James Blake, Ed is Dead, Moses Sumney, Sevdaliza, Pink Floyd, Air, Frank ocean , Grizzly Bear, Nine Inch Nails, Thundercat, Radiohead/Thom Yorke…
Por último, y aprovechando que acabamos de empezar un nuevo año, ¿nos podrías decir algunos de los propósitos que pondrás en tu lista para el 2020?
Volver a ir al gimnasio la mitad de lo que iba antes. Vivir con menos. Aprender a hacer maletas. Sacarme el maldito carnet de conducir. No volver a perderme un festival en el que estén Slipknot y Tool. Mudarme de nuevo. ¡Bailar! Escribir más. Empezar cosas y terminarlas y no hablar de ellas hasta que no estén terminadas. Mirar menos el móvil. Decir más sí y menos no. Ser mejor persona.