El pasado martes asistimos a la inauguración de Una mirada a lo que vendrá, de Olafur Eliasson, en la Galería Elvira González de Madrid. Una exposición en la que el artista islandés-danés explora las vías de percepción del espectador con la luz y el movimiento, así como su interacción con el espacio.
La muestra incluye cuatro acuarelas a lápiz sobre papel, una estructura de vidrio coloreado con soporte de plata y una instalación, Echo Activity, que refleja la pasión del artista por la experimentación de la relatividad espacial y temporal a través de sombras, luces, efectos ópticos y simulación de distintas perspectivas: estructuras dispuestas a modo de túnel comunicante formado por cuatro espejos y cuatro aros de aluminio rojo, azul, amarillo y verde que consiguen crear un poliédrico juego de luz y color donde nada es lo que parece.
Es una sensación extraña verse a uno mismo desde fuera pero a su vez forma parte de algo. Al atravesar las distintas salas observamos lo que ocurre en las contiguas como si nuestra mente se alejara de nuestro cuerpo, participando con cierta distancia, como si estuviéramos en otra dimensión abriéndonos a una nueva forma de estar presentes en la realidad. Según Eliasson, esta laguna que experimentamos es el espacio en blanco que tenemos antes de que nazca cualquier idea. Un lugar intacto donde se produce el encuentro entre lo que conocemos y lo que desconocemos.
Es una sensación extraña verse a uno mismo desde fuera pero a su vez forma parte de algo. Al atravesar las distintas salas observamos lo que ocurre en las contiguas como si nuestra mente se alejara de nuestro cuerpo, participando con cierta distancia, como si estuviéramos en otra dimensión abriéndonos a una nueva forma de estar presentes en la realidad. Según Eliasson, esta laguna que experimentamos es el espacio en blanco que tenemos antes de que nazca cualquier idea. Un lugar intacto donde se produce el encuentro entre lo que conocemos y lo que desconocemos.
Olafur Eliasson (Copenhague, 1967) es conocido por sus trabajos de fotografía, escultura, dibujo y vídeo, así como importantes proyectos para espacios públicos y edificios. Estudió en la Real Academia de las Artes de Copenhague. Actualmente vive y trabaja entre su ciudad natal y Berlín, donde ha fundado el Studio Olafur Eliasson –centro creativo que alberga un equipo de más de cien técnicos y artesanos, así como arquitectos, historiadores de arte, diseñadores gráficos, cineastas, cocineros y administrativos. Entre otros proyectos, ha puesto en marcha el Institut für Raumexperimente (Instituto de Experimentación Espacial). Su obra forma parte de colecciones públicas y privadas como la del museo Solomon R. Guggenheim de Nueva York, The Museum of Contemporary Art (MOCA) de Los Ángeles, Tate Modern en Londres, Museo Reina Sofía de Madrid y el Centro Pompidou de París.
Eliasson comparte también algunas de sus principales referencias que encontramos en un rincón de la galería: Prismatic Ecology, A Lover´s Discourse, The Affect Theory Redaer, o Hope in the Dark son algunos de los títulos que han influido en el artista a la hora de realizar este proyecto experimental, aunque también vemos algún guiño a la representación de lo esencial en el arte de Kandisky, la filosofía alemana –muy presente a lo largo de su carrera– y su pasión por la recreación de fenómenos y procesos de la naturaleza.
Tal y como nos explica el artista, “el hecho de tomar conciencia de que estamos en el espacio marca la diferencia, nos hace conscientes de que tenemos una responsabilidad. En ese espacio incierto, desestructurado y abierto, es donde nos damos cuenta de que la realidad es relativa, de que podemos cambiar lo que es real, y entonces podemos lanzar una mirada a lo que vendrá”.
Eliasson comparte también algunas de sus principales referencias que encontramos en un rincón de la galería: Prismatic Ecology, A Lover´s Discourse, The Affect Theory Redaer, o Hope in the Dark son algunos de los títulos que han influido en el artista a la hora de realizar este proyecto experimental, aunque también vemos algún guiño a la representación de lo esencial en el arte de Kandisky, la filosofía alemana –muy presente a lo largo de su carrera– y su pasión por la recreación de fenómenos y procesos de la naturaleza.
Tal y como nos explica el artista, “el hecho de tomar conciencia de que estamos en el espacio marca la diferencia, nos hace conscientes de que tenemos una responsabilidad. En ese espacio incierto, desestructurado y abierto, es donde nos damos cuenta de que la realidad es relativa, de que podemos cambiar lo que es real, y entonces podemos lanzar una mirada a lo que vendrá”.
La exposición Una mirada a lo que vendrá, de Olafur Eliasson, permanecerá abierta al público hasta el 14 de abril en la Galería Elvira González, Calle Hermanos Álvarez Quintero 1, Madrid.