“Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”. El artista Nicasio Torres cita al psicoanalista Carl Jung para explicarnos qué tenía en mente mientras trabajaba en Retorno, su nueva exposición individual, y, por tanto, cómo ha cambiado su obra y enfoque artístico en estos últimos años. Su nueva colección centrada en el retrato, un medio al que Nicasio recurre mucho por ser “ese lugar en el que confluyen interior y exterior”, llega con aires de cambio y se instala en la Test Gallery de Barcelona hasta el 3 de mayo.
En la cita que recupera Nicasio, Jung habla de cómo es necesaria la autoobservación para reconocer y abrazar nuestra “sombra”, es decir, las partes de nosotros que escondemos en nuestro subconsciente, que muchas veces surgen de emociones o experiencias que no hemos sido capaces de canalizar y que nos condicionarán y limitarán hasta que consigamos identificarlas e integrarlas en nuestro día a día. A través de la pintura, Nicasio busca pelar estas capas de consciencia hasta llegar a la identidad propia, a la calma que existe debajo, esa esencia vital que representa como algo fluido y ligero en sus retratos despojados de máscara.
Hablando con él, nos explica que el proyecto parte de su voluntad personal de “reconciliarse con la inocencia” y dejar que todas las imposiciones y distracciones construidas sobre ella se escurran, igual que la pintura iridiscente que emplea. También nos ofrece una mirada dentro de su proceso creativo, su estado actual en su camino hacia la sanación, su nueva forma de entender su profesión como artista y el valor de compartir su trabajo. Nos avanza, además, que próximamente y con motivo de la clausura de Retorno se iniciará en el mundo de la performance con una obra centrada en confrontar y romper traumas generacionales.
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¡Hola, Nicasio! Por fin volvemos a disfrutar de una exposición tuya en solitario, diez años después de tu anterior exposición individual, que fue la primera que hiciste. ¿Qué dirías que ha cambiado o evolucionado en este impasse?
Muchas cosas, pero sobre todo su propósito y sentido. Siento que en esta exposición hay un mayor entendimiento de mi trabajo, qué significa, por qué lo hago y el valor que tiene compartirlo. Mi primera exposición individual en 2014, This Charming Man, estaba formada por aguadas que evocaban sombras de chicos andróginos que se desnudaban, algo seductores y con referencias a la moda. Lo recuerdo como un trabajo intuitivo y muy visual pero no tan reflexivo.
En Retorno recupero la idea de la sombra, pero ahora como concepto, en un sentido más junguiano, como esa parte de la psique que no reconocemos pero que está en nuestro inconsciente y que de alguna forma necesita ser mirada y entendida, y que tiene que ver mucho con la gestión de las emociones y sentimientos. Hay una frase de Jung que me gusta mucho y que resume bien esta idea: “Uno no alcanza la iluminación fantaseando sobre la luz, sino haciendo consciente la oscuridad… Lo que no se hace consciente se manifiesta en nuestras vidas como destino”.
¿Cómo vives realizar una exposición individual? Debe ser un reto pero también algo muy gratificante.
Lo vivo como una oportunidad para concretar y profundizar en mi trabajo. Eso conlleva un reto porque hace que te centres en una idea principal que articule la propuesta a la vez que tienes que dar espacio a otras ideas subyacentes que van apareciendo en el proceso. Para Retorno partí con una sensación-idea inicial, la de reconciliarse con la inocencia, en el sentido de esas memorias emocionales de la infancia que causaron miedo, vergüenza y culpa y que no se canalizaron, en las que no hubo un entendimiento y por tanto quedaron guardadas en el inconsciente.
A partir de aquí comienzo a experimentar hasta que encuentro una pieza que me marca una dirección, que luego se desarrolla y se despliega en múltiples obras. Así hasta que llega el momento del montaje, que es cuando cobra sentido la propuesta y te cierra todo. Y eso es muy gratificante y es cuando siento que ya he hecho mi trabajo.
Para ti la creación es un lugar de juego y experimentación ¿Con qué has jugado estos últimos meses preparando los trabajos para la exposición? ¿Te has divertido?
He jugado mucho con las texturas, experimentando con nuevos materiales como la pintura iridiscente, que es una de las particularidades de Retorno y que hace que la obra se vea diferente según la luz y el lugar donde la mires. Para mí este brillo es simbólico, pues la autoobservación a veces conlleva dolor, pero con un propósito sanador y de transformación conlleva un renacer, y esa veladura de brillo dota a la obra de una capa más de significado, uno de paz.
Te entrevistamos en 2016 y nos hablaste de tu predilección por la tinta china y la magia de no controlar totalmente el trazo sobre el papel. En esta exposición llevas la técnica a otro nivel, y las manchas crean texturas que nos recuerdan al manto terrestre. ¿Cómo fue el proceso que te llevó a este resultado? ¿Fue la naturaleza una de tus inspiraciones?
Cuando Ekaterina, la directora de Test Gallery, me propone hacer esta exposición me pareció simbólico que hubieran pasado diez años de la primera, pues siento que estoy cerrando un ciclo y comenzando otro, tanto a nivel personal como artístico. Sentí que tenía que volver a trabajar con las aguadas, recuperar ese lenguaje pero desde el momento actual.
Para Retorno, además de dejar que la naturaleza de las aguadas haga su trabajo, también las he dejado descansar, las he combinado con otros materiales y las he trabajado por capas, de manera que se fusionaba forma y textura y me di cuenta que recordaba a la erosión del manto terrestre, también a ciertas piedras, minerales y cortes geológicos. Y me gustó mucho la analogía con lo que yo quería comunicar, una especie de parábola que sirve para visualizar esa idea de las memorias del inconsciente. Pero fue algo que surgió en el proceso y no una inspiración a priori.
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También nos contaste que, a la hora de crear, el lado que controlas es la construcción de la imagen, pero la tinta aguada te conecta con aspectos intuitivos y emocionales. ¿Te definirías como una persona más de pensar o de sentir?
Totalmente más de sentir, pero ahora con un mayor entendimiento de lo que hago, por qué y para qué. Y no me refiero a un pensar puramente racional, sino más bien a un equilibrio con lo intuitivo.
La pieza que encabeza la exposición, Retorno 04, es un ejemplo perfecto de esta precisión en el contorno de la figura y relajación en el contenido. Crea una sensación mágica, de tranquilidad total. ¿Crees que es esta la fórmula de la belleza?
Creo que la belleza puede aparecer de muchas formas y me gusta pensar que en mi obra a veces ocurre. Cuando la gente habla de mi trabajo, algunas hablan de una belleza inquietante, otras enigmática y otras que es una belleza que les conecta con algo que está más allá de las apariencias, así que no solo depende de la obra sino de la mirada de quien la contempla. Creo que la belleza es algo que tiene que ver con sentir y conectar, algo que va más allá del intelecto.
Los retratos de rostros humanos son una constante en tu trabajo, y también son el tema central en esta exposición. ¿Qué hay en ellos que te permite expresarte?
Me fascinan los rostros, cada uno diferente, en el que se reflejan un montón de emociones. A través de ellos puedo retratar ideas y sentimientos. Lo siento como ese lugar en el que confluyen interior y exterior, como una especie de membrana o máscara que toma muchas formas, un medio de juego y expresión.
¿Alguna vez te has autorretratado?
De tanto en tanto me hago un autorretrato desde la memoria. Al hacerlo pienso qué forma principal y atributos caracterizan mi imagen, algo más rectangular y geométrico, el bigote, etc. y me gusta cómo la pintura te devuelve o te ofrece otra información que la conceptualización mental de la imagen. Creo que una más subjetiva y compleja, más enigmática.
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Eres un conocido amante de la fotografía de retrato y de moda ¿Qué aspecto te atrae más de estas disciplinas, como artista o como persona? ¿Algunos nombres favoritos?
La fotografía de retrato es de mis favoritas y de manera evidente está reflejada en mi trabajo. Supongo que como también trabajo en el ámbito de la ilustración de moda estoy muy familiarizado con ese lenguaje, facciones, gestos, etc., así que es algo que ya está en mí.
Mis referentes van cambiando. Últimamente me gusta mucho el trabajo de Ryan McGinley por su frescura, la magia de lo cotidiano, el dinamismo y la libertad que transmiten lxs retratadxs. Además admiro que haya tal cohesión en toda su obra y a la vez tanta diversidad de registros, y cómo cada una de sus series cuenta algo nuevo. También tengo la suerte de ser amigo de Raúl Hidalgo, cuyo trabajo me fascina y me conmueve. Su obra me traslada a un estado de paz a la vez que misterio con el que cada vez conecto más.
Retorno trata sobre sanar el pasado y encontrar la paz en el presente, y nos invita a sentir la fluidez de los cambios y dejar ir todo aquello que ya no nos sirve, igual que los regueros de tinta que corren por el papel. Este estado de presencia, aunque esencial, es de las cosas más difíciles de alcanzar en la vida. ¿En qué parte te encuentras tú de ese proceso?
Me encuentro en un momento de cambio, de replantearme que todo lo que pensaba del mundo y de mí mismo hasta hace poco ya no me sirve. Siento que desde la adolescencia llevaba un dolor y un vacío que intentaba evadir con el ocio, la fiesta, el trabajo, la pareja, etc. como si fuera el mundo externo el que pudiese resolver ese dolor.
Desde hace un tiempo voy a terapia y me he interesado por temas de sanación espiritual que me están dando una nueva forma de pensarme y sentirme. He empezado a entender el peso que tiene nuestro lado inconsciente y cómo según las creencias que albergas en tu interior dan forma a tu percepción del mundo y a tu realidad. Así que estoy en ese momento de identificar esas creencias, de no juzgarlas y de liberarme de aquellas que son causa de mantener ese vacío y ese dolor y que te mantienen apegados a sucesos del pasado que ya no existen pero necesitas sanar. Estoy contento de como comienzo a sentirme ahora.
¿Sigues encontrando en el dibujo un refugio, igual que cuando empezaste?
Ahora, además de un refugio, lo veo sobre todo como un canal o medio de comunicación. Además, ahora también lo veo como una profesión. Así que ya no es solo para mí, ahora lo siento como algo que me trasciende como artista. La intención ha cambiado.
Por último, Nicasio, ¿qué podemos esperar de tus próximos trabajos?
Me gustaría explorar la idea de la pintura como acto performático. Así que con motivo de la clausura de Retorno haré mi primera performance. Se trata de un ritual en el que dibujaré a algunos de mis ancestros como una forma de honrar sus memorias. Un acto simbólico con el que quiero dar valor a la importancia de sanar creencias y programas heredados del clan familiar y que se hace necesario desprenderse de ellas para vivir más libres en el presente.
Lo veo como un gesto de gratitud a la vez que un diálogo con el inconsciente, más allá del juicio y la razón, una reconciliación con uno mismo. Un acto de amor, ya que al liberar los programas también liberamos al ancestro y todo el clan. En palabras de Alejandro Jodorowsky, “Cada ancestro de tu árbol es un don que hay dentro de ti para ser usado a tu favor y al de toda la humanidad”.
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