Lo que hace Mirena Ossorno es como un buen cóctel: sus dibujos quieren hablarnos de su mundo interior, su estilo alude a los años en que sus padres fueron jóvenes, su obra está llena de guiños a la cultura japonesa, y todo ello es visto a través de una mirada actualizada y mediterránea. Acaba de publicar su primera novela gráfica, Sensación de Vivir, en la que narra las aventuras y desventuras urbanas de tres chicas de su edad. Cine, música, diseño, interiorismo, ilustración… Su inspiración bebe de muchas fuentes y, de una forma u otra, todas ellas aparecen en su trabajo.
Háblanos de tus orígenes. ¿Cómo fue tu primer contacto con las artes gráficas? ¿Sabías desde un principio que querías dedicarte a ello, o lo has ido viendo con el tiempo?
Aunque de cani varié mucho lo de las profesiones (actriz, veterinaria, decoradora, abogada), en el fondo siempre quise dedicarme a algo artístico o creativo, pero me costó reconocerlo. En mi colegio no estaba bien visto por algunos profesores estudiar carreras como Bellas Artes, aunque en mi casa siempre he contado con el apoyo de mis padres.
Ilustración, pintura, estampado, diseño, cómic, fanzines auto-editados… Haces muchas cosas y es complicado ponerte una sola etiqueta. ¿Cómo te definirías? ¿Haces lo que te apetece o tu creatividad se manifiesta de todas estas formas?
Intento hacer lo que me apetece, sí, no veo otra manera mejor de vivir la vida. Suelo decir que soy artista gráfica, ya que creo que lo enlaza todo. Me gustan varias cosas y todas quedan conectadas en mí. Esto creo que donde mejor se ve reflejado es en el cómic. Al final, es como exteriorizar tu mundo interior.
Sueles trabajar por cuenta propia y, si no, colaboras con gente que te deja hacer lo que quieras sin ponerte demasiados límites. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas (si es que hay alguna)?
La única desventaja que se me ocurre es que la gente que suele contar conmigo para sus proyectos no acostumbra a disponer de mucho presupuesto, pero si me interesa y me dan libertad, lo hago sin problemas. Una de mis mayores aficiones es la música, por lo que colaborar con este mundo me gusta mucho. No llevo bien lo de que haya un director/a de arte diciéndome qué está bien y qué está mal. Me gusta hacer mi movida, y si a alguien le interesa, aplicarla a su proyecto. Igualmente, aunque no me gusten las normas, siempre trabajo desde la coherencia, no pongo cualquier cosa random.
En cuanto a tu colaboración con el fanzine feminista Bulbasur, ¿cuál es/ha sido tu rol hasta ahora? ¿Cómo se tira adelante un proyecto como este y, lo más importante, cómo se consigue que tenga repercusión? ¿Algo que hayas aprendido?
Actualmente estoy fuera del proyecto. Yo fui una de las fundadoras, junto a Blanca (Miró) y Andrea (Alvarado), y hasta el número cinco me he encargado de invitar a artistas, diseñar, hacer la mitad de las portadas, entrevistas, eventos... He estado involucrada en prácticamente todo, pero especialmente en el diseño e imagen de la publicación. Aunque la verdadera jefa es Andrea, ya que es quien tiene la última palabra. Lo de la repercusión... pues confiando en el proyecto y dándole visibilidad. Que sea auto-edición no significa que valga menos, esto es algo que en la escena DIY deberíamos grabarnos a fuego. Aprender he aprendido mucho, cuando te encargas de prácticamente todas las fases de un proyecto te curtes que no veas.
Hablemos un poco de tu novela gráfica, Sensación de vivir, publicada muy recientemente por Fulgencio Pimentel. Podría considerarse un retrato de la juventud de hoy. ¿Cuál ha sido la motivación al hacer este trabajo? ¿Pretendías introducir un discurso generacional?
Para nada, aunque sí que quería hablar de juventud, ya que es por lo que estoy pasando, pero sin generalizar. Es mi visión y percepción del mundo, en concreto de mi entorno más cercano, aunque esté pulido y ficcionado todo.
¿Qué crees que tiene de especial nuestra generación?
Yo, durante mucho tiempo, he sido de las peques de mi banda y ahora soy de las mayores. Es difícil hablar de una generación concreta, en el sentido de nacidos en tal o cual año, aunque sí que compartimos ciertas cosas. Por ejemplo, la manera de drogarse es muy diferente a la manera en la que se drogaban mis padres. Ahora es destroyer porque sí, ponerse hasta el culo de todo sin más, de un modo más autodestructivo, en mi opinión. También internet, obviamente, cambia desde las relaciones entre personas hasta el lenguaje. Y creo que estamos más mimados y que somos mucho más inmaduros y dependientes que la generación de mis padres. Pero de bueno diré que estoy viendo muchos nacidos en los '90 que tienen menos complejos creativa e intelectualmente, y que están haciendo cosas realmente frescas.
Lo que llama mucho la atención de tu libro, además del elemento gráfico, es la naturalidad que desprenden los diálogos. Sin embargo, a veces da la sensación de estar leyendo mensajes de texto más que lenguaje propiamente oral. ¿A qué crees que se debe?
Aproveché que el cómic es un medio escrito para hacer un guiño a eso. Me gusta jugar con las palabras, especialmente con el lenguaje vulgar, de diario, que es el que más me gusta por su frescura. También me gusta cuando algo propio de un medio invade otro, en ese cruce suele ocurrir lo más interesante, tanto a nivel visual, como escrito, como de guión...
En tus trabajos consigues diluir la frontera entre dos elementos que normalmente encontramos por separado: el humor, que remite a lo cotidiano, y la moda o sentido estético, que suele verse como algo lejano o frívolo. Es curioso, porque el resultado tiene una doble lectura: una frivolización de la vida cotidiana, por un lado, y un acercamiento cálido y familiar a lo estético, por otro. ¿Esto es algo pensado o más bien espontáneo, propio de tu forma de ver la realidad?
Bueno, a mí me cuesta no hacer bromas o utilizar el humor, y eso no veo por qué tiene que estar reñido con mis gustos estéticos. En España lo típico de humor suele ser como muy de hombre hetero, como normcore, por decirlo de algún modo. Con miedo al refinamiento de cualquier tipo. No sé, zapatos Geox y pantalones Coronel Tapioca, es que no sé explicarlo mejor. En el andén de la parada de FGC de Provenza hay ahora anunciadas una serie de actuaciones de humoristas que define totalmente lo que quiero decir. Creo que en el diseño o en lo estético también hay mucho humor, sin llegar necesariamente al rollo Zoolander. El trabajo de mi amigo Eme Rock podría ser un buen ejemplo de ello.
Tus referentes en ilustración son bastante eclécticos: desde lo japonés hasta ese estilo tan propio del diseño de los '70 y '80. Sin embargo, hay una cohesión estética que podemos ver en todo lo que creas. ¿Qué crees que te influencia más a la hora de ponerte a trabajar? ¿Cómo definirías tu estilo?
Creo que todo eso me ha alimentado, junto con referencias de otro tipo, y el resultado soy yo y lo que hago. Lo del estilo sale solo en mi opinión. Cuanto menos lo busques mejor. No me gustan las formulas repetitivas y obvias. Prefiero tener espacio siempre para experimentar y probar cosas nuevas. A la hora de ponerme a trabajar suele empezar todo con un mood, un estado de ánimo inspirado por el proyecto en sí, y ya de ahí sale el resto. Por eso escribo a partir de un título, ya que ese título lo engloba todo, y luego simplemente desarrollo esa idea.
De tu expresión visual podemos intuir que la atmósfera de un lugar tiene una gran importancia para ti. ¿Qué tiene Barcelona?
Barcelona no tiene la luz de la Costa Blanca –que es de donde yo vengo– pero sí la rumba. Me encanta su cultura, especialmente la de los márgenes. Lo bueno de Cataluña es que se cuida y se quiere. Lo que pasa es que ese "amor" por lo suyo a veces se transforma en separatismo, y ahí ya todo se va a la mierda.
Por último, ¿puedes contarnos qué proyectos tienes entre manos ahora mismo?
Estoy empezando ya un segundo cómic, y estoy viendo a ver si monto una marca para llevar mis estampados a varios soportes, especialmente el textil. También me gustaría colaborar más con el mundo del cine, los carteles que veo por ahí son mazo random, aunque supongo que son así porque están demasiado rayaos por llenar las salas.