Cuando pensamos que ya está todo inventado, aparecen nuevos diseñadores, como es el caso de Miguel Alex, que realiza una colección con apliques de madera de gran belleza, piezas en las que incorpora la piedra, o una serie de vestidos donde utiliza sutilmente el plexiglás, y demuestra que es posible innovar en moda y crear prendas muy especiales en las que los detalles ocupan un lugar importante. Nacido en Córdoba, iba para médico pero terminó formándose en una de las mejores escuelas de diseño de moda, el Instituto Marangoni de Milán. Ha conseguido destacar gracias a su inquietud por experimentar no solo con materiales complejos, sino también por su pasión por jugar con los patrones, consiguiendo darles la vuelta y convirtiendo ambas facetas en su sello personal.
¿Qué crees que te ha aportado el haber estudiado en el Instituto Marangoni?
Vivir esa experiencia en primera persona te cambia la mentalidad totalmente. Mis profesores le habían dado clase a gente de la talla de Moschino. Por la calle te cruzabas con Tom Ford o por las mañanas, dirección a clase, el señor Armani y yo coincidíamos en el camino. Eso allí es el día a día (risas). Me alegré de no haberme quedado en Madrid, porque veo que todo va un paso por detrás, en lugar de querer crear algo nuevo se intenta ser lo que otros ya son. Es como lo que ocurre con MBFWM, tratar de competir con la semana de la moda de Londres no creo que sea la mejor opción. Lo que hay que hacer es diferenciarse y presentarse al mercado de una forma más inteligente, no pretender ser algo que no eres, y si queremos abarcar un contexto internacional tenemos que hacer algo nuevo y huir de los estereotipos.
Después de haber vivido en capitales de la moda como Milán y Londres, ¿cómo llevas volver a vivir en tu Córdoba natal?
Estoy bastante recluido. Todo el sótano de la casa de mis padres lo tengo para trabajar. En moda cuando vives en una ciudad grande sales a la calle y todo es un estímulo, sin embrago, aquí en Cordoba la gente no conoce ni entiende la moda. Yo tengo mis bases, pero la moda es una constante evolución y muchas veces necesito hablar con gente que pueda comprenderme. Intento moverme de vez en cuando e ir a Madrid, Milán o Londres, salir y ver es muy importante.
¿Cómo ves la moda en España?
Creo que se ha descuidado mucho el “made in Spain”. En los años 80 y 90 éramos un referente de calidad y de savoire faire, pero ahora la realidad es que el “made in Spain” se asocia con Inditex. Por otro lado, hacer un desfile supone una gran inversión y en mi caso, un pabellón tan grande como es Ifema no cubre mis necesidades, porque por ejemplo, mis prendas tienen muchos detalles y a mí me gusta poder explicarlas. Creo que Madrid debería servir también para los pequeños diseñadores, para hacer presentaciones invitando a la prensa nacional e internacional y conseguir que se interesen por nosotros ofreciendo algo nuevo.
Antes de crear tu propia marca estuviste trabajando en Loewe y en Emilio de la Morena. ¿Crees que tu experiencia con otros diseñadores ha sido importante en tu lanzamiento en solitario? ¿Cómo piensas que te ha ayudado?
Sí, me ha ayudado mucho. Stuart en Loewe me hizo ver una marca de moda desde otra perspectiva. Él me hizo reflexionar. Me enseñó a afrontar una marca no solo desde el lado creativo, sino también desde el lado económico. Me enseñó a ser paciente, a escuchar, a saber cómo funciona realmente una empresa de moda. Con Emilio de la Morena me di cuenta que con dos o tres costureras y un pequeño equipo se pueden hacer cosas muy bonitas, es quizá más alternativo, pero me hizo ver que era algo alcanzable y me impulsó a probar suerte y lanzarme con mi marca.
¿Qué supuso poder presentar tu colección de otoño invierno 2013 en uno de los centros neurálgicos de la moda, la Fashion Week de Milán?
Fue ahí cuando me di cuenta de que si te propones algo y das el máximo luego te llega la recompensa. Acababa de presentar mi primera colección en Estambul y estaba viviendo en Londres. Recuerdo que tenía solo un par de horas para comprar todos los tejidos para la colección de Milán. Aún así, en media hora conseguí tener todas las telas, y fue en ese momento cuando me di cuenta que me había casado con mi marca. El día del desfile fue cuando fui consciente que estaba desfilando frente a la Camera Nazionale della Moda, Trussardi, Ferragamo, Vogue Italia... Fue increíble. Antes de eso tuve que presentar mi proyecto en concurso para ver si lo aceptaban y cuando terminé mi exposición y me dijeron que estaba dentro, ¡fue una sensación increíble! Es un concurso que te da mucho, no solo te ofrece visibilidad, además amplias tu círculo pues tienes los contactos de la Camera della Moda, cubre todos los gastos, te llevan por las fábricas para que consigas lo que necesitas, te enseñan, etc. A mí me ha servido muchísimo.
En tus diseños introduces materiales novedosos, como madera, piedra o fibra óptica. ¿Por qué decides arriesgar con este tipo de incorporaciones y qué valor crees que le añaden a tus diseños?
Me quedé con la frase de una de mis profesoras del primer año: “Si queréis hacer algo nuevo en diseño estáis perdidos, siempre estará ya hecho de antemano o habrá algo que se parezca. Si queréis innovar tenéis que centraros en los nuevos tejidos”. La investigación textil es complicada porque cuando algo es novedoso la gente no se atreve y, además, las primeras versiones tienen muchísimas trabas: la madera es compleja porque se astilla, la piedra tiene puntos que no puedes trabajar que son estratos... Lo importante es creer en el material y crear algo que sea bonito y que se pueda aplicar desde el punto de vista comercial. Tienes que darle muchas vueltas y jugar con los patrones para que cuadre, pero me gusta porque te abre mucho la mente, y luego cuando tienes que traducirlo a prendas más comerciales te ayuda a verlas desde otro punto de vista.
¿Dónde buscaste la inspiración para tu colección de Primavera/Verano 2015 y cómo ha sido el proceso creativo?
Con esta colección he querido romper un poco con mis miedos. Siempre he sido precavido, no tanto a la hora de usar materiales, pero sí en presentar mi verdadero yo. El punto de partida en esta colección fue la niebla, era lo único que veía al momento de comenzarla. Niebla con toques metálicos. Además, descubrí algunos artistas que me emocionaron muchísimo. Había mucho de lo que yo quería expresar en algunas de sus obras. Estoy bastante satisfecho con el resultado de la colección, aunque una vez terminada y presentada me di cuenta que ahora habría hecho diferente algunas prendas.
¿Tienes pensado lanzar colección masculina?
Sí, últimamente estoy dándole vueltas a la manera de introducirla y presentarla. Me gusta ver las colecciones como un trabajo en el que pones mucho de ti pero sin hacer diferencias. Para mí lo importante es crear la prenda de la forma que mejor se vea y sienta, sin pensar si es masculina o femenina, pero sin llevarlo al terreno unisex, que me parece un poco anticuado.
¿Qué planes tienes para Miguel Alex a corto y largo plazo?
Los tres puntos básicos en los que me quiero centrar ahora son: conseguir una imagen de marca más fuerte, empezar a tener un poco más de voz y ser más internacional.