Influenciado por la naturaleza y con un fuerte vínculo emocional con las culturas suburbanas de Barcelona, su ciudad natal, Marcos Navarro desarrolla su carrera profesional en ámbitos tan diversos como la moda, la pintura o el arte callejero. Su nuevo proyecto Binomio, que será expuesto próximamente en la galería de arte la Miscelánea, es una muestra más de su interés por el origen frente a las concepciones preestablecidas.
Hola Marcos. Después de que tu exposición Binomio se haya expuesto en Irún, ahora le tocará el turno a Barcelona de la mano de Miscelánea. Cuéntanos, ¿cómo está yendo el proyecto?
En Irún hice una pequeña residencia para acercar el arte a los jóvenes de la ciudad y que pudieran ver cómo es el proceso de trabajo. El proyecto concluyó con la exposición y un mural de gran formato, allí, en Irún. Después de eso, he continuado trabajando en el proyecto Binomio y he estado produciendo bastante, ¡así que casi toda la obra en Miscelánea será nueva!
Te autodefines como un ilustrador trabajando y viviendo entre Barcelona y el País Vasco. ¿Cuál es tu historia entre estas dos ciudades y qué diferencias artísticas y de oportunidades crees que existen entre ambas?
Nací en Barcelona en los 90, por aquel entonces la ciudad pasaba por un buen momento ya que era un hervidero de subculturas. En el ambiente se respiraba graffiti y skate, así que pasé mis años de juventud pintando murales todas las semanas. Ahora estoy instalado en Donostia, una ciudad rodeada de naturaleza salvaje, que me influencia de otra manera completamente distinta. Pongo atención en el mar, en los bosques y en los montes. Todos ellos me transmiten una mirada más pura.
No hay ámbito o soporte que se te resista como ilustrador: moda, pintura, arte callejero… ¿Hay alguno que te represente más como artista o con el que trabajes con más comodidad?
Para mí es natural expresarme a través de distintos medios, ya sea digital, pictórico o a través de la moda. He hecho estampados durante nueve años, he trabajado como ilustrador, pero nunca he abandonado mi lado callejero. A decir verdad, cuando pinto un mural noto una sensación de libertad que no me da ningún otro medio.
Tus trabajos respiran un cierto retorno a las realidades más salvajes y primitivas del ser humano y de su vida en sociedad. ¿Qué es lo que quieres transmitir con ellos?
Vivimos condicionados por los estigmas sociales, muchas veces actuamos según lo estipulado. Incluso nuestro gusto sexual varia según la época, la moda o la cultura en la que vivimos. Por otro lado, estamos sacrificando el curso natural de nuestro entorno para satisfacer nuestra comodidad, o bien se extinguen especies por culpa de la avaricia. Intento dar una mirada retrospectiva de cómo influímos en la naturaleza, o como nos influye.
Demuestran un enfoque muy singular y crítico de la realidad. ¿Siempre te ha inspirado o has tratado este tema?
Creo que siempre he tenido ese extra de imaginación o locura mental que me lleva a interpretar lo que veo y pienso de forma distinta. Es algo que tenemos todos de pequeños y que poco a poco vamos perdiendo al fidelizarnos con lo social y culturalmente estandarizado. Por otro lado, desarrollando el proyecto Binomio, he ido incorporando un ambiente más crítico y analítico, así el concepto ha cobrado un sentido y dirección.
En la mayoría de tus trabajos, como en Persecution o Pacífico, la naturaleza y la vegetación ocupan un papel primordial. ¿Estás interesado en la botánica? ¿Qué tienen las plantas que te atraen tanto?
En un comienzo, simplemente tenía curiosidad por dibujar tipos de hojas, plantas o elementos botánicos. Ahora busco un significado para cada trabajo, antes de empezar me informo e investigo sobre tipos de plantas. Por este motivo estoy incluyendo algas en mis últimas obras ya que fueron uno de los primeros organismos vivos.
Usas un lenguaje pop, urbano, que puede parecer naif pero la vez desprende cierta crudeza. ¿Cuáles son tus referentes visuales dentro y fuera del mundo de la ilustración?
¡Muchos! Por decir algunos clásicos: los recortes de Matisse, la visión de Bosch o el color de Gauguin. En moda me interesan los comienzos de Balenciaga y la estampación de Marni o Stella McCartney.
La ilustración es la perfecta fusión entre el arte y lo cotidiano, un campo que permite la colaboración con otras disciplinas y, como hemos visto, plasmar tus obras tanto en prendas de ropa como en tablas de surf. ¿Lo consideras una vía para que tus trabajos lleguen a un público más amplio?
No lo hago con interés de llegar a más público, sino porque me gusta trabajar en moda y ver mis ilustraciones sobre tejido. Por otro lado, me encanta el surf y su conexión con la naturaleza, es una filosofía que comparto. Además, creo que no hay que poner fronteras a la creación. Siempre he pensado que la colaboración es la mejor vía para alcanzar nuevos retos.
Para acabar, ¿cuáles son tus proyectos para el futuro?
Tengo ganas de pintar más murales y de sacar colecciones cápsula con mis estampados. Estoy organizando un viaje a Australia, para exponer en Melbourne y pintar al otro lado del planeta.