Intimidad, nostalgia, conciencia y conexión. Estas serían las palabras para describir lo que presenciamos la semana pasada en la casa de Beth Galí y Oriol Bohigas, en uno de los conciertos de la gira Comfort: House Tour de Leon Guallart. Como su nombre indica, no es una gira convencional, ya que el artista estará presentando su último disco vinilo Comfort en espacios y casas excepcionales de Barcelona, y que arrancó ni nada más ni nada menos que en La Pedrera de Gaudí.
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Desde el primer momento que entramos en esa majestuosa vivienda con vistas a la Plaça Reial supimos que lo que nos esperaba no sería un concierto convencional. Era un espacio cercano, ideal para lo que vendría a continuación. Guallart ofrece un espectáculo singular en el que se ve retratada esa multidisciplinariedad que le caracteriza. Supo desde el primer momento cómo vincularse con el público, creando un espacio de introspección e inmersión entre música, acting y visuales.
Esta experiencia es una apertura total a su alma. Te hace sumergirte en su voz, que danza entre las paredes de lo acústico y lo óptico. El artista tocaba el piano en medio de la oscuridad, con diferentes juegos de luces y con una voz que parecía invocar al público a participar en ese ritual. La sala se invadía de sonidos tribales y espirituales, creando un ambiente intimista y atmosférico. Cuidó mucho los detalles, y en cada canción creaba un universo sensorial único en relación con lo que quería transmitir. Unas velas eran partícipes de la obra como si fueran personajes, así como una radio antigua o sus propias respiraciones, que marcaban ciertas pausas entre canciones.
Jugaba con lo cálido y lo frío, entre la ternura y el sentimiento de soledad. A medida que avanzaba el tiempo todo era más caótico, las luces fallaban y todo iba in crescendo. Pero al final todo vuelve a la calma, como si de volver a casa se tratase. Acaba con una luz que va al ritmo de los latidos que se escuchan, con un público que se acercaba a darle consuelo.
Durante la presentación, Guallart también tocó el órgano eléctrico, creando un sonido incipiente que calaba hasta los huesos. Pero no solo eso, sino que también aparecieron personalidades como Ariadna Besalduch tocando el cello y Marta Duran en el saxo, que proporcionaron un plus a la experiencia. Queremos destacar su afán de conexión con el público, al que supo meterse en el bolsillo desde el primer minuto en que habló, dándonos una breve explicación de su álbum.
Comfort está compuesto de dieciséis piezas cantadas en inglés y sin cortes. Es un proyecto de lo más personal que pretende ser una escapatoria y a la vez una conexión emocional con el presente. Para nuestra sorpresa, solo lo podemos encontrar en formato vinilo, una manera romántica de tratar su proyecto. Aun así, en este se incluye una tarjeta para poderlo descargar en digital, así que tenemos Leon Guallart para rato.
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