Esta colección cápsula de cinco jarrones son el resultado del trabajo artístico y artesanal de Laura Aguilar, con su proyecto Lava Objects, y la artista Alicia Vogel. Cada pieza tiene un título cargado de simbolismo y experiencias conectadas a los tiempos de confinamiento vividos en los último meses: Brought Flowers, Birds, Je veux te voir, Morning Darling y Hey Mum.
Una colección colaborativa que nació de “esa necesidad de crear” en momentos de cambios de paradigmas globales y, por lo tanto, también personales e interpersonales. Cada jarrón se ha producido en edición limitada y tiene la característica especial de funcionar como florero al mismo tiempo que puede ser percibido como escultura. De esta manera, cada pieza nos recuerda la importancia y el valor que tienen nuestros espacios íntimos y sus componentes más triviales, recordándonos que “nuestro hogar es nuestro santuario”.
Es evidente la interacción y armonía entre vuestros estilos artísticos, ¿qué os llevó a colaborar en esta colección?¿Os conocíais previamente? Contadnos más sobre cómo se ha producido esta unión.
Laura: No nos conocíamos. Conocíamos nuestros trabajos porque ambas nos seguimos por Instagram, éramos muy fans una de la otra, hasta que un día Alícia comentó en una entrevista que una de sus marcas favoritas en Barcelona era Lava Objects. En ese momento le escribí para darle las gracias y luego no dejaba de pensar en lo bonito que podría ser hacer una pieza entre las dos, así que me atreví a hacerle una propuesta. Después de eso nos ‘conocimos’ por teléfono a través de una llamada de casi dos horas, ahí vimos que congeniábamos muy bien y que una colaboración entre ambas marcas podía funcionar.
Las piezas de la cápsula nacen de la constante interacción entre los objetos más triviales que poseemos en el hogar y cómo nuestras relaciones con ellos cambian, así como su valor. ¿Existe alguna historia que conecte las cinco esculturas? ¿Cómo impactó el confinamiento en el proceso creativo?
Alicia: Creo que, sin quererlo, hemos figurado las ‘etapas’ que hemos vivido durante el lockdown, o tal vez momentos representativos de esos meses, y es que, aunque nos posicionamos en un laissez faire sin timings, a la vez vivíamos con esa necesidad de crear. Cuando Laura me propuso hacer la colaboración, empecé a dibujar tirando de mi imaginario, pero pronto el foco fue tornando a los objetos que tenía alrededor y escribiendo también los pensamientos de esos días, como un decirlo en voz alta. Y en ese punto creamos una lista conjunta de los objetos con los que estábamos interactuando y estaban cambiando su valor, para representarlos en las piezas, así que, tal vez, si no hubiéramos vivido el confinamiento, esta colaboración no existiría.
Además, me llamaron la atención los nombres de cada jarrón, desde Hey Mum hasta Je veux te voir (‘te quiero ver’). ¿Qué inspiró los nombres o la temática de cada florero?
Ponerles un nombre ha sido el último paso, entendiendo que habíamos llegado al final del proceso y era el momento de darles una entidad final para poder nombrarlos e identificarlos. Algo parecido al estribillo de una canción, la síntesis de un todo, que pocas palabras te hacen recordar situaciones, personas y emociones.
Así que los nombres acaban siendo ejercicios de memoria, recordatorios, puntos de reencuentro con esos días que nos dedicábamos (de verdad) el tiempo, que los ritmos cambiaron, que de repente escuchábamos los pájaros cantar fuerte y cerca en medio de Barcelona, que llamamos a nuestras madres, que soñábamos raro y dormíamos peor, que echábamos y nos echábamos de menos, y que habitábamos en una soledad ermitaña que nos ha hecho (tal vez) conocernos, cuestionarnos, entendernos, aceptarnos y cuidarnos.
Así que los nombres acaban siendo ejercicios de memoria, recordatorios, puntos de reencuentro con esos días que nos dedicábamos (de verdad) el tiempo, que los ritmos cambiaron, que de repente escuchábamos los pájaros cantar fuerte y cerca en medio de Barcelona, que llamamos a nuestras madres, que soñábamos raro y dormíamos peor, que echábamos y nos echábamos de menos, y que habitábamos en una soledad ermitaña que nos ha hecho (tal vez) conocernos, cuestionarnos, entendernos, aceptarnos y cuidarnos.
Tengo entendido que Lava Objects usa el hormigón como materia prima para su producción. Lograr convertir un material industrial en un sofisticado producto para el hogar requiere talento, ¿ha habido algún tipo de dificultad para lograr este acabado? ¿Cómo se ha logrado la evidente complicidad artística entre cada jarrón y sus ilustraciones?
Laura: La dificultad no fue tanto en el acabado sino en lograr la producción desde casa en tiempos de pandemia. Las piezas fueron producidas en el período más estricto de confinamiento, así que el reto más grande fue lograr conseguir materiales para poder trabajar desde casa. Mi taller estaba en Montgat, así que no podía ir por materiales, y tuve que buscar tiendas de materiales de construcción que estuvieran vendiendo online en ese momento, que lo trajeran a casa, y que tuvieran stock en cantidades pequeñas…
No fue fácil. Además, producir desde un mini piso de 45 m2 sin balcón… era una locura, estaba lleno de materiales de construcción. Pero todas esas dificultades hicieron que la producción de cada pieza fuera aún más especial.
Elegir las ilustraciones que irían en cada jarrón fue sencillo, pues cada una estaba cargada de simbolismos, para ambas, con respecto a lo que estábamos viviendo en esos momentos un tanto exasperantes. Todo lo coordinábamos por mail o teléfono.
No fue fácil. Además, producir desde un mini piso de 45 m2 sin balcón… era una locura, estaba lleno de materiales de construcción. Pero todas esas dificultades hicieron que la producción de cada pieza fuera aún más especial.
Elegir las ilustraciones que irían en cada jarrón fue sencillo, pues cada una estaba cargada de simbolismos, para ambas, con respecto a lo que estábamos viviendo en esos momentos un tanto exasperantes. Todo lo coordinábamos por mail o teléfono.
Por otro lado, Alicia, tienes un background/experiencia con el grabado y la serigrafía, técnicas que aplicas especialmente en tejidos. ¿Es la primera vez que trabajas con el cemento? ¿Cómo se desarrolló el proceso creativo conjunto?
El soporte de mis piezas es generalmente el papel y el textil, materiales dúctiles y maleables que puedo trabajar en plano, doblarlos, transportarlos, coserlos o cortarlos, así que esta colaboración me ha llevado al extremo opuesto, y este nuevo soporte ha añadido matices a mi lenguaje; otro tacto, volumen, textura y peso (literal y figurado). Nunca había trabajado con cemento, y la verdad que ha sido todo un reto, sobre todo el conocer el material e investigar cómo adaptar mi técnica a una estructura porosa y cilíndrica para no perder la entidad del trazo, así como adecuar y escalar los tamaños para que las ilustraciones y la narrativa no se distorsionaran.
Empezamos con pequeñas muestras de cemento para averiguar qué tipo de tinta o pintura funcionaba mejor, después hicimos solo un prototipo a tamaño final para estudiar un poco la extensión, colocación y los pesos en la distribución de las ilustraciones. Y no tuvimos que hacer más pruebas, directamente creamos las cinco piezas finales. Realmente ha sido muy fácil trabajar con Laura, hemos coordinado tempos desde la ideación y hemos ido resolviendo todas las fases del proceso con respuestas y estéticas muy homogéneas.
Empezamos con pequeñas muestras de cemento para averiguar qué tipo de tinta o pintura funcionaba mejor, después hicimos solo un prototipo a tamaño final para estudiar un poco la extensión, colocación y los pesos en la distribución de las ilustraciones. Y no tuvimos que hacer más pruebas, directamente creamos las cinco piezas finales. Realmente ha sido muy fácil trabajar con Laura, hemos coordinado tempos desde la ideación y hemos ido resolviendo todas las fases del proceso con respuestas y estéticas muy homogéneas.
Ambas creáis artículos para el hogar, para formar parte de la vida diaria de quienes aprecian y consumen su arte. ¿Qué busca aportar esta colección al hogar de quienes adquieren cada artículo?
Cuando decidimos producir esta colección cápsula, ambas nos habíamos dado cuenta de cómo nuestra forma de interactuar con los objetos cotidianos de casa había cambiado. Éramos más conscientes que nunca de que nuestro hogar era/es nuestro santuario, por lo tanto queríamos crear piezas que nos recordaran esa conexión con los objetos con los que compartíamos día a día, y nos parecía maravilloso poderlo hacer a través de un objeto para contener flores, casi como una ofrenda de agradecimiento a ese espacio tan íntimo y nuestro. Así que lo que nos gustaría es que cada persona que tenga una de estas cinco piezas en casa sienta también esta conexión con su espacio.
Las ilustraciones de los jarrones siguen un estilo recurrente en otras obras tuyas, Alícia, ¿nos puedes explicar un poco sobre los símbolos que aparecen en la colección?
Personalmente, tengo una especie de obsesión con el concepto-idea de la herencia, y en cómo hay objetos que guardan un valor inexplicable, y que por el solo hecho de a quien pertenece y/o el contexto en el que está, esos objetos se vuelven símbolos en sí mismos, ya sea por analogía o por convención, creando un hermetismo curioso.
En estos jarrones hay algunos símbolos muy personales/identitarios, pero también otros que pueden ser universales y bastante significativos de ese período de confinamiento, como las llaves, un paquete de levadura o unas tijeras de bordado. Los nudos y cadenas, muy polisémicos: algo literal, como ataduras a un espacio, nudos en la garganta, o ansiedad; y algo metafórico, como vínculos, uniones, lazos estables o pasajeros. Los días buenos y los malos en los corazones contentos y tristes. O las flores, como ofrendas, algo que crece y muere.
En estos jarrones hay algunos símbolos muy personales/identitarios, pero también otros que pueden ser universales y bastante significativos de ese período de confinamiento, como las llaves, un paquete de levadura o unas tijeras de bordado. Los nudos y cadenas, muy polisémicos: algo literal, como ataduras a un espacio, nudos en la garganta, o ansiedad; y algo metafórico, como vínculos, uniones, lazos estables o pasajeros. Los días buenos y los malos en los corazones contentos y tristes. O las flores, como ofrendas, algo que crece y muere.
Después de esta primera colaboración, ¿tienen pensado sorprendernos con un nuevo proyecto conjunto?
Aún es pronto para saberlo (risas). Pero sí que estamos muy contentas con los resultados de esta colaboración, y creemos que es una unión interesante y tiene potencial. Por ahora queremos disfrutar el momento, esta post-producción de mirar y admirar las piezas con perspectiva, y esperamos que estas piezas encuentren nuevos significados en otros hogares.