Juan de Morenilla es uno de los pintores del momento. Su estilo se caracteriza por una particular mezcla de estilos que van del Barroco y el Manierismo a los dibujos de Cartoon Network, todo muy inspirado en la casa donde creció, donde se mezclaban “fascículos y catálogos de movimientos impresionistas o de pintura barroca con cómics de Mortadelo y Filemón”. Y esa mezcla tan atractiva como sorprendente se puede apreciar en su nueva exposición individual, Dog Bless You, que se puede visitar hasta el 25 de mayo en la Galería Veta by Fer Francés de Madrid.
En sus obras se ve esa influencia del dibujo de animación. Nos cuenta que sus referentes van desde clásicos de los ochenta como Richard Williams, el animador detrás de Roger Rabbit, hasta maestros del anime japonés como Satoshi Kon. Y aunque nos confiesa que solo ha tenido gatos, los perros son los protagonistas de su nueva muestra individual, a los que pone en el centro de sus pinturas de bodegones. Con el título de la expo, Dog Bless You, el artista hace juego de palabras y de significados que juega con la idea de inmortalizar y sacralizar lo cotidiano.
La pasión de Juan sigue siendo la del niño que amaba copiar los dibujos de las revistas que encontraba en casa y, pese a haber explorado y expandido mucho más su mundo creativo, siempre acaba volviendo ahí. Sin embargo, ha encontrado un discurso particular en el que mezclar estos mundos, tras una intención personal tan juguetona como “es broma, pero si quieres no es broma”.
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Hola, Juan, un placer hablar contigo. Para conocerte mejor, ¿cómo es un día ‘normal’ en tu vida?
¡Hola, Carmen, encantado de conocerte y agradecido por la entrevista! Contestando a tu pregunta, habitualmente me despierto temprano, desayuno fuerte y voy al taller por la mañana, hago un parón para comer y continúo si no tengo otras cosas que atender por la tarde hasta las siete aprox. No deja de ser algo muy parecido a tener un trabajo y compatibilizarlo con tus quehaceres fuera: ocio, ejercicio, pareja y amigos.
¿La pintura ha sido tu medio preferido desde que eras estudiante de Bellas Artes?
Realmente sí, pero me debatí entre la pintura y el cine durante la carrera. El lenguaje cinematográfico siempre me atrajo enormemente, de hecho, más que la propia pintura en algún momento. Pero no dejaba de ser algo que disfrutaba más viendo que haciendo, al igual que con la música. De pequeño hice piano y solfeo y no pude continuar debido a que prefería escuchar antes que tocar. Cosa que con la pintura nunca llegó a pasarme, disfrutaba pintando.
¿Cuáles fueron tus primeras inspiraciones?
En casa de mis padres había una mezcla visual típica de hogar español donde se unían fascículos y catálogos de movimientos impresionistas o de pintura barroca con cómics de Mortadelo y Filemón, Superlópez, Astérix y Obélix, Dragon Ball, etc. Y como todo niño a mí me gustaba dibujar, copiaba o hacía mis versiones de estos, y aunque parezca simple, estas fueron mis primeras referencias.
Una vez llegué a la universidad, este pequeño margen se multiplicó por mil debido a mi curiosidad por saber qué más podía haber fuera. El contacto no solo con la universidad sino con amigos con intereses comunes abrió mucho más el panorama creativo para mí. Curioso que luego me retrotrajese, de alguna forma, a la base primigenia, que era el contacto con esos cómics, la pintura figurativa o las series y películas de animación con las que me entretenía.
Después de Fairy Tales, Dog Bless You es tu segunda exposición en solitario en la galería Veta by Fer Francés, ¡enhorabuena! ¿Cómo nace esta relación entre la galería y tú?
¡Gracias! Fue a raíz de mi primera exposición individual en Valencia. Mi actual galerista, Fer Francés, encontró de alguna forma mi trabajo, quedamos en Madrid, me contó sobre el proyecto que estaba preparando y fue entonces cuando pasé a formar parte del mismo. Me han tratado muy bien desde entonces y ha sido un empuje bestia para mi trabajo, todo hay que decirlo.
Como otros de tus trabajos anteriores, esta colección de obras, pese a jugar con el surrealismo, toma inspiración de la pintura barroca, que podemos ver en el uso de luz, la paleta de colores y, sobre todo, la temática de bodegones. La incorporación de este estilo es una más de las capas irónicas y dicotómicas con las que juegas en tu obra. ¿Cuándo y por qué comienza tu inclinación hacia esta época de la historia del arte?
Mi primer contacto con esos catálogos que estaban en casa marcó una imagen en mi cabeza que parece ser indeleble. Aun así, evito siempre romantizarlos, no creo en los héroes mitológico-pictóricos a pesar de disfrutar enormemente de muchas de sus obras, como las de Juan Sánchez Cotán, los tarros o el cordero de Zurbarán, Goya etc. Aparte de la ‘escuela’ manierista previa al Barroco, que me interesa cada vez más, especialmente como momento que demarca una crisis total y que supone una nueva forma de pensar lo estético.
Los bodegones reflejan y destacan la intimidad de la vida doméstica dentro de un estilo tan ligado a la religión católica como es el Barroco. En este caso escoges al perro como la figura central. También, en el título de la exposición (que juega con el famoso dicho ‘God bless you’), hablas irónicamente de cómo lo cotidiano nos puede bendecir, no solo lo divino. ¿Cómo llegaste a escoger la figura del perro para simbolizar esto?
Indudablemente, el bodegón, así como el paisaje, tienen algo que los separa del resto de géneros pictóricos por una cuestión conceptual y es la del tiempo. Pensar en lo limitado, detenido, lo que vive cuando debería estar muerto y en esencia una necesidad de permanencia. Hay algo espiritual en todo ello sin duda, pero tiene que ver más con el miedo a perecer o marchitarse y encontrar márgenes imaginados que detengan ese tiempo de alguna manera.
En la exposición, el perro aparece como una figura divinizada, su anormal tamaño lo acerca también a lo monstruoso, lo mitológico, que en esencia también es esa relación con la efigie, con lo escultórico de los dioses grecorromanos. Esto es algo que acaba poniéndose en cuestión en otras obras de la misma exposición, en las que los elementos, incluido el propio perro, están construidos en un plano bidimensional, son de cartón, se revela el reverso, se desvela el truco. Lo sublime frente a lo cotidiano, tal como el bodegón liga la vida con la muerte.
¿Los perros tienen alguna función en tu vida cotidiana? ¿Tienes uno?
Y aquí se muestra otra cara oculta, solo he tenido gatos (risas).
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En tus pinturas también se aprecia mucho tu interés por la animación y los cómics. Personalmente, el estilo de los perros de Dog Bless You me recuerda al de los Looney Tunes, aunque no tanto como otros que has pintado anteriormente. ¿Cuáles son tus dibujos animados favoritos? ¿Cómo se incorporan estas influencias en tu obra?
A Chuck Jones siempre lo he considerado un grande de la animación, pero a este se le han sumado otros que me han gustado más. Ralph Bakshi me encanta, o Richard Williams, por ejemplo, y su inacabada El zapatero y el ladrón, así como herederos actuales de su trabajo como Felix Colgrave, o series de Cartoon Network clásicas de los noventa como Vaca y pollo o Ed, Edd y Eddy.
Como en la mayoría de casos, al principio tenía más en cuenta esas influencias, pero ahora es totalmente inconsciente, se ha vuelto natural de alguna forma, supongo que tiene que ver con lo de tener un estilo y demás. Simplemente me he dejado llevar por mis gustos personales, inquietudes y manías, cosas que pueden cambiar a lo largo del tiempo inevitablemente.  
¿Hay alguna serie animada o cómic que estés viendo o leyendo actualmente?
Hace no mucho vi la serie Ping Pong, de Masaaki Yuasa. Casi todo lo que he visto suyo me ha gustado mucho. Y aparte he revisitado alguna película de Satoshi Kon también.
Has pintado esta colección de lienzos específicamente para la ocasión. Conocer el espacio donde se iban a exponer o tener un límite de tiempo, ¿de qué forma ha condicionado tu proceso creativo?
El tiempo es clave, he tenido espacio para desarrollar las ideas entre obras y sentirlo como uno. A veces no todo va al ritmo que uno le gustaría y hay que hacer caso a lo que piden las piezas. Esto claro, está condicionado también por el espacio y cómo abordarlo. Inevitablemente, uno siempre siente que le ha faltado tiempo para hacer algo más, pero está bien tener esos condicionantes que determinen cuándo se ha de dar por terminado algo.
Estamos constantemente fabricando historias a partir de la realidad que nos rodea. ¿La pintura es para ti una forma de refugiarse en una realidad construida?
La pintura es un canal comunicativo, al fin y al cabo, uno no escapa de la realidad y la obra, quieras o no, está impregnada por la misma. Por otro lado, ya vivimos en una realidad construida, y pensar en el escape siempre va ligado con ser consciente de que uno está atrapado.
El arte contemporáneo se dedica, más que a representar fielmente lo físico, a imaginar una realidad o señalar algo concreto de ella. ¿Existe alguna intención personal como artista detrás de tu trabajo?
Es broma, pero si quieres no es broma.
¿Cómo sería la realidad en la que te gustaría vivir?
Sé en cual no me gustaría vivir, una como la de El correcaminos. ¿Te imaginas intentar algo todos los días, exactamente igual que el anterior, para seguir intentándolo el siguiente hasta el fin? Oh, espera…
Dog Bless You estará abierta hasta el 25 de mayo. Una vez finalice, ¿qué podemos esperar? ¿Tienes algo entre manos?
Estoy participando actualmente en la segunda edición de Art in Context llevado por el IVAM, Valencia, así como dos individuales con Veta en China y Nueva York, así como otras ferias aún por concretar.
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