Emocionada e influenciada por la obra del mítico Alexander Calder, Alejandra Jaimes también se dedica a las figuras en movimiento. Originaria del corazón de Colombia (es decir, Bogotá), su familia marchó cuando ella era pequeña hacia tierras europeas y frías. No obstante, describe Barcelona como “un baile cálido y sinuoso”, así que puede que por ello aún no se haya ido. Hablamos con la artista sobre su incipiente carrera, cómo le influencia el entorno, y qué podemos encontrar de ella en las obras que crea.
Para empezar, ¿puedes presentarte?
Nací en Bogotá (Colombia) hace veinticinco años, pero llegué a Barcelona con mi familia hace ya dieciséis. He empezado a reinterpretar mi realidad y a construir otra nueva mediante piezas móviles, un extracto personal ingrávido y ligero. Una realidad móvil.
Naciste en Bogotá, estudiaste en Barcelona y te descubriste en Londres. ¿Qué te han aportado estas tres ciudades tan dispares?
Personalmente, doy mucha importancia a los lugares. Creo que eres el cúmulo de todos los espacios que habitas. La manera en que decides interpretarlos, la forma en la que los tomas prestados y los haces tuyos, cómo decides afrontarlos y el modo en el que te desenvuelves en ellos. Son como un gran escenario donde expones todos tus deseos, tus miedos, tus verdades. Por ello, cada lugar en el que he habitado estimula algo completamente diferente. Ya sea viajando o viviéndolo en su cotidianidad, me inspiran todas las posibilidades que salen de sus culturas tan diversas, su caos y su ruido, sus treguas y sus silencios. Todo me ha influido de manera crucial en lo personal y lo creativo. Soy el resultado de mis escenarios y me he construido muy ecléctica gracias a ellos.
¿Qué te hizo descubrir Londres que las otras no? Ahora, sin embargo, estás viviendo en Barcelona, algo tendrá.
Decidí mudarme a Londres porque quería novedad, descubrirme sola, una aventura. Y creo que acerté bastante porque fue el escenario perfecto para escuchar y desarrollar ideas que llevaban en ‘stand by’ algún tiempo en mi cabeza. No había una razón concreta por la que no las llevara a cabo, simplemente creo que no le daba suficiente importancia a esa parte de mí y por eso me resultaba muy difícil encontrar un canal mediante el que expresarme. Londres fue el espacio (y el tiempo) perfecto para ser consciente de esta extensión de mí misma.
Ahora he vuelto a la Barcelona porque irradia luz. Es como un baile cálido y sinuoso que mantiene un balance entre el caos, el ruido y la sobreinformación. Para mí la ciudad es ‘a place to be’. Aquí encuentro el suficiente silencio para concentrarme. Puedo llegar a ser terriblemente dispersa y expansiva aunque no lo parezca. Cuando estoy en ciudades grandes mimetizo con su hiperactividad y me descubro compitiendo con ella a ver quién es más rápida. En ese sentido me cuesta mucho darme el tiempo necesario para procesarme.
Ahora he vuelto a la Barcelona porque irradia luz. Es como un baile cálido y sinuoso que mantiene un balance entre el caos, el ruido y la sobreinformación. Para mí la ciudad es ‘a place to be’. Aquí encuentro el suficiente silencio para concentrarme. Puedo llegar a ser terriblemente dispersa y expansiva aunque no lo parezca. Cuando estoy en ciudades grandes mimetizo con su hiperactividad y me descubro compitiendo con ella a ver quién es más rápida. En ese sentido me cuesta mucho darme el tiempo necesario para procesarme.
¿Cómo y en qué medida te han servido los estudios en diseño de interiores en la producción artística?
Bueno, no finalicé la carrera y cambie de vía a mitad de camino, pero creo que me ha aportado una visión mucho más formal y disciplinada a la hora de entender el espacio. Me hace tener unas normas fijas a la hora de desarrollar un proyecto y me ayuda a tener una proyección real de la imagen que vive en mi mente a nivel espacial y sensorial.
En tu última exposición, All Your Primary Colours, exploras la transformación del cuerpo en el espacio y el tiempo mediante colores y formas distintas, así como la construcción y deconstrucción del ser humano. Para ello, ¿hacer móviles es la mejor disciplina posible?
No creo que sea la mejor disciplina para abordar este tema. Considero que cada persona puede hablar de ello mediante un canal y un código diferentes. Hacer móviles es simplemente mi mejor vía. Un lenguaje personal para abordar y explorar ciertos temas que me interesan.
En All Your Primary Colours quería reflejar la transformación genuina y natural del tiempo, del espacio y del cuerpo de una manera muy íntima. La forma en que las mujeres entendieron su propio espacio, sus formas y sus colores vinculándolo con su cuerpo fue algo que realmente me conmovió. Un móvil depende del viento y de la corriente que decida hacer ese día, tu cuerpo simplemente reacciona a las corrientes, y la reacción cambia dependiendo del individuo. De hecho, cada retrato es una reacción de ellas mismas intentando encontrar un balance entre su perspectiva, la corriente y el peso.
En All Your Primary Colours quería reflejar la transformación genuina y natural del tiempo, del espacio y del cuerpo de una manera muy íntima. La forma en que las mujeres entendieron su propio espacio, sus formas y sus colores vinculándolo con su cuerpo fue algo que realmente me conmovió. Un móvil depende del viento y de la corriente que decida hacer ese día, tu cuerpo simplemente reacciona a las corrientes, y la reacción cambia dependiendo del individuo. De hecho, cada retrato es una reacción de ellas mismas intentando encontrar un balance entre su perspectiva, la corriente y el peso.
¿Cuál es la importancia de crear (casi) sin ropa, como vemos en las fotografías montando las estructuras de la expo?
Un cuerpo puede tener muchas lecturas dependiendo del contexto. Cuando idealicé All Your Primary Colours me lo imaginaba como un conjunto de formas y de tonos puros. Desde el principio siempre lo entendí como ‘un todo’ así que la importancia de presentar el cuerpo semidesnudo se reduce a mostrar, además de las piezas, su masa, su tono, su textura y su movimiento dentro de la imagen. Quería lo real de sintetizar su forma sin ningún tipo de adorno, simplemente presentarlo como materia, no se trataba de sexualizarlo.
Hojas de palmera, plástico, alambres; has trabajado con todo tipo de materiales en tus proyectos. ¿A qué se debe el uso de uno u otro? ¿Qué aporta cada uno de ellos a la obra?
La elección de materiales es lo más divertido del proceso, disfruto mucho cuando me lanzo en su búsqueda. Cuando hago una pieza, en mi mente ya está acabada por lo que ya marco el movimiento, la textura y el color que quiero que tenga y a partir de allí intento buscar los materiales que más se adecuen al concepto que esté trabajando en ese momento.
¿A qué te refieres cuando dices que cada pieza “nace desde lo personal”? ¿Son sólo vivencias y recuerdos en lo que te basas en el momento de crear?
Esto es algo realmente muy curioso porque no he sido consciente de esta acción hasta hace muy poco. Recurro mucho a mis vivencias, mis recuerdos o a alguna emoción arraigada a un espacio que entrelazo para realizar las piezas, ya sea para un proyecto personal o un encargo. Cuando me embarco en la realización es como si hiciera un ejercicio de memoria. Por ejemplo, mientras hacía Palm Mobile recordaba las grandes palmas del Valle de Cocora –que con solo verlas te hacen querer volar– una mañana en el Barbican Conservatory o un simple paseo por la Rambla del Raval. Ambas palmas tienen el mismo significante pero diferente significado. Lo que hago es descontextualizarlo de la realidad y reinterpretarlo.
Aunque aún estés en una etapa artística inicial y todavía te estés conociendo, ¿podrías definir tu estilo, al menos a día de hoy? ¿Cómo se ha ido determinando en el tiempo?
Considero que es muy pronto para definirlo, aún todo es muy primitivo y me estoy reconociendo en lo que hago, así que ojalá pueda darme esta respuesta a medida que vaya produciendo todo lo que tengo en mi cabeza. Hasta el momento he trabajado de manera muy intuitiva e inconsciente así que espero que continúe determinándose y siga disfrutándolo.
Como artista cinética, no queda otra que preguntarte por Alexander Calder. ¿Cómo te han influido su obra y su persona?
Su trabajo me emociona. Es una de las cosas más poéticas que he visto. Su capacidad de crear y controlar tan meticulosamente el espacio y la forma para entregarlo al azar de una corriente de aire es simplemente brillante. Me hace soñar tanto que su obra ha puesto a volar la mía.
A parte del rol de artista per se, ¿te ves detrás de la obra? ¿Cómo concibes a Alejandra dentro de cinco o diez años?
Creo que siempre estoy presente en la obra aunque no aparezca de una manera explícita. Al fin y al cabo, son memorias involuntarias que dejo ir. Respecto al futuro, es muy difícil saber lo que pasará, pero me gustaría verme permitiéndome todas mis posibilidades.
Para acabar, ¿estás trabajando actualmente en algún proyecto?
Sí, hay varias ideas que aún no se han materializado pero que están en proceso. De momento acabo de finalizar My Blue Dance, un proyecto personal que expresa la capacidad que tenemos de reconocer lo que ya conocemos. La idea se expresa mediante un cuerpo fragmentado en piezas, que se vinculan o desvinculan del cuerpo. Y está totalmente abierto a interpretaciones.