Introducirse en el universo de Ghloujaboy es como lanzarse de lleno a una dimensión extraña, de aspecto cool, pero con un trasfondo casi del todo perturbador, como esos animes protagonizados por personajes dulces, pero terriblemente sanguinarios y brutales. Uno puede llegar a pensar que es desconcertante, pero jamás negar que la música, las imágenes y el estilo de Ghouljaboy poseen un discurso original. Y esa es la clave, sobre todo para triunfar. En una industria saturada es importante saber qué se quiere decir y cómo, y cuando se tiene claro el resultado es un triunfo personal, comercial y musical.
Tras su primer disco El rascal, que puede considerarse casi como un guion cinematográfico convertido en canciones, ahora llega la hora de encaminarnos hacia Dreamcore, el que va a ser su segundo y esperado trabajo, que presenta con su nuevo single Super ultra mega dark times. Así que, den paso a las fantasías más oscuras: ¡aquí vuelve Ghouljaboy!
Tu universo musical es personalísimo, parece estar plagado de referencias muy diversas que van desde el mundo anime hasta aclamados directores de culto, pero, ¿cómo lo describirías tú mismo?
Con El rascal empecé a crear un lore. A partir de ahí, fui enrevesándolo más y más con Ciudad portuaria hasta llegar al punto del nuevo álbum. Está, en cierto modo, conectado, pero este nuevo universo, que comparte cosas con el de anteriores trabajos, es más personal y concreto. Así es como lo veo yo, la gente no sé cómo lo concibe porque es un poco lioso (risas).
Cuando lees notas de prensa, artículos o comentarios en redes, ¿crees que la gente comprende lo que hay dentro de tu cabeza y fluye a través de tus canciones?
A veces sí, a veces no. Es difícil que la gente, medios, y demás capten al cien por cien lo que quieres transmitir. Lo importante es que se sientan identificados y conecten. Supongo que es lo principal de la música pop, esa conexión existente y que cada persona traslada a su propia vivencia. Por ejemplo, Super ultra mega dark times habla de momentos muy concretos en mi vida y la madurez respecto a estos. Al escucharlo quizás puedas conectar con algún elemento o sentimiento similar, pero sin saber realmente lo que yo viví.
Cambiando de tema, está claro que tu nombre artístico proviene del famoso manga de Sui Ishida…
En la época que decidí el nombre estaba a tope con el manga Re:Zero, y un día se me ocurrió el juego de palabras. No tiene mucho más misterio, es difícil de pronunciar y escribir para alguns personas, pero a mí me gusta mucho.
Te describen como una mezcla de Malcolm in the middle y David Cronenberg. ¿Cómo se digiere eso? ¿Eres capaz de explicar qué características posee esa mezcla de referencias?
Supongo que es una mezcla entre cosas cotidianas y un poco gamberras que definen lo que son mis letras y mi personalidad, combinadas con ese punto de revisión crítica y oscura de las películas de Cronenberg. Es una fusión peculiar.
Tu primer disco fue presentando en 2020 y se titulaba El rascal. Ese disco fue descrito como una mezcla de pop-rock electrónico con tintes retro, fue muy buen recibido por la crítica, siendo calificado como un éxito musical. Escuchando el disco se aprecia una narrativa, una historia oculta, ¿qué era lo que querías contar exactamente?
Es la pregunta que todo el que me escucha se hace. No quiero desvelar sobre qué va en su totalidad, a lo David Lynch con Eraserhead. Lo que sí puedo decir es que la narrativa se desarrolla en distintos escenarios, y que hay diversos personajes que básicamente están basados en diferentes actitudes de mí mismo.
¿Dirías que elaboras los discos como si fueran novelas o el guion de tu propia película?
Totalmente. Desde el momento en el que pienso en hacer un disco estoy centrado en dos cosas que son lo más importante para mí: el sonido que voy a experimentar y qué historia quiero contar. Uso estas historias para darle un sentido narrativo al álbum y organizar mis propias experiencias y letras como si de una novela o guion se tratara.
Se te ve interesado en multitud de disciplinas artísticas. ¿Por qué decidiste decantarte por tu faceta como cantante para darte a conocer?
Quizás porque es la que más a fondo he exprimido y en la que he encontrado un punto donde disfruto muchísimo, compensado con un buen ritmo de trabajo. Aun así, poco a poco quiero empezar a moverme por otras disciplinas, un libro, por ejemplo, o un corto.
Presentas este mes el tema Super ultra mega dark times, pero tu vida parece estar atravesando un momento estupendo, lleno de proyectos y con BMG como respaldo. ¿Por qué un título así?
Usé de referencia el título de la película Super dark times, que me gustó mucho. Le añadí el ‘mega’ y ‘ultra’ para enfatizar más, y creo que resume muy bien el concepto y rollo de la letra y lo que cuenta.
En una estrofa de esta canción dices que nunca más volverás a ser como fuiste. ¿De qué manera dirías que has cambiado, ahora que eres más conocido?
No he cambiado mucho por ser más conocido, en ese sentido mi vida sigue siendo igual. Ahora conozco a más gente, puedo ir a tocar a sitios con mis amigos a los que antes nos resultarían imposible, y el público aprecia lo que hago. Diría que ese es el cambio más significativo por ser ‘más conocido’.
Tras escuchar este tema no he podido evitar preguntarme, ¿qué cambia más a una persona, el amor o la fama?
No he experimentado la fama, así que a mí lo único que me ha cambiado ha sido el amor.
En otoño vas a presentar tu nuevo disco Dreamcore. ¿Cómo describirías esta nueva etapa musical?
Todo es más personal, en todos los aspectos: letras, música, composición y directos muy chulos. Mucha guitarra y una transición muy guay, desligándome de otras tendencias y géneros con los que no me siento tan afín actualmente, y haciendo música influenciada por lo que me apetece hacer y por lo que he estado escuchando estos últimos meses.
Para Dreamcore vemos que has cambiado de estética, incluso de aspecto físico en relación con El rascal. ¿Ha sido esta metamorfosis algo aleatoria o va a ligada a tu proceso de creación musical?
Soy muy cambiante en sí. Nada más tienes que ver las diferencias entre mis trabajos; cada vez me exprimo más a mí mismo. Ya no hago música si no la compongo yo, soy más exigente conmigo mismo y mucho más estricto con el sonido que quiero que salga en concreto. La estética claro que cambia, va muy acorde con la música que voy haciendo y me identifico con ella.
Actuaste hace muy poco con el cantante Clutchill, amigo de Rojuu, quien ha colaborado contigo. ¿Qué clase de conexión crees que hay entre estos cantantes que os da tan buen resultado?
Clut, Roc y yo somos muy buenos colegas. No sé, creo que esa conexión de ser cercanos influye a la hora de crear y conseguir resultados muy chulos. Además, si compartes influencias la conexión es incluso más fuerte.
Parece que ahora muchos cantantes jóvenes tienen como un aura de tristeza. La música puede ser bailable y dinámica, pero el mensaje es algo tristón, ¿por qué?
Es un signo de identidad de nuestra generación exteriorizar sentimientos que antes no se hacía de esta forma. Si estás triste, nostálgico, etc., no es necesario que tengas que hacer un tema triste o pausado para ello. Si estás reventado, pues te revientas bailando.