La semana pasada Loewe inauguró oficialmente su nuevo espacio en Barcelona, situado en el número 91 del Passeig de Gràcia, casi 600 metros distribuidos en cinco niveles dedicados en exclusiva a la marca.
A través de diferentes propuestas artísticas creadas en colaboración con la productora audiovisual Boolab, el espacio nos ofrece un recorrido fascinante por los 166 años de excelencia artesana de Loewe. Y si la entrada a la galería está dedicada al bolso Amazona, símbolo de la casa, el siguiente nivel acoge la instalación más llamativa: un árbol de gran tamaño construido con distintas pieles, que interactúa al tacto desplegando un mapping sobre sus ramas donde podemos leer en trece lenguas distintas diferentes adjetivos que definen las pieles. Así explicado lo mismo suena lioso, pero verlo y tocarlo es una maravilla. Lo mismo que la instalación de pañuelos del artista Daniel Wurtzel que, en la planta inferior dedicada a la seda, recuerda a una pareja de bailarines inmersos en una apasionada coreografía. Hay mucho más que ver. Visita obligada.

















