De Eñaut siempre podemos esperar una propuesta en la que el trasfondo de cada pieza es tan significativo como el proceso de creación de la misma. En una actitud más optimista que el usual existencialismo con el que enfrentó las pasadas colecciones, en esta edición de 080 Barcelona Fashion, Hamar representa un punto (pero no final) para la firma, donde la idea de celebrar lo vivido, estar orgulloso del camino y ser lo suficientemente maduro para ser consciente de cuándo es necesario tomar un respiro, suena más atractiva que nunca.
Hamar es el nombre de la colección, y también es la traducción en euskera de ‘diez’, lengua nativa de Eñaut Barruetabeña, la mente detrás de su firma homónima. Diez son las colecciones que ha presentado en las pasarelas catalanas de forma ininterrumpida, y es también un número que se presta para hacer una pausa y descansar antes de retomar. Esta es la idea del diseñador, a quien el frenético ritmo de la industria, que aunque esté normalizado, no significa que sea normal, le ha pasado factura. ¿De qué forma? Solo puede decirlo él, pero desde un punto de vista externo, no es aparente que su creatividad se haya visto afectada, porque esta colección es tan atractiva como a las que nos tiene acostumbrados.
Con un aire retrospectivo, Eñaut se destensa de conceptos tan complejos como el de la última colección y decide centrarse en disfrutar el momento y valorar lo vivido, restando importancia al concepto de ‘final’ y enfocado en disfrutar mientras podamos. La evolución de la paleta cromática de la colección parece reflejar lo mismo, con la oscuridad de los primeros looks dando paso poco a poco a la claridad, con un salto de negro al gris y del gris al plata. A pesar de la tendencia monocromática, el contraste está presente gracias a la diversidad de materiales en un mismo look, donde con opacidades diferentes logran generar una silueta interesante y distintiva.
La buena ejecución de la sastrería está nuevamente presente, donde, pese a mantener líneas puristas y sobrias, ciertos detalles como el tamaño o la construcción de las solapas o los cuellos lo diferencian de otras propuestas. La combinación de estas piezas más tradicionales con elementos corseteros, las transparencias, prendas de rejilla o más propias del streetwear como cropped hoodies o pantalones oversize, generan ese contraste entre la seriedad y la irreverencia; esa actitud libre y fiestera que Eñaut nos invita a tener, sin tener que perder la esencia inicial. Los dos últimos looks, de un material plata metalizado como pocos, con un reflejo casi de espejo, es un buen reflejo de esta misma filosofía: unas prendas que proyectan luz hacia todos los sentidos, pero que dicha luz parte de ellas mismas.
La puesta en escena de los shows de Eñaut acaban de completar la historia que nos quiere contar, esta vez nuevamente con música en vivo que evoluciona al ritmo que lo hacían los looks. Ritmos hipnóticos que van acorde al misterio del inicio del desfile se transforman lenta y progresivamente a unos beats más propios de fiesta que de desfile, y nada más lejos de la realidad, pues en el fin del show, público, modelos, músicos y el mismo Eñaut llenaron la pasarela en una merecida celebración improvisada del trabajo realizado los últimos seis años. Como bien dice el diseñador, “que el fin nos pille celebrando”.
Enaut-1.jpg
Enaut-2.jpg
Enaut-4.jpg
Enaut-3.jpg
Enaut-9.jpg
Enaut-10.jpg
Enaut-5.jpg
Enaut-11.jpg
Enaut-8.jpg
Enaut-6.jpg
Enaut-13.jpg
Enaut-12.jpg
Enaut-14.jpg
Enaut-16.jpg
Enaut-15.jpg
Enaut-17.jpg
Enaut-20.jpg
Enaut-21.jpg
Enaut-19.jpg
Enaut-18.jpg
Enaut-23.jpg