Astrid Hernando Schweitzer y Anel Rinat son las caras detrás de Die Motte, una mezcla cultural de lo más explosiva. Se conocieron mientras estudiaban arte y orfebrería y desde entonces no hay quien las pare. En su taller de Barcelona, y de forma artesanal, crean delicadas piezas de líneas finas, naturales y minimalistas con una clara intención: ser más que un placer estético.
Sus joyas no son meros objetos, sino extensiones de su propio ser, de sus ideas, de sus historias e intimidades. Historias con las que no solo ellas se identifican, ya que en cierto modo pasan a formar parte de las nuevas experiencias de aquellos que las llevan. Hablamos con ellas para conocer su día a día y los secretos que se esconden detrás de cada una de sus piezas.
Para empezar, habladnos un poco de vosotras. ¿Quiénes son Astrid Hernando Schweitzer y Anel Rinat, las caras detrás de Die Motte?
Astrid: Estamos acabando el grado de joyería en Barcelona en el que nos conocimos. Anel es kazaja, y yo soy una mezcla latino-americana de raíces europeas, entre ellas alemanas. Creo que nuestra mezcla cultural es lo más explosivo de nuestro proyecto.
Os formasteis en arte y orfebrería. ¿Era algo que queríais hacer desde el principio? ¿Cuándo nació vuestro interés por la joyería?
Astrid: Siempre he tenido curiosidad por la estética y por cómo jugar con ella en tu imagen personal, pero me encontré estudiando joyería por casualidad mientras intentaba encontrar un grado de Ilustración.
Anel: Crecí en el mundo de la alta joyería y siempre he tenido cierta inquietud acerca de las razones por las que damos tanto valor a una pieza. Hay algo más a parte de la rareza, el metal noble y las piedras preciosas. Sentía insatisfacción porque una joya se concibe como un adorno estético, pero también es un estado de ánimo, una referencia a una creencia, un modo de expresión. Entonces tuve el interés de probar a hacer, buscar y desarrollar algo que me convenciera más.
Anel: Crecí en el mundo de la alta joyería y siempre he tenido cierta inquietud acerca de las razones por las que damos tanto valor a una pieza. Hay algo más a parte de la rareza, el metal noble y las piedras preciosas. Sentía insatisfacción porque una joya se concibe como un adorno estético, pero también es un estado de ánimo, una referencia a una creencia, un modo de expresión. Entonces tuve el interés de probar a hacer, buscar y desarrollar algo que me convenciera más.
¿Cuándo y cómo decidisteis emprender este viaje y por qué en equipo?
La idea principal surgió en una escapada que hicimos a la playa hace dos veranos, pero no se realizó hasta noviembre del 2016. La idea fue de ambas, juntas tenemos mucha más energía.
¿Por qué Die Motte? ¿Qué esconde este nombre?
Die Motte significa ‘la polilla’ en alemán, ese insecto que se come tus abrigos o deshace las prendas de tu armario. Es una metáfora para nosotras: ¿qué consideramos como nuestras posesiones más preciadas?
Situémonos en vuestro taller. ¿Cómo se desarrolla vuestro día a día en el espacio?
Vamos variando de espacios. A veces no nos reunimos en el taller, ya que no siempre estamos trabajando el metal. La marca exige muchas más responsabilidades. La mayoría de las mañanas estamos en un sitio acogedor con buen internet, café fuerte y zumo de frutas. Algunos días preferimos pasarlos en la montaña para coger otra perspectiva y ser más fieles a lo que realmente somos.
Hasta el momento, vuestras joyas están realizadas artesanalmente en plata y oro. ¿Por qué estos metales en concreto? ¿Hay algún otro material con el que os gustaría trabajar en un futuro próximo?
Hemos aprendido el oficio manejando estos metales, son los que sabemos moldear. Sin embargo, estamos abiertas a cualquier tipo de material, todo depende del concepto y diseño detrás de la pieza.
Vuestras joyas nos hablan de pequeños momentos de nuestras vidas, de emociones e instintos. ¿Podríamos decir que son una extensión de vuestra persona más que meros objetos?
Totalmente, para nosotras no son solo joyas, son pequeñas obras que reflejan cierto momento o inquietud de nuestra vida. Aunque cada persona puede darle su propio significado según lo que sienta.
¿Podríais explicarnos alguna de esas historias que se esconden detrás de una pieza?
Los pendientes Express Your Face –los aros grandes– representan, a través de la fuerza que tienen en la tensión de su hilo, en el círculo confidente y en la cara mirando hacia delante, el momento de estar cómodo contigo mismo y querer compartir tu interior; el momento cuando asimilas y ves muy claro que tu opinión es la que realmente importa y puedes empezar tus propios cambios.
El nombre de los pendientes Get a Bob surgió cuando quisimos hacer unos aros más finos y delicados. En cuanto tuvimos el diseño vimos que parecía un peinado Bob y lo relacionamos con ese momento en el que te cortas el pelo como representación de ciertos cambios de tu vida, como un ritual para ganar fuerzas. La idea vino por casualidad e hizo encajar el puzzle de la historia de las piezas.
El nombre de los pendientes Get a Bob surgió cuando quisimos hacer unos aros más finos y delicados. En cuanto tuvimos el diseño vimos que parecía un peinado Bob y lo relacionamos con ese momento en el que te cortas el pelo como representación de ciertos cambios de tu vida, como un ritual para ganar fuerzas. La idea vino por casualidad e hizo encajar el puzzle de la historia de las piezas.
Mirando de cerca el proceso creativo y de producción, ¿cómo es para vosotras trabajar juntas? ¿Cómo os repartís el trabajo, si es que lo hacéis?
El proceso fluye cuando estamos juntas con Puspus (la gata de Anel) en el sofá. Desde un principio no lo planteamos como trabajo y depende de la situación que vivamos lo organizamos de una manera u otra.
¿Qué es lo que más os gusta de todo el proceso de creación? ¿Hay algo que le guste hacer más a una que a la otra?
Nos gusta trabajar con maquetas a partir de una idea, resolver el diseño estético según las propiedades del material y solucionar la pieza de forma técnica.
Astrid: A Anel le gusta manipular metal y a mí me encanta esculpir, aunque las dos nos movemos por ambos campos.
Astrid: A Anel le gusta manipular metal y a mí me encanta esculpir, aunque las dos nos movemos por ambos campos.
A la hora de imaginar y dar forma a un nuevo concepto, ¿diríais que vuestro ideario conjuga a la perfección o es justamente el contraste lo que hace funcionar a Die Motte?
Depende del momento y de la pieza pero tiramos más de nuestro contraste, un poco de estilo de cada una, y así queda un mix equilibrado y vibrante.
Astrid: Podría decirse que Anel tiende a ser más elegante y femenina pero tiene el carácter más tajante y es muy decidida y emprendedora, mientras que yo soy una variante irregular. Cambio según mis emociones, pero siempre acabo queriendo tener algo visualmente agresivo en mí.
Astrid: Podría decirse que Anel tiende a ser más elegante y femenina pero tiene el carácter más tajante y es muy decidida y emprendedora, mientras que yo soy una variante irregular. Cambio según mis emociones, pero siempre acabo queriendo tener algo visualmente agresivo en mí.
A raíz de ello, habladme un poco de qué os inspira. ¿Creáis pensando en algo o en alguien? ¿Cuáles son vuestros principales referentes?
Las creaciones surgen de ideas que desarrollamos en común. Tenemos referentes artísticos, sobre todo en el arte conceptual contemporáneo, pero intentamos no guiarnos tanto por algo ya existente y crear a partir de nuestros instintos e intuición.
Bautizáis a vuestras joyas como si fueran hijos. No son meramente objetos, sino que tienen un fuerte lazo a los conceptos que les dan forma. Solo al conocer el nombre de vuestros broches, brazaletes o anillos parece que os conozcamos un poquito más. ¿Como escogéis los nombres de las piezas? ¿Tenéis alguna joya preferida o de la que os sintáis más orgullosas?
Los nombres surgen en cuanto sentimos el porqué de esa pieza. Las joyas explican una historia basada en nuestra experiencia.
Astrid: Personalmente, los pendientes Express your face me tienen muy satisfecha con el diseño e idea.
Anel: A mí me gustan las Get a Bob. Es divertido el hecho que yo haya diseñado los Express Your Face, los que casi nunca se quita Astrid, y ella haya hecho los Get a Bob, que al final se integran más en mi vestuario y forma de ser. Así nos complementamos, creo, mirando una a otra y creando este equilibrio.
Astrid: Personalmente, los pendientes Express your face me tienen muy satisfecha con el diseño e idea.
Anel: A mí me gustan las Get a Bob. Es divertido el hecho que yo haya diseñado los Express Your Face, los que casi nunca se quita Astrid, y ella haya hecho los Get a Bob, que al final se integran más en mi vestuario y forma de ser. Así nos complementamos, creo, mirando una a otra y creando este equilibrio.
¿Cómo diríais que han evolucionado vuestros estilos, vuestra forma de mirar, a medida que ha avanzado esta unión? ¿Cómo os habéis influenciado la una a la otra? ¿Qué ha cambiado desde vuestros primeros trabajos hasta ahora?
Creo que este proyecto nos está haciendo crecer muchísimo como personas. Conocernos ya es una aventura y las oportunidades que nos abre el hecho de trabajar juntas son infinitas, estamos muy contentas y motivadas con ello. Nuestro trabajo evoluciona según cómo nosotras queremos encaminar nuestras vidas. Por ahora tenemos muchos proyectos de viajes y de dejarnos empapar por diferentes culturas.
Para terminar, ¿podéis avanzarnos alguno de vuestros futuros proyectos? ¿Qué podemos esperar de Die Motte en un futuro próximo?
Estamos planteando nuevos proyectos con diferentes artistas. Les mostramos nuestras ideas y cómo hemos llegado emocional y sensitivamente a ellas; entonces les pedimos que revivan estos conceptos a través de su arte y nosotras nos inspiramos en ello. Aunque pronto lanzaremos una nueva colección que explica el principio de nuestra marca. ¡Estamos muy motivadas!